El último Pronóstico para California elaborado por la Anderson School of Management de la University of California-Los Angeles (UCLA) advierte que la actual solución del Gobernador Davis para la crisis energética desacelerá de manera innecesaria a la economía de California durante los próximo años. En lugar de emprender los pasos necesarios, pero quizás políticamente inconvenientes, para terminar con los controles de precios minoristas y de comenzar con una aplicación de precios en tiempo real, Davis ha tratado de aislar a los consumidores y de demorar el día del juicio final. Al hacerlo, Davis ha incrementado enormemente los costos totales de la crisis.
A primera vista, los controles de los precios minoristas sobre la electricidad parecían como una dadiva para los consumidores, pero en realidad el indulto generado por los controles de precios minoristas es tan solo temporal. La verdadera factura de la electricidad aún no ha vencido. La diferencia entre el precio mayorista y el minorista de la electricidad es actualmente solventada por el estado de California. De esta manera, lo que los consumidores de electricidad ahorran hoy en materia de costos de la electricidad, lo deben pagar en mayores impuestos mañana.
La titular de la Contraloría Estadual Kathleen Connell, señala correctamente que el plan del Gobernador está «endeudando a las futuras generaciones de californianos a fin de aliviar el sufrimiento potencial que una parte de la población podría padecer durante el verano del año 2001.»
El hecho de trocar precios más bajos hoy por mayores impuestos el día de mañana no es un buen intercambio. Los futuros contribuyentes pagarán impuestos más altos ya sea que los mismos ahorren o no electricidad en el presente. Los futuros impuestos crean costos en el futuro pero los mismos no tienen ningún beneficio compensatorio sobre el consumo de electricidad en la actualidad. Si en cambio subiésemos los precios ahora, no solamente reducimos nuestros impuestos mañana sino que también creamos incentivos para reducir nuestra factura total de electricidad.
La reducción de la demanda de electricidad le ahorrará dinero a los consumidores y a los contribuyentes. Consumiremos menos ante precios más altos y una reducción en la demanda reducirá los precios de la electricidad. Una de las razones por la cual los precios se han elevado tanto es la de que en muchos días tórridos California es llevada hasta el punto en el cual el total de la oferta disponible satisface a la demanda. El exprimir hasta el último vatio de electricidad con los generadores forzados al máximo es mucho más costoso que la generación del vatio promedio.
Además, cuando solamente unas pocas empresas tienen energía en exceso para vender, y el sistema se encuentra en un estado cercano al apagón, aquellas firmas con energía para vender se aprovechan de la situación y exigen precios mucho más altos. Si puede evitarlo, no compre un paraguas cuando esté lloviendo.
El Gobernador Davis es partidario de amenazar a los productores de energía que aumenten sus precios cuando apremian los apagones. Pero en vez de fulminar a los «generadores mercaderes,» una mejor solución es la de elevar los precios minoristas e introducir la aplicación de precios en tiempo real para los usuarios más grandes de electricidad tan pronto como sea posible. Esta acción reducirá la demanda, especialmente la demanda pico, y creará una situación en la cual no estaremos más a merced de un puñado de productores. Cuando al demanda sea reducida y vuelta más sensible a la oferta en tiempo real, seremos capaces de escoger entre muchos oferentes en lugar de quedar atrapados por un oligopolio de la energía.
La decisión del Gobernador Davis de mantener los controles de los precios minoristas obligó a las firmas Pacific Gas & Electric y Southern California Edison a comprar caro y a vender barato. Como consecuencia de ello, PG&E se encuentra actualmente quebrada y a Edison no le falta mucho para arribar a la misma situación. Una consecuencia adicional ha sido el ingreso del estado en el negocio de la compra de electricidad.
Pero el estado ha evidenciado no ser un comprador ahorrativo. Versiones no censuradas de los contratos energéticos del estado revelan que California ha pagado en demasía. Según Connell de la Contraloría Estadual, los contratos del estado por más de $43 mil millones (billones en inglés) fueron negociados en los peores momentos posibles, produciendo innecesariamente precios elevados en el largo plazo.
Ya hemos transitado demasiado lejos por el mal camino. Si seguimos por este derrotero es probable que ingresemos en necios esquemas tendientes a socializar a la generación de energía y a la red de transmisión. ¿Quién sabe cuáles podrían ser los costos en el largo plazo de tales políticas? (No resulta alentador recordar que Lenin definía al comunismo como socialismo más la electricidad.) En cambio, debemos cambiar el rumbo y terminar con los controles sobre los precios minoristas. Si lo hubiésemos hecho antes, nuestros problemas actuales no serían ni por asomo tan severos.
Si usted se encuentra enfermo no lo ayuda el hecho de negar que lo está y posponer la ingesta de la medicina necesaria. Podríamos ser sabios y tomar hoy nuestra medicina, amarga como la misma pueda ser, en vez de esperar para más adelante cuando será aún más costoso retornar a un estado de salud.
Traducido por Gabriel Gasave
La suba de los precios de la electricidad ahorrará dinero
El último Pronóstico para California elaborado por la Anderson School of Management de la University of California-Los Angeles (UCLA) advierte que la actual solución del Gobernador Davis para la crisis energética desacelerá de manera innecesaria a la economía de California durante los próximo años. En lugar de emprender los pasos necesarios, pero quizás políticamente inconvenientes, para terminar con los controles de precios minoristas y de comenzar con una aplicación de precios en tiempo real, Davis ha tratado de aislar a los consumidores y de demorar el día del juicio final. Al hacerlo, Davis ha incrementado enormemente los costos totales de la crisis.
A primera vista, los controles de los precios minoristas sobre la electricidad parecían como una dadiva para los consumidores, pero en realidad el indulto generado por los controles de precios minoristas es tan solo temporal. La verdadera factura de la electricidad aún no ha vencido. La diferencia entre el precio mayorista y el minorista de la electricidad es actualmente solventada por el estado de California. De esta manera, lo que los consumidores de electricidad ahorran hoy en materia de costos de la electricidad, lo deben pagar en mayores impuestos mañana.
La titular de la Contraloría Estadual Kathleen Connell, señala correctamente que el plan del Gobernador está «endeudando a las futuras generaciones de californianos a fin de aliviar el sufrimiento potencial que una parte de la población podría padecer durante el verano del año 2001.»
El hecho de trocar precios más bajos hoy por mayores impuestos el día de mañana no es un buen intercambio. Los futuros contribuyentes pagarán impuestos más altos ya sea que los mismos ahorren o no electricidad en el presente. Los futuros impuestos crean costos en el futuro pero los mismos no tienen ningún beneficio compensatorio sobre el consumo de electricidad en la actualidad. Si en cambio subiésemos los precios ahora, no solamente reducimos nuestros impuestos mañana sino que también creamos incentivos para reducir nuestra factura total de electricidad.
La reducción de la demanda de electricidad le ahorrará dinero a los consumidores y a los contribuyentes. Consumiremos menos ante precios más altos y una reducción en la demanda reducirá los precios de la electricidad. Una de las razones por la cual los precios se han elevado tanto es la de que en muchos días tórridos California es llevada hasta el punto en el cual el total de la oferta disponible satisface a la demanda. El exprimir hasta el último vatio de electricidad con los generadores forzados al máximo es mucho más costoso que la generación del vatio promedio.
Además, cuando solamente unas pocas empresas tienen energía en exceso para vender, y el sistema se encuentra en un estado cercano al apagón, aquellas firmas con energía para vender se aprovechan de la situación y exigen precios mucho más altos. Si puede evitarlo, no compre un paraguas cuando esté lloviendo.
El Gobernador Davis es partidario de amenazar a los productores de energía que aumenten sus precios cuando apremian los apagones. Pero en vez de fulminar a los «generadores mercaderes,» una mejor solución es la de elevar los precios minoristas e introducir la aplicación de precios en tiempo real para los usuarios más grandes de electricidad tan pronto como sea posible. Esta acción reducirá la demanda, especialmente la demanda pico, y creará una situación en la cual no estaremos más a merced de un puñado de productores. Cuando al demanda sea reducida y vuelta más sensible a la oferta en tiempo real, seremos capaces de escoger entre muchos oferentes en lugar de quedar atrapados por un oligopolio de la energía.
La decisión del Gobernador Davis de mantener los controles de los precios minoristas obligó a las firmas Pacific Gas & Electric y Southern California Edison a comprar caro y a vender barato. Como consecuencia de ello, PG&E se encuentra actualmente quebrada y a Edison no le falta mucho para arribar a la misma situación. Una consecuencia adicional ha sido el ingreso del estado en el negocio de la compra de electricidad.
Pero el estado ha evidenciado no ser un comprador ahorrativo. Versiones no censuradas de los contratos energéticos del estado revelan que California ha pagado en demasía. Según Connell de la Contraloría Estadual, los contratos del estado por más de $43 mil millones (billones en inglés) fueron negociados en los peores momentos posibles, produciendo innecesariamente precios elevados en el largo plazo.
Ya hemos transitado demasiado lejos por el mal camino. Si seguimos por este derrotero es probable que ingresemos en necios esquemas tendientes a socializar a la generación de energía y a la red de transmisión. ¿Quién sabe cuáles podrían ser los costos en el largo plazo de tales políticas? (No resulta alentador recordar que Lenin definía al comunismo como socialismo más la electricidad.) En cambio, debemos cambiar el rumbo y terminar con los controles sobre los precios minoristas. Si lo hubiésemos hecho antes, nuestros problemas actuales no serían ni por asomo tan severos.
Si usted se encuentra enfermo no lo ayuda el hecho de negar que lo está y posponer la ingesta de la medicina necesaria. Podríamos ser sabios y tomar hoy nuestra medicina, amarga como la misma pueda ser, en vez de esperar para más adelante cuando será aún más costoso retornar a un estado de salud.
Traducido por Gabriel Gasave
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