Cada día se torna más claro: los tres estudiantes de la Duke University acusados de secuestro y agresión sexual son inocentes. La acusación de violación en su contra ha sido retirada, pero nadie espera que el Fiscal de Distito Nifong, la Duke University o el contingente en los medios de comunicación que pedían que los cuelguen sin juicio se disculpen.
Como una muestra de decencia, no obstante, podría esperarse que los acusadores dejen de difamar a los ‘3 de Duke’ como violadores.
El 9 de enero, el National Sexual Violence Resource Center, una prominente agencia en este campo, publicó en su sitio en Internet el artículo “Talking Points: Duke University Lacrosse Team Rape Case” (“Temas de debate: El caso de violación del equipo de lacrosse de la Duke University”). La publicación tuvo lugar 18 días después de que los cargos de violación habían sido retirados. Resumiendo, no hubo y no hay ningún caso de violación para que los “temas de debate” traten. Incluso el popular sitio feminista del genero Feministing había admitido que “probablemente no sea apropiado seguir llamándolo el ‘caso de violación de Duke’”.
En sus temas de debate online, el NSVRC reconoció el rechazo de los cargos de violación y luego trivialazo el acontecimiento. Por ejemplo, explicaba, “Nifong no pierde nada en virtud de que el delito sexual pendiente, denominado ‘ofensa sexual’ en Carolina del Norte, acarrea el mismo castigo que la violación”.
En otras palabras, según el NSVRC, dado que el cargo pendiente importa el mismo tiempo en la cárcel que la violación, es equivalente a violar; los acusados son aún violadores de facto. La agencia especuló además que el rechazo fue meramente “estratégico” y, luego, continuó discutiendo el caso en términos de una “violación”,
¿Por qué continúa la difamación?
Porque hay más en juego que resolver que la culpabilidad o la inocencia de tres hombres.
Un paradigma de la victimidad, especialmente de las mujeres que alegan violación, está en el tapete. El aspecto central del paradigma es la suposición de que las mujeres no mienten respecto de delitos como el de violación.
La estadística ampliamente utilizada y aceptada de falsas acusaciones de violación es que alrededor del dos por ciento de los cargos resultan falsos. Sin embargo, la académica en materia legal Michelle Anderson de la Escuela de Leyes de la Villanova University informaba en 2004 que “ningún estudio ha sido publicado jamás que establezca un fundamento probatorio en favor de la tesis del dos por ciento de las acusaciones de violación falsas”.
El caso de Duke asesta un duro golpe a este paradigma. Tanto una acusadora como sus testigos mintieron reiteradamente; el fiscal de distrito activamente alentó el engaño; los medios engulleron las mentiras por completo. Duke también expone la distorsionadora devastación ocasionada contra las vidas de aquellos que son falsamente acusados y sus familias. El caso puede convertirse en un punto central sobre cómo la sociedad ve a las acusaciones de violación y el pivote estará lejos de que a los acusadores se les crea automáticamente.
Dentro de este contexto, los “temas de debate” del NSVRC tienen sentido. De otro modo, las acciones del NSVRC—actuando como defensor de una de las partes en un juicio penal en trámite—no pondría en duda a los fondos federales que recibe. Uno de los principales mecenas del NSVRC son los Centers for Disease Control, una agencia federal. Resulta así interesante examinar cómo el NSVRC está llevando a cabo su defensa para no arriesgar su financiamiento gubernamental.
La autora principal de los “temas de debate” está identificada por varios respetados sitios de Internet como la profesora de leyes, feminista y ex fiscal en materia de delitos sexuales Wendy Murphy. La atribución está basada en el hecho de que Murphy es la única persona nombrada en el documento y que la redacción se asemeja estrechamente a un correo electrónico anterior que Murphy difundió en los círculos académicos. Sea o no la única autora, sin embargo, Murphy claramente avala los contenidos de los “temas de debate” y desempeñó un papel definitorio en su promoción.
Murphy, que es renombrada por condenar a los ‘3 de Duke’ en los medios, declaró en el programa noticioso The Situation del canal MSNBC , “Jamás conocí una falsa denuncia de violación, por cierto. Mis propias estadísticas dicen la verdad”.
¿Cuáles son algunas de las ‘verdades’ presentadas por los “temas de debate” del NSVRC y Murphy? Considérense dos.
Número uno: Los “temas de debate” tratan de la supresión de Nifong de la evidencia de ADN—una trasgresión por la cual está siendo investigado sobre cargos éticos por la North Carolina State Bar. El jefe del laboratorio testificó en el tribunal que Nifong le dijo que no revelara los resultados exculpatorios.
Los “temas de debate” declaran, “Uno puede argüir que el ocultamiento de Nifong de esta información fue adecuado debido a que el historial sexual [de la acusadora], al igual que el historial sexual de los acusados, es información privada constitucionalmente protegida. Resulta impropio para cualquier fiscal revelar esta información sin una audiencia en la cual un juez se pronuncie decidiendo sí el historial sexual es relevante para un tema en disputa.”
K.C. Johnson, un profesor de historia en el Brooklyn College que mantiene el sitio en Internet “Durham in Wonderland” comenta, “Murphy parece desconocer la ley de Carolina del Norte, sancionada en 2004.
“El estatuto sobre el acceso a los descubrimientos del estado exige que todos los resultados de los exámenes forenses sean entregados a la defensa. El fiscal no tiene la facultad de ocultar información alguna, de cualquier parte del expediente, a la defensa”.
Número dos: Los “temas de debate” declaran, “La defensa tendrá que hacer que el público crea que este fue un informe falso realizado para obtener dinero, pero recuerde que según un informe noticioso basado en buenas fuentes del Wilmington Journal en junio de 2006, la [acusadora] rechazó un pago de más de 2 millones de dólares en la pasada primavera para echarse atrás en el caso”
En realidad, la acusación de soborno provino de una prima de la acusadora que fue identificada anónimamente como “Jakki”. La policía de Durham, que escasamente ha actuado en los intereses de los 3 de Duke, investigó y no halló evidencia alguna de un soborno. Ciertamente, la acusadora negó hacer esa afirmación a su prima.
Y así la difamación y la información errónea continúan.
Para aquellos que se preguntan, “¿qué la hará cesar?” la respuesta es clara: nada.
El ataque no está basado en qué es cierto o falso, en sí una violación ocurrió o no. El NSVRC deriva su dinero del actual paradigma de la victimidad. Murphy ha basado su reputación en él. Están luchando por sus vidas y sustento.
Traducido por Gabriel Gasave
Siguen difamando a los 3 de Duke como violadores
Cada día se torna más claro: los tres estudiantes de la Duke University acusados de secuestro y agresión sexual son inocentes. La acusación de violación en su contra ha sido retirada, pero nadie espera que el Fiscal de Distito Nifong, la Duke University o el contingente en los medios de comunicación que pedían que los cuelguen sin juicio se disculpen.
Como una muestra de decencia, no obstante, podría esperarse que los acusadores dejen de difamar a los ‘3 de Duke’ como violadores.
El 9 de enero, el National Sexual Violence Resource Center, una prominente agencia en este campo, publicó en su sitio en Internet el artículo “Talking Points: Duke University Lacrosse Team Rape Case” (“Temas de debate: El caso de violación del equipo de lacrosse de la Duke University”). La publicación tuvo lugar 18 días después de que los cargos de violación habían sido retirados. Resumiendo, no hubo y no hay ningún caso de violación para que los “temas de debate” traten. Incluso el popular sitio feminista del genero Feministing había admitido que “probablemente no sea apropiado seguir llamándolo el ‘caso de violación de Duke’”.
En sus temas de debate online, el NSVRC reconoció el rechazo de los cargos de violación y luego trivialazo el acontecimiento. Por ejemplo, explicaba, “Nifong no pierde nada en virtud de que el delito sexual pendiente, denominado ‘ofensa sexual’ en Carolina del Norte, acarrea el mismo castigo que la violación”.
En otras palabras, según el NSVRC, dado que el cargo pendiente importa el mismo tiempo en la cárcel que la violación, es equivalente a violar; los acusados son aún violadores de facto. La agencia especuló además que el rechazo fue meramente “estratégico” y, luego, continuó discutiendo el caso en términos de una “violación”,
¿Por qué continúa la difamación?
Porque hay más en juego que resolver que la culpabilidad o la inocencia de tres hombres.
Un paradigma de la victimidad, especialmente de las mujeres que alegan violación, está en el tapete. El aspecto central del paradigma es la suposición de que las mujeres no mienten respecto de delitos como el de violación.
La estadística ampliamente utilizada y aceptada de falsas acusaciones de violación es que alrededor del dos por ciento de los cargos resultan falsos. Sin embargo, la académica en materia legal Michelle Anderson de la Escuela de Leyes de la Villanova University informaba en 2004 que “ningún estudio ha sido publicado jamás que establezca un fundamento probatorio en favor de la tesis del dos por ciento de las acusaciones de violación falsas”.
El caso de Duke asesta un duro golpe a este paradigma. Tanto una acusadora como sus testigos mintieron reiteradamente; el fiscal de distrito activamente alentó el engaño; los medios engulleron las mentiras por completo. Duke también expone la distorsionadora devastación ocasionada contra las vidas de aquellos que son falsamente acusados y sus familias. El caso puede convertirse en un punto central sobre cómo la sociedad ve a las acusaciones de violación y el pivote estará lejos de que a los acusadores se les crea automáticamente.
Dentro de este contexto, los “temas de debate” del NSVRC tienen sentido. De otro modo, las acciones del NSVRC—actuando como defensor de una de las partes en un juicio penal en trámite—no pondría en duda a los fondos federales que recibe. Uno de los principales mecenas del NSVRC son los Centers for Disease Control, una agencia federal. Resulta así interesante examinar cómo el NSVRC está llevando a cabo su defensa para no arriesgar su financiamiento gubernamental.
La autora principal de los “temas de debate” está identificada por varios respetados sitios de Internet como la profesora de leyes, feminista y ex fiscal en materia de delitos sexuales Wendy Murphy. La atribución está basada en el hecho de que Murphy es la única persona nombrada en el documento y que la redacción se asemeja estrechamente a un correo electrónico anterior que Murphy difundió en los círculos académicos. Sea o no la única autora, sin embargo, Murphy claramente avala los contenidos de los “temas de debate” y desempeñó un papel definitorio en su promoción.
Murphy, que es renombrada por condenar a los ‘3 de Duke’ en los medios, declaró en el programa noticioso The Situation del canal MSNBC , “Jamás conocí una falsa denuncia de violación, por cierto. Mis propias estadísticas dicen la verdad”.
¿Cuáles son algunas de las ‘verdades’ presentadas por los “temas de debate” del NSVRC y Murphy? Considérense dos.
Número uno: Los “temas de debate” tratan de la supresión de Nifong de la evidencia de ADN—una trasgresión por la cual está siendo investigado sobre cargos éticos por la North Carolina State Bar. El jefe del laboratorio testificó en el tribunal que Nifong le dijo que no revelara los resultados exculpatorios.
Los “temas de debate” declaran, “Uno puede argüir que el ocultamiento de Nifong de esta información fue adecuado debido a que el historial sexual [de la acusadora], al igual que el historial sexual de los acusados, es información privada constitucionalmente protegida. Resulta impropio para cualquier fiscal revelar esta información sin una audiencia en la cual un juez se pronuncie decidiendo sí el historial sexual es relevante para un tema en disputa.”
K.C. Johnson, un profesor de historia en el Brooklyn College que mantiene el sitio en Internet “Durham in Wonderland” comenta, “Murphy parece desconocer la ley de Carolina del Norte, sancionada en 2004.
“El estatuto sobre el acceso a los descubrimientos del estado exige que todos los resultados de los exámenes forenses sean entregados a la defensa. El fiscal no tiene la facultad de ocultar información alguna, de cualquier parte del expediente, a la defensa”.
Número dos: Los “temas de debate” declaran, “La defensa tendrá que hacer que el público crea que este fue un informe falso realizado para obtener dinero, pero recuerde que según un informe noticioso basado en buenas fuentes del Wilmington Journal en junio de 2006, la [acusadora] rechazó un pago de más de 2 millones de dólares en la pasada primavera para echarse atrás en el caso”
En realidad, la acusación de soborno provino de una prima de la acusadora que fue identificada anónimamente como “Jakki”. La policía de Durham, que escasamente ha actuado en los intereses de los 3 de Duke, investigó y no halló evidencia alguna de un soborno. Ciertamente, la acusadora negó hacer esa afirmación a su prima.
Y así la difamación y la información errónea continúan.
Para aquellos que se preguntan, “¿qué la hará cesar?” la respuesta es clara: nada.
El ataque no está basado en qué es cierto o falso, en sí una violación ocurrió o no. El NSVRC deriva su dinero del actual paradigma de la victimidad. Murphy ha basado su reputación en él. Están luchando por sus vidas y sustento.
Traducido por Gabriel Gasave
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