La gran relevancia de la India para el futuro de la economía global
Uno de los temas más comentados en los círculos económicos antes del verano -y tras la prolongada ralentización de la economía china- ha sido el papel que desarrollará en la economía global la India durante las próximas décadas. El debate se debe principalmente a sus elevadas tasas de crecimiento y a su tamaño. Muchos análisis sobre la India ponen el horizonte en el año 2050 en el cual, estiman, se podrán ver mucho más claros los efectos de las dinámicas económicas actuales tanto de la India y China como de Occidente.
Estos análisis, como puede ser por ejemplo el del National Council of Applied Economic Research (NCAER), estiman que, aunque no es probable que la India sea una superpotencia en términos de PIB per cápita en 2050, simplemente a causa del tamaño del país sí lo será en términos absolutos. Puede plantar cara en muchos aspectos a gigantes como China o EE.UU. Por lo tanto, es de crucial importancia analizar no solo cómo van a llegar ahí, sino en qué condiciones y cuáles serán las implicaciones de ello para la economía global.
En términos poblacionales, el análisis más sólido es el efectuado por Naciones Unidas. Estima que, para el año 2050, la India pasará a tener una población de 1.670 millones de personas, frente a los 1.320 millones de China o los 380 millones de EE.UU. La de este último país será menos de un 25% de la población india. Simplemente observando este dato seremos capaces de percibir como, por capacidad poblacional, la India será cada vez más capaz de influir en materia sociopolítica a escala global. Ello, unido a su fuerte crecimiento económico, presenta multitud de aristas para la economía y la política globales.
Población y crecimiento
Por poner algunos números sobre la mesa, si la India creciera a una tasa media del 5% anual hasta 2050 (siendo esta tasa menor a la media estimada para este país de 1990 a 2030, del 6,3%) y EE.UU. creciera a su media anual estimada del 2,3% hasta 2050, en términos absolutos la economía india igualaría a la norteamericana al llegar la década de los 50 del presente siglo; al menos en términos de paridad de poder adquisitivo (PPP).
Sin embargo, esto no significa que la India fuese más fuerte económicamente, ya que EE.UU. seguiría teniendo una muchísimo mayor productividad o mayor potencial tecnológico, por nombrar algunos factores. Además, nada parece indicar que el músculo manufacturero indio vaya a mejorar, ya que ha comenzado incluso a reducir su peso sobre PIB antes siquiera de llegar a un peso de las manufacturas sobre PIB similar al de China (lo que muestra un claro infradesarrollo de la industria india respecto a sus comparables futuros).
Independientemente de todo ello, a raíz de su tamaño geográfico y peso poblacional, por poco que crezca, durante las próximas décadas es más que evidente que la India pasará a ser lo que hoy consideramos una superpotencia, afectando de manera decisiva a la economía global con sus decisiones y movimientos en materia política y económica.
Desafíos
Sin embargo, durante los próximos años, la India se encontrará también muchos desafíos que pueden prevenir en parte que este escenario cristalice y que podría perjudicar no solo a la India, sino a la economía mundial. Un ejemplo de ello son las deficientes estimaciones de crecimiento futuro realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y publicadas en su World Economic Outlook en el mes de abril del presente año, en el cual se plasmaba que la desaceleración económica global se podría ver incluso empeorada por el incremento de medidas proteccionistas y aislacionistas que serían aplicadas en EE.UU. ante la cada vez más inminente victoria de Donald Trump.
Por otro lado, el FMI incluye en sus estimaciones de ralentización del crecimiento el efecto del cambio climático, el cual a futuro suprimiría una parcela cada vez mayor del incremento del PIB. A todo ello habría que sumar la posibilidad de una continuación e incluso intensificación de la presente Guerra Fría entre las potencias occidentales-atlantistas y el lado sinoruso, ya que esto incrementaría la inestabilidad comercial, bloqueando gran parte de las cadenas de valor internacionales, y supondría grandes trabas al crecimiento.
El papel del comercio exterior
Además, si los indios desean poder plantarles cara a los estadounidenses -aún en términos absolutos- en 2050, esto significa que su economía deberá crecer al año el doble que la media global, como mínimo. La segunda derivada de todo esto es que las exportaciones también lo deberán hacer a un ritmo que sea el doble que el incremento del PIB global si no se quiere reducir el peso del comercio internacional en la economía india.
A este respecto, muchas estimaciones situación el peso potencial del comercio exterior sobre la economía de la India entre el 15 y el 45% del PIB indio, lo que significa que aún tienen mucho camino que recorrer. Por poner un ejemplo, en términos globales, si calculamos el valor total de las exportaciones indias sobre el valor total de las exportaciones a nivel mundial de todos los países, veremos que representa tanto solo un 2,2% de la tarta, mientras en el caso de China alcanza el 17,6%, señalando que la India, con su estructura económica actual y futuro aún tiene mucho potencial de desarrollo en materia de comercio exterior.
Desde la política
Sin embargo, si la política económica del gobierno de la India lo facilita, el país no debería tener muchas dificultades para crecer en el mercado exterior debido a múltiples ventajas. En primer lugar, la India mantiene -dentro de unos márgenes- buenas relaciones comerciales y políticas tanto con China como con Occidente, algo que sitúa al país en una posición estratégica y muy favorable a la hora de negociar acuerdos comerciales.
De hecho, si, como decimos, en un futuro la India adquiere tamaño económico suficiente podría incluso servir de país bisagra en negociaciones para acuerdos comerciales multilaterales, lo que incrementaría su relevancia dentro de organizaciones supranacionales como el FMI o la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por lo tanto, el primer interesado en explotar su comercio internacional es la propia India.
Todo ello dependerá del devenir político de la India y de las decisiones que tome su gobierno. Desde un punto de vista económico, el país debe centrarse en mantener la estabilidad, garantizar la seguridad jurídica, aplicar políticas de atracción de inversión interna o externa, mejorar el sistema educativo (con foco en el universitario), invertir en infraestructuras críticas para la industria o fortalecer su independencia energética, entre muchas otras cuestiones.
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