Chipre: Libertad Económica para salir adelante
Hoy quisiéramos referirnos al país no. 22 en el reconocido Índice de Libertad Económica del Fraser Institute, la República de Chipre.
Chipre es una isla en la parte oriental del Mar Mediterráneo. Su historia como país se remonta a la oscuridad de los tiempos. Incluso, hay referencias sobre él en La Biblia y desde la Grecia micénica (siglo XV a.C.). Se habla incluso de que la palabra “cobre” proviene del nombre Chipre.
Por su posición estratégica en el Mediterráneo, el país ha sido asediado permanente por las potencias militares de cada época: Grecia, Egipto, los hititas, romanos… hasta llegar más contemporáneamente, a los británicos, Grecia, Turquía. Hoy, incluso, la tercera parte de la isla es ocupada ilegalmente por Turquía, desde 1974, y en el país hay asentadas bases militantes británicas. Desde 2017 están rotas las negociaciones para una posible reunificación de la isla, de modo que Chipre es hoy el único país en Europa que está dividido desde que terminó la Guerra Fría. En 2004, el país ingresó a la Unión Europea (UE).
Por este difícil equilibrio geopolítico, Chipre ha buscado ser una economía fuerte, con relaciones comerciales intensas. Hoy, su crecimiento económico es firme, gracias a una profunda reforma económica del país.
Tras su ingreso a la UE, la economía de Chipre creció́ a una tasa promedio de 4%, pero la crisis financiera mundial que comenzó́ en 2008 y la disminución en la demanda afectaron negativamente a los sectores del turismo y la construcción. Estando en el poder el Partido Progresista de los Trabajadores de Chipre (AKEL), de origen comunista, el país vivió en 2009 una gravísima crisis financiera, que le llevó a ser rescatado en 2012 por la llamada troika integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tal rescate obligó a la confiscación de los ahorros de los ciudadanos y el control de capitales (de 2013 a 2015). Y también a una profunda reforma económica, que sacó al país de la postración, modernizó su economía, pasando de ser un país eminente exportador de productos agrícolas y cobre, a un país manufacturero primero, y después, un moderno centro de servicios, negocios y turismo.
Chipre hoy tiene una calificación de 7.84 sobre 10 (10 sería la completa libertad económica) en el ranking de libertad económica y ocupa el lugar 22 de 162 países, como señalamos al inicio.
En el componente 1 del Índice, tamaño del gobierno, Chipre tiene una nota de 7.36/10. En este rubro destaca que la mayoría de la inversión es hecha por el sector privado. La inversión de empresas paraestatales es solo del 13 por ciento de la inversión total, de las más bajas a nivel mundial. El ISR personal máximo es del 35 por ciento. No es muy bajo pero en 1990 Chipre tenía una tasa confiscatoria del 60 por ciento.
En el componente 2 del reporte, sistema legal y derechos de propiedad, Chipre tiene una nota de 6.22/10. No es el más alto, pero sí más alto que sus vecinos, como Turquía. Este reporte mide si la justicia es independiente de influencias económicas y políticas. También mide la integridad del sistema legal.
En el componente 3 del reporte, Moneda Sana, Chipre tiene una nota de 9.22/10. Esto se debe al buen manejo de su política monetaria, que por consecuencia tiene baja inflación y baja variabilidad de inflación.
En el componente 4 del reporte, libertad de comercio internacional, Chipre tiene una nota de 8.5/10. Destacan los bajos aranceles, y que los trámites aduaneros son ágiles. Chipre no tiene muchos controles de capital. Tiene además gran apertura a la inversión extranjera.
En el componente 5 del reporte Regulaciones, Chipre tiene una nota de 7.93/10, y esta se ha mejorado substancialmente. En el 2000 la nota era de 5.96. Chipre destaca por una gran competencia bancaria, y no hay bancos de gobierno importantes. No existen tasas de interés negativas, por lo tanto, se evitan distorsiones en el mercado. El crédito disponible va para el sector privado y no lo absorbe el gobierno, esto gracias a una mejora de la política presupuestal.
En cuestión de regulaciones del mercado de trabajo el balance es mitigado. Por un lado, no hay restricciones en las horas de trabajo, y el despido justificado cuando la empresa se achica no es costoso. Por otro lado, una parte importante de los contratos colectivos se hacen a nivel país, y existen restricciones en la renovación de contratos temporales.
En cuestión de regulaciones empresariales, en Chipre destaca la apertura rápida de empresas, proceso que además no es costoso, lo cual indica que hay una democratización del empresariado. Las empresas tienen el apoyo de una administración pública imparcial, aunque los requerimientos administrativos requieren mejorarse.
Es importante que Chipre continúe mejorando para estar entre los mejores 10. Es importante que reduzca el impuesto sobre la renta, mejore aún más su sistema legal, y que mejore aún más el marco regulatorio.
Como podemos ver, Chipre es un buen ejemplo para los países latinoamericanos: A pesar de su historia milenaria, su ubicación entre poderes en pugna, su diversidad cultural, su difícil situación política, la escasez de recursos naturales, nada de esto ha impedido su modernización y su salto a la más alta libertad económica. Al contrario: Chipre ejemplifica que al estar en una situación frágil y difícil, es cuando más se requiere de mayor apertura y valentía económica, para salir precisamente de ella.
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