El papel de la prensa independiente
La prensa independiente es como un tábano. Está continuamente revoloteando, picando y molestando a los poderosos. Investiga y publica cosas que ellos preferirían que permanecieran ocultas. Desenmascara caretas y tretas, abusos e injusticias.
Los medios son esenciales para la república y la justicia. Por eso, todo aspirante a dictador la ataca para debilitarla. A ningún político le gusta que la gente conozca sus chanchurrios, pero a los autoritarios, mucho menos.
La prensa es la herramienta con la que cuentan los ciudadanos para exigir la erradicación de los vicios que, inevitablemente, van anidando en las reparticiones gubernamentales. ¿Por qué «inevitablemente»? Porque como señala Lord Acton, «el poder corrompe».
Pero gracias a la prensa libre, en las repúblicas democráticas auténticas, hay un proceso continuo de depuración de las instituciones.
Ergo, lo grave no es que existan malas prácticas (es inevitable) sino que no puedan ser investigadas y/o denunciadas. Y como la gente común no tiene tiempo ni recursos para hacerlo, son los periodistas los que cumplen esa función.
El periodismo es una profesión cuyo fin último es impedir la impunidad. Dicho en otras palabras, promueve la igualdad ante la ley, «que nadie sea más que nadie».
Si alguien duda de que la prensa independiente -subrayamos ese concepto- sea una de las bases fundamentales de una república que se precie de tal, contaremos un episodio ocurrido en Uruguaypara demostrarlo.
Está relacionado con el remate «trucho»* en octubre de 2012 de los aviones de Pluna, le ex aerolínea de bandera uruguaya.
Todo comenzó pocos meses antes, cuando el 5 de julio -en plena temporada alta- el gobierno de José Mujica decidió intempestivamente cerrar esa compañía, que entonces contaba con una trayectoria de 75 años. Esa acción causó innumerables perjuicios a las familias que, por ser vacaciones, estaban viajando.
El 1 de octubre, las autoridades organizaron el remate de los siete aviones de dicha empresa. En aquel momento Mujica, muy seguro de sí mismo, afirmó que «en pocos minutos Pluna tendría un nuevo dueño». Llamativa predicción dado que la primera convocatoria había sido un rotundo fracaso porque no apareció ningún interesado.
Y efectivamente, como si Mujica tuviera la «bola de cristal», a poco de comenzar el remate las naves cambiaron de mano. Lo curioso fue que el único ofertante fue «Antonio Sánchez», un desconocido que representaba a una ignota aerolínea española denominada Cosmo. Ofertó 137 000 000 de dólares. Nunca pagó nada.
Todo habría quedado ahí, si no fuera por el «tábano» Diego Battiste, fotógrafo de El Observador. El 3 de octubre, este periodista se enteró de que el entonces ministro de Economía, Fernando Lorenzo, estaba en el restaurante Lindolfo para compartir un almuerzo con Juan Carlos López Mena, poderoso empresario argentino que tiene intereses en Uruguay y cercanía con Mujica y el presidente Tabaré Vázquez.
El fotógrafo ingresó al lugar y, como nos los veía, le preguntó a una moza por López Mena. La empleada lo llevó a la parte de atrás del local. Sorprendido, constató que los únicos comensales de ese recóndito sitio eran el ministro Lorenzo y su asesor Gabriel Papa, López Mena y su hijo (CEO de BQB, empresa de la que su padre es dueño) y el «desconocido» ofertante que se había quedado con los aviones de Pluna en el remate de dos días atrás.
Otros «tábanos» de la radio El Espectador descubrieron que el auténtico nombre del oferente no era «Antonio C. Sánchez»- como figuraba en el documento público firmado por el escribano de la subasta, Pablo Seitún- sino Hernán Antonio Calvo Sánchez. Había camuflado su nombre para ocultar que era hombre de confianza de López Mena (fue empleado suyo) y posiblemente su testaferro en dicho remate.
El escribano fue procesado por «falsificación de documento público».
Volviendo a Battiste, le consultaron si el empresario lo esperaba. Contestó que no y se identificó como fotógrafo de El Observador.
Mientras la moza informaba a los comensales, el periodista sacó dos fotografías. De inmediato, Lorenzo se dio media vuelta exclamando con nerviosismo: «¡fotos no, fotos no!».
Dicha foto dio pie para una investigación judicial. Así fue que se descubrió que Cosmo poseía un capital de apenas 7 000 000 de dólares. Sin embargo, había podido ofertar y comprar los aviones por USD 137 000 000 de dólares, gracias a que poseía un inexplicable aval por 13 688 516 de dólares, otorgado por el estatal Banco República (BROU).
Recientemente, el Tribunal de Apelaciones condenó al exministro Lorenzo y a Fernando Calloia, expresidente del Banco República, por el delito de abuso de funciones. El fundamento de dicho fallo es que, en el proceso que antecedió a la subasta, Mujica se contactó con López Mena (fue a su domicilio) para ver si estaba interesado en adquirir los aviones. Este le contestó que sí pero que en ese momento no estaba en condiciones de convertirse en socio estratégico de Pluna S. A.
Entonces, Mujica hizo aprobar una ley para subastar los aviones «en forma pública y extrajudicial, mecanismo que conjuga al mismo tiempo el valor celeridad y el valor transparencia y publicidad». Dicha norma exigía que los ofertantes contaran con un aval de un banco reconocido de plaza, con el fin de garantizar el pago asumido.
En dicho contexto, Lorenzo «excedió la competencia del Ministerio de Economía y Finanzas (M.E.F.), haciendo que el BROU emitiera un aval millonario» a favor de Cosmo, casi sobre la hora del remate, a pesar de que «sabía a la perfección» que el trámite para su otorgamiento no contaba con suficiente tiempo como para aplicarle los mínimos requisitos de contralor exigidos. Pero el Ejecutivo quería que Cosmo pudiera presentarse al remate -según reza la sentencia-.
Según el tribunal, tanto Lorenzo como Calloia sabían que el auténtico interesado era López Mena y que Cosmo era tan solo una «fachada». Los jueces se preguntan: «¿Desde cuándo maniobrar para que los servicios técnicos del BROU aprueben un aval en semejantes condiciones a favor de una firma ignota que notoriamente oficiaba de ‘pantalla’ es un acto cuyo móvil no contraría el interés público? ¿Desde cuándo permitir que ese remate se transforme en una suerte de ‘parodia’ es un acto cuyo móvil no contraría el interés público?».
Y concluye que «ha quedado acreditado que la contravención al interés público fue manifiesta, patente y ello no se conmueve por la existencia de un pedido previo del M.E.F. para «evitar que el remate se viera nuevamente frustrado» y «ayudar al Estado».
Es decir, al prestigio nacional e internacional de Mujica. Porque es difícil creer que el exministro Lorenzo haya realizado esas acciones por iniciativa propia. En cambio, encajan perfectamente con la «viveza criolla» que caracteriza al expresidente.
Los jueces enfatizan que «no hay justificación o explicación plausible, ni regla de la lógica o la experiencia que permita situar lo ocurrido dentro de los cánones de la legalidad y la transparencia pública, cuando la tónica fue siempre la oscuridad, lo furtivo y el abandono de plano de todas las normas elementales de gestión y control de la cosa pública».
Este ejemplo, demuestran la relevancia de contar con «tábanos». Es decir, una prensa independiente, dado que mejora la calidad de la república al depurarla permanentemente.
* Falso, no verdadero.
La autora es uruguaya. Es escritora, investigadora y columnista de temas internacionales en distintos medios de prensa. Especializada en filosofía, política y economía, es autora de varios libros y ha recibido menciones honoríficas.
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