Frank Sinatra: los 102 años de La Voz
(Artículo publicado originalmente el 12/12/2015)
Una voz no es sólo lo que se escucha sino todo lo que trae detrás. Por más que una persona intente abstraerse y quedarse con lo que suena en un disco, a la larga querrá descubrir qué hay detrás del que canta, como si todo fuera parte de lo mismo. Seguramente lo es. Claro que la búsqueda puede aumentar la pasión o generar decepción. Hay creadores brillantes con vidas personales que más vale olvidar. Pero también están los que se convirtieron en personajes excéntricos y pintorescos; un poco por lo que ellos mismos hicieron, otro tanto por lo que generaron su entorno y sus fans. El caso de Frank Sinatra puede ser uno de ellos. Una manera de comprobarlo es hacer una repaso de su vida, década por década a propósito de los 100 años del nacimiento de este gran crooner, que se cumplen hoy.
Primeras décadas
El niño que nació dos veces (1915 – 1925) El primer dato que hace distinto a Frank Sinatra es una especie de doble natalicio. Nació el 12 de diciembre de 1915, en Hoboken (Nueva Jersey, Estados Unidos) y volvió a nacer minutos después, luego de un parto complicado (el fórceps le dejó un tímpano perforado y una cicatriz detrás de la oreja). Cuando su abuela notó que había dejado de respirar, lo puso debajo del chorro de agua fría de una canilla hasta que recuperó el aliento. Toda una prueba para esos pequeños pulmones que luego alimentarían a La Voz (así, en mayúsculas). Todavía como Francis Albert Sinatra, creció en un barrio de clase media. Sus primeras apariciones públicas como cantor aficionado fueron en el bar de su padre, a los 9 o 10 años, aunque todavía no estaba convencido de que su futuro sería la canción.
Un muchacho común (1925 – 1935) . Aunque sea considerado como uno de los más grandes intérpretes del siglo XX, su adolescencia estuvo mucho más cerca de la del chico común que de la del prodigio: poca predisposición al estudio; trabajos esporádicos en distintos oficios (canillita, eventual cronista deportivo, conductor de camiones). Haber visto en vivo a uno de sus principales ídolos, Bing Crosby, marcó, de algún modo, su destino. A los 18 conoció a Nancy Barbato, con quien se casaría un lustro después.
Con voz propia (1935 – 1945). Como era común en aquel tiempo, inició su carrera en un concurso de radio. Se presentó acompañado por el trío Three Flashes (se hacían llamar Hoboken Four) en la audición Major Bowes Amateur Hour. Se llevaron el primer premio, que fue una gira auspiciada por ese programa, aunque Sinatra no la terminó por diferencias con sus compañeros de grupo. El carácter fuerte de Frank ya se hacía notar.
Su primer demo,«Our love», fue grabado con la orquesta de Frank Mane.
En 1935 comienzan sus sociedades con directores de orquesta (eso que en el tango llamamos binomios). Claro que por ese tiempo era apenas el cantante de directores ya instalados en el mundillo musical. Primero se sumó a las filas de Harry Arden; luego a las orquestas de Harry James (trompetista de Benny Goodman, que había lanzado un proyecto personal) y, más tarde, a la de Tommy Dorsey, con quien logró su primer gran éxito, en 1940, gracias al tema «I’ll Never Smile Again». Alcanzó el puesto número 1 de la Billboard el 27 de julio de ese año. Al año siguiente, con la misma orquesta, hizo su primera intervención en el cine (Las Vegas Nights, de Ralph Murphy).
La voz de Sinatra ya se hacía notar. Todavía tenía cabello, usaba corbata de moñito y de a poco se transformaba en un fenómeno para el público femenino adolescente más fanático (bobby soxers), un par de décadas antes de la aparición de Elvis y de The Beatles.
En esta tercera década de vida recibió invitaciones a la Casa Blanca del presidente Roosevelt, cantó en el Hollywood Bowl, realizó su primer protagónico en cine (Higher and Higher, 1943) y cantó para las tropas norteamericanas estacionadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Fuerte personalidad (1945 – 1955). Frank ya era una estrella. Tenía un pasado de adolescente revoltoso, de hijo de inmigrantes italianos. Dos datos que, sumados a fotografías que le tomaron junto a Rocco y Joe Fischetti (dos viejos conocidos de la infancia) y al el ex-jefe de la Cosa Nostra Lucky Luciano, lo sindicaron como miembro de la mafia. El 20 de octubre de 1947. Hoboken celebró el Día Sinatra con una reunión callejera de 20.000 personas. A partir de la década del 50 todo se tornó más vertiginoso: perdió la voz por el daño de una de sus cuerdas vocales, se divorció de su esposa y se casó con Ava Gardner, rompió contratos con discográficas y fue fichado por otras, acaparó el prime time con The Frank Sinatra Show en CBS (1952) y luego dobló la apuesta cinco años después, con el mismo show e invitados estelares, pero en la cadena ABC. Por entonces se creaba un selecto clan de amigos famosos, conocido como Rat Pack. Lo lideraba Sinatra, quien alistaba a Jerry Lewis, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Joey Bishop, Shirley MacLaine, David Niven, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, entre otros.
Las mujeres, los amigos, el poder
Frank y su «entorno» (1955 – 1965). Cuando Sinatra se arrimaba a los 40, el cine acaparó buena parte de su tiempo. Ganó un Oscar como mejor actor de reparto (por De aquí a la eternidad , 1954), actuó con Marlon Brando (Guys and Dolls, 1955) y con su ídolo de adolescencia, Bing Crosby (Alta sociedad, 1956). La alta exposición aumentó sus amoríos con celebridades de su talla, como Judy Garland, Lauren Bacall (por entonces, viuda de Humphrey Bogart, un gran amigo de Frank) y, años después, Marilyn Monroe.
Mientras tanto, buscaba la manera de desvincularse de su sello discográfico, para poder grabar en los tiempos y las formas que le quedaran cómodos, no por imposiciones de contrato. La desvinculación llegó luego de su mayor éxito de ventas hasta esos años, «Come Dance With Me!», que se mantuvo 140 semanas en el ranking Billboard y obtuvo tres premios Grammy. En 1960 creó Reprise Records, que luego pasó a ser un subsello de Warner Music. Además, de su incursión en el mundillo discográfico, en los 60 también multiplicó su actividad económica en productoras de cine, televisión y en el negocio del juego, en Las Vegas, lo que le trajo más problemas. Considerado como «el amigo de la mafia», se lo acusó de alojar en uno de sus hoteles a un capo de Chicago. La lista de «amigos» seguía aumentando: Lucky Luciano, San Giancana, Willie Moretti, Jimmy Alo. Pero ni siquiera cuando tuvo que declarar sobre su relación con la mafia, ante la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, se le comprobaron actividades ilícitas. Frank no era mafioso pero parecía una especie de «padrino». Al mismo tiempo, el crooner no dudaba de apoyar causas sociales, como el espectáculo que dio en 1961, en el Carnegie Hall, a Beneficio de Martin Luther King, o la ayuda para campañas políticas, como las de John F. Kennedy.
En su magnífico relato «Frank Sinatra está resfriado», el premiado periodista Gay Talese describe situaciones en las que define al cantante, ya en sus 50 años, como una especie de maestro, casi un padrino rodeado por un amplio séquito.
Frank Sinatra es il padrone. O, mejor todavía, es un ejemplar de lo que tradicionalmente llaman en Sicilia uomini rispettati, hombres respetados: hombres majestuosos y humildes a la vez, hombres queridos por todos y generosos por naturaleza, hombres a quienes les besan las manos cuando pasan por los pueblos», escribe Talese.
Frank Sinatra y la mafia.
Una postal de 1978: Frank Sinatra con Paul Castellano, Gregory DePalma, Tommy Marson, Carlo Gambino, Aladena Fratianno, Salvatore Spalotta y (sentados) Joseph Gambino y Richard Fusco.
La construcción del mito
Ol Blue Eyes Is Back.
Retiro y regreso (1965 – 1975). La Voz comenzó su quinta década de vida con una exitosa gira con la orquesta de Count Basie (todo un logro del swing en años en los que el rock ya estaba totalmente instalado). La vida privada de Sinatra siguió teniendo tanta trascendencia como su actividad artística. En 1966 se casó con la veinteañera Mia Farrow, a quien había conocido dos años antes, en el rodaje de la película El coronel Von Ryan. Una década después, luego de un concierto, se tomó fotos con figuras del «crimen organizado»: Tommy Marson, Carlo Gambino y Jimmy Fratianno. Sí, también hubo mucha música en esos años. En 1971 (con 55 años), anunció su retiro con un concierto a beneficio, en Hollywood, para la Motion Picture & Television Relief Fund. Sin embargo, dos años después volvió a la palestra con el disco Ol’Blue Ryes Is Back. El operativo retorno continúo con el disco en vivo The Main Event que grabó en el Madison Squarte Garden, en 1974.
Retrospectivas (1975 – 1985). El sexagenario Frank comenzaba a hacer retrospectiva de su historia musical. Se podía jactar de un récord: cantar para 175 mil personas en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro y editar, en 1979, la trilogía Past Present Future, para la que convocó a tres de sus orquestadores más apreciados: Billy May, Don Costa y Gordon Jenkins. En 1983 participó en la última película de su carrera, Cannonball Run II y grabó un disco producido por Quincy Jones con el que demostraba que todavía seguía vigente, L. A. is My Lady. También en esa década se presentó por primera vez en la Argentina (su productor local fue Palito Ortega).
Sinatra con Dean Martin y Sammy Davis Jr. (Archivo: CBS).Foto:Archivo/CBS
Tiempo de laureles 1985 – 1995. Que un asteroide recientemente descubierto (26 de septiembre de 1989) se lo denomine Sinatra 7934 da una real dimensión de lo que el personaje representaba. Para ese momento era un hombre de setenta y pico que ya podía disfrutar de sus laureles. Recibía premios de todo tipo y hacía espectáculos con amigos de toda la vida, como Together Again Tour, que incluyó a Dean Martin y Sammy Davis Jr.
Sinatra con Dean Martin y Sammy Davis Jr en la gira Together Again
En 1991, celebró sus 50 años con la música con una gira de conciertos, momento en el que la revista Forbes sacó cuentas y determinó que la fortuna de Sinatra era de 26 millones de dólares. Dos años después, como el negocio de las colaboraciones seguía en alza, produjo Duets , con cantantes de diferentes extracciones y generaciones, como Bono, Liza Minnelli, Tony Bennett, Natalie Cole, Charles Aznavour, Gloria Stefan y Julio Iglesias, entre otros. El segundo volumen alistó a Stevie Wonder, Willie Nelson, Neil Diamond y Tom Jobim. Su último concierto fue en el Palm Desert Marriott de California, en 1995.
Los últimos años y el legado (1995 – 2005). Hasta ese momento, Frank Sinatra había grabado cerca de 1400 canciones y participado en más de 60 películas. Obtuvo 31 discos de oro, 9 de platino, 3 de doble platino y 1 triple de platino. Después de su última actuación pública tuvo dos internaciones por problemas de salud. El 14 de mayo de 1998 murió de un ataque al corazón, en Hollywood. Tenía 82 años.
Mientras se realizaban sus exequias en Beverly Hills, con rutilantes figuras del espectáculo, a miles de kilómetros de allí, mil personas participaban en Hoboken (Nueva Jersey) de una misa en su homenaje, en la parroquia donde Frank había sido bautizado en 1915. Juntos entonaban «My Way». Tras su muerte, las copias de sus primeras grabaciones se cotizaban a más de 3000 dólares.
La leyenda continúa 2005 – 2015. La mala fama acompañó a Sinatra incluso después de su muerte. Meses atrás, Sebastián Marroquín, el hijo del colombiano Pablo Escobar, declaró al diario O Estado de São Paulo que Sinatra había sido socio de su padre en Miami. Pero nada ha hecho mella en la leyenda del hombre de los ojos azules. Sus discos (las reediciones, los compilados) siguen siendo publicados como si fueran nuevos. En su website oficial se pueden encontrar, además de información, fotos y videos sobre su vida, una variada vidriera de merchandising y las reediciones de sus álbumes (At the Sands y Ol’ Blue Eyes is Back, entre otros) y los compilados Best of the Best (2011), Duets – edición 20° aniversario (2013), Sinatra With Love (2014) y Ultimate Sinatra (2015).
El último fin de semana la CBS le dedicó un especial de dos horas denominado Sinatra 100: An All-Star Grammy Concert, donde se lució Lady Gaga. On DirecTV dará hoy, a las 16, 20 y 21, los documentales Sinatra: All or Nothing at All, de Alex Gibney; Sinatra, a Man and His Music y The Main Event.
Habrá más tributos por estos días, además de los eternos homenajes de los fans, que se pueden encontrar online. El sitio oficial es www.sinatra.com
Sinatra, en el cine
La pantalla grande fue la segunda vida del crooner, por Marcelo Stiletano
Recuerdos de Hoboken
El centenario en el pueblo de Frank
Cuando se cumplen cien años de su nacimiento, en el pueblo natal de Frank Sinatra todavía sigue vivo el recuerdo del joven «Frankie» como el del único alumno que llegaba a clase en Cadillac durante los años de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Hijo de la inmigrante italiana más influyente de la pequeña localidad con vistas a la imponente isla de Manhattan, a Sinatra le recuerdan como a un niño mimado que se olvidó enseguida de sus orígenes cuando se convirtió en la voz más reconocible de todos los tiempos, siempre según los vecinos y expertos con los que habló EFE en las calles que le vieron crecer.
Homenaje a Frank Sinatra en su ciudad natal, Hoboken, el día de su muerte..
«Cada vez quedan menos personas en el pueblo que le conocieran personalmente pero el recuerdo que se ha transmitido es el de un chico a cuya familia las cosas no le iban mal, que estaba muy mimado», explica a EFE Robert Foster, el director del Hoboken History Museum, que con motivo del centenario dedica a Sinatra una exposición especial. «Los vecinos nunca le perdonaron que se creyera más importante que el propio pueblo. Este es un lugar relativamente pequeño y es difícil digerir que tu vecino sea Sinatra», justifica Foster sobre el recuerdo «agridulce» de los vecinos hacia su gran estrella.
«Si quería algo solo tenía que pedírselo a su madre», explica Valery, veterana voluntaria del museo, fuente de conocimiento popular sobre la obra de Sinatra, que explica la importancia en el desarrollo de la personalidad de Frank de su madre. «Dolly» Garaventa, que llegó siendo una niña de un pueblo de Génova (Italia) a Nueva Jersey, se casó con Marty Sinatra en contra de la voluntad de sus padres. Por su fuerte carácter y determinación se convirtió en la persona más influyente de la comunidad italiana en Hoboken, donde el gobierno local estaba dominado por los irlandeses. Comadrona del hospital local, explican que practicaba abortos clandestinos, medía apenas un metro y medio y no pudo tener más hijos después de Frank, que pesó casi seis kilos, y fue así un raro hijo único en medio de una comunidad italiana local donde abundaban las familias numerosas. Su padre era un bombero asmático que no sabía leer y que se las apañó para gestionar un bar clandestino en plena ley seca.
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