¿La diversificación del riesgo en los mercados financieros internacionales?
La selección de las carteras financieras ha seguido respondiendo al principio básico establecido por el modelo desarrollado por el premio Nobel de Economía (1990) Harry Markowitz. El citado Nobel de Economía desarrollo en su artículo titulado “Portfolio Selection”, publicado en 1952 en el Journal of Finance, un modelo según el cual los inversionistas racionales seleccionarían sus portafolios de inversión usando tres parámetros básicos: la rentabilidad, el riesgo y la diversificación. La rentabilidad es medida en términos de la media de la tasa de los rendimientos de un activo financiero en un periodo determinado, el riesgo es estimado en función de la variación de los rendimientos alrededor de la media de un activo financiero dado. Y la diversificación es la selección de activos escasamente o negativamente correlacionados entre sí. De esta forma, los inversionistas eligen sus instrumentos financieros que conformarían su cartera de inversión, sin tener que sacrificar el rendimiento esperado, al seleccionar una mezcla optima de rentabilidad para un nivel de riesgo específico, según el nivel de aversión al riesgo de cada inversor.
No obstante, a los innumerables trabajos empíricos que se han sido publicados sobre los efectos positivos de la diversificación de carteras internaciones, sea en índices financieros, instrumentos de renta fija, o variable, en commodities, como en derivados. Ha quedado demostrado que la complicada tendencia inherente a la compleja interdependencia internacional de sus mercados de activos reales y financieros ha puesto en entredicho de manera paradójica el supuesto básico de los beneficios que en términos de la relación rendimiento-riesgo, traería aparejada las carteras internacionales de activos financieros como ya hemos señalado anteriormente. Los que nos lleva a plantear si realmente las carteras internacionales de inversión, ¿han resultado más ventajosas que las carteras de inversión nacional de un país determinado, en términos de diversificación del riesgo sistémico y mejores rendimientos? frente al creciente grado de integración existente entre las principales economías del mundo.
Los Tsunamis económicos mundiales como algunos académicos, periodistas y analistas de los mercados financieros globales, han llamado a las crisis económicas y financieras de la década de los años 90 del pasado milenio, y del primer decenio del milenio 2000. Han puesto en el tapete tres interrogantes ¿Coincidencia, Choques Comunes o Contagio? Según lo planteado por Kristin Forbes en su ensayo Global Economic Tsunamis: ¿Coincidence, Common Shocks or Contagion? (1), que de una manera u otra subsumen el alcance de los efectos de las citadas crisis en los mercados financieros mundiales y en las economías llamadas desarrolladas y emergentes. Los tres términos poseen acepciones diferentes y cada uno de ellos pone en entredicho la ventaja que la diversificación de carteras a nivel internacional traería en términos de reducción de riesgo y optimización de la rentabilidad de las mismas a un nivel de riesgo determinado. Lo que nos permite plantearnos los siguientes interrogantes en función de los diferentes patrones de spillovers globales, ocurridos durante períodos de estrés económico de los años 1997-1998 y 2007-2009 , ¿Por qué los mercados de valores parecerían estar afectados por el mismo viento hoy en día? y ¿Por qué los mercados de valores parecen navegar en una formación cada vez más estrecha en el tiempo? Ambos interrogantes que el autor arriba citado, son acogidos por nosotros en este ensayo a título de reflexión.
La crisis financiera asiática de 1997-1998
La crisis financiera asiática de julio de los años 1997-1998, produjo fuertes caídas en los índices de renta variable para las economías asiáticas. Estas caídas se reflejaron (aunque en menor medida) en las economías avanzadas fuera de la zona del euro, pero parecieron tener un efecto mínimo en otros mercados emergentes. La zona del euro pareció inmune a la ola asiática, con retornos muy altos, en lugar de menores. Esta crisis que fue catalogada de alcance global, no presento una alta correlación al no tener el mismo efecto de contagio que la crisis financiera mundial 2008-2009. (Ver Gráfico N° 2)
Crisis financiera global del (2007-2008)
La crisis financiera del periodo (2007-2008) conocida como la crisis de las hipotecas subprime afectó fuertemente los índices financieros globales. Esta crisis se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, lo cual provocó que las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzaran a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después el internacional, debido a la titulación en productos financieros derivados de las hipotecas del sector inmobiliario, teniendo esto un efecto amplificador, que causo directa e indirectamente, otros fenómenos económicos, como la caída del precio de los commodities, así como diferentes derrumbes bursátiles a escala global, lo que conllevo a que los instrumentos de renta variable no sólo en Estados Unidos, sino en todos los grupos de países de las principales economías del mundo se vieran seriamente afectados, por ende, esta crisis fue catalogada como un tsunami global.
La Crisis Financiera Global sigue mereciendo su nombre, pues produjo una caída abrupta y simultánea del crecimiento en cada región, seguida de rebotes simultáneos. Lo que puso en entredicho la efectividad de la diversificación de carteras en activos internacionales, en especial los de renta variable. Pues los patrones de los precios y rendimientos, durante la crisis del 2008, fueron absolutamente diferentes para los mercados de renta variable, que los patrones de precios de la crisis asiática de 1997. En la crisis del 97 el crecimiento del PIB en las economías avanzadas fue más fuerte y más estable que lo que implicaron las caídas en las acciones de estos países. El crecimiento del PIB en los mercados emergentes fue más negativamente afectado de lo que implicó la relativa estabilidad en sus mercados de renta variable, y el crecimiento de la zona del euro estuvo en la mitad de los dos grupos, no mostrando ninguno de los mejores resultados como ya lo hemos señalado. (Ver Gráfico N° 2)
El resultado de estas dos crisis ha tenido importantes implicaciones para los inversionistas con carteras internacionales diversificadas en diferentes zonas geográficas del mundo. Pues los mercados de renta variable alrededor del mundo se mueven juntos mucho más cerca ahora que en el pasado, como lo demostró la crisis global del 2008 -2009. Haciéndose más difícil para los inversores diversificar sus carteras y generar rendimientos a través de 'alfa' (diferenciándose de los movimientos promedio del mercado). (Ver Gráfico N° 1)
Ahora nos planteamos, ¿Por qué los mercados de valores parecen estar afectados por el mismo viento hoy en día, pero no las tasas de crecimiento? ¿Por qué los mercados de valores parecen navegar en una formación cada vez más estrecha con el tiempo? Tal vez la respuesta a estas interrogantes las encontremos en los tres términos mencionados anteriormente y que fueron desarrollados en la ya citada publicación de Kristin Forbes. La primera es la “coincidencia” la cual hace referencia a un problema estadístico que mide el co-movimiento de diferentes mercados, debido a una mayor interdependencia comercial y financiera de los mercados globales, lo que ha dado como resultado que los coeficientes de correlación entre los mismos aumenten. El segundo concepto es el de “choques comunes”. El cual fue definido por el citado autor “como los cambios en el entorno global que afectan a todos los países simultáneamente”, (riesgo sistémico), entre los cuales señala, los cambios en los precios de los commodities, la transformación del sentimiento de riesgo global, y los cambios en la política monetaria de Estados Unidos, más los eventos económicos en China, los cuales han desempeñado recientemente un papel más relevante en la conformación de este nuevo patrón de conducta en los mercados financieros internacionales. Tal aseveración Kristin Forbes la visualiza utilizando la analogía de los tsunamis, y según la cual, las olas globales han aumentado en su intensidad como en alcance.
El tercer concepto utilizados por Forbes es el del “contagio”, el cual sostiene que las malas noticias en un (país o región) se extiende a otros, sin que exista un alto nivel de interdependencia o interrelación económica entre países o mercados en cuestión. Estando este más relacionado con elementos de índole conductual de los inversionistas, (ver las expectativas racionales de los inversionistas y percepciones psicológicas). No obstante, a nuestro juicio este concepto ha sido muy cuestionado como factor explicativo del comportamiento de los mercados financieros globales, pues el efecto contagio suele desaparecer a muy corto plazo, lo cual no le permite establecer nuevos patrones de conducta estructurales en los mercados financieros internacionales.
(Gráfico N° 1)
Cambios en índices de renta variable durante períodos de estrés (1997-1998 al 2007-2008
Fuente: Global economic tsunamis: Coincidence, common shocks or contagion? Kristin Forbes, External MPC Member, Bank of England Imperial College, London 22 September 2016.
(Gráfico N° 2)
Crecimiento del PIB durante períodos de estrés de los periodos(1997-1998 y 2007-2008)
Fuente: Global economic tsunamis: Coincidence, common shocks or contagion? Kristin Forbes, External MPC Member, Bank of England Imperial College, London 22 September 2016.
Conclusiones
Según la evidencia empírica analizada, podemos afirmar que existe un nuevo patrón de conducta de los mercados financieros internacionales, los cuales se presentan más correlacionados en épocas de crisis como lo demostró el Tsunami del (2007-2008). Lo que dificulta así las estrategias de inversión financiera internacional que buscan diversificar el riesgo, al tratar de reducir las exposiciones de las carteras en escenarios de stress económicas y financieras. Situación está que ha puesto en entredicho, la eficacia básica de la famosa teoría de la diversificación de carteras, expuesta anteriormente, y que ha marcado la pauta en el mundo financiero mundial en los últimos 60 años. No obstante, se necesitan más estudios y comparaciones sistematizadas desde el punto del abordaje teórico y metodológico para llegar a mejores sustentaciones académicas.
El autor es MBA (Universidad de Chile) y cursa el Master en Finanzas de la Universidad de Chile (Sede QLU Panamá)
Referencias
Kristin Forbes, External MPC Member, Bank of England Global economic tsunamis: Coincidence, common shocks or contagion? Imperial College, London 22 September 2016.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 25 de noviembre, 2013
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