Entre el muro y las remesas
A raíz de las acciones ejecutivas “anti-inmigrantes” firmadas por Donald J. Trump, presidente de los Estados Unidos –EEUU-; la continuación de la construcción del muro y las remesas son temas de actualidad y relevantes para nuestros países latinoamericanos.
Para empezar, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva para mejorar la seguridad de la frontera y reforzar las leyes migratorias. En dicha orden, señala como asunto de seguridad nacional el tema migratorio, por consiguiente es tema de suma importancia reforzar la frontera con un muro y deportar a aquellos que ingresaron ilegalmente al país.
Para cumplir con dicha orden se requiere de muchos recursos, no sólo en la construcción del muro, sino también en el mantenimiento y la vigilancia del mismo, así como todo el proceso que conlleva la deportación, es decir, desde la detención y el juicio hasta la devolución al país de origen.
El costo del muro, muy costoso por cierto, es el que Trump aseguró a sus votantes sería pagado por los mexicanos. Afirmó que “de una u otra forma” lo pagaría el gobierno de México y por ende, los mexicanos. De modo que para financiar el inútil gasto del muro, Trump ha propuesto poner aranceles a los productos importados de origen mexicano, al igual que gravar todas las remesas.
Por lo que, entre el muro y las remesas, hay mucho que analizar. El muro es un intento inútil por detener la migración hacia los EEUU, ya que mientras las condiciones no cambien en los países de origen, las personas seguirán buscando la forma de cruzar, con o sin muro, para mejorar su nivel de vida. El crimen organizado, por su parte, continuará utilizando todo los recursos a su alcance para vender su “producto” mientras exista un “mercado” rentable al otro lado de la frontera, un claro ejemplo es la red de túneles sofisticados que utilizaba Joaquín “el chapo” Guzmán.
El gobierno de EEUU tiene la potestad de construir los muros que desee en su territorio pero, pretender que debe ser financiado por los latinoamericanos, en este caso los mexicanos, es más que absurdo, populista. Empezando porque quienes lo pagarán de manera inmediata son los tributarios estadounidenses. Además de los perjuicios que ocasionaría poner aranceles a los productos importados de México, con el consecuente aumento en los precios de dichos productos.
Ahora bien, alguien puede argumentar que, precisamente lo que se busca es que no se consuman productos mexicanos sino locales. Entonces, imagine el precio de un vehículo sin partes importadas de todo el mundo o, incluso, ensamblados en EEUU con costos de producir en el país. El precio se iría muy por encima del actual, a menos que se volvieran más competitivos y los sindicatos estuvieran anuentes a bajar los costos de mano de obra, que el gobierno redujera las regulaciones y los impuestos.
Los aranceles al comercio internacional protegen a industrias o sectores ineficientes y perjudican a los consumidores al obligarlos a comprar productos más caros. Entonces a la larga, si se ponen aranceles ¿quién terminará pagando el muro?
Gravar las remesas, como fuente de financiamiento del muro, es por demás un castigo a la productividad y la confiscación de la riqueza. Muchos políticos y burócratas en Latinoamérica se rasgan las vestiduras al afirmar que este impuesto es confiscatorio y vulnera el derecho a la propiedad privada. Aseguran que los creadores de la riqueza deben ser los dueños de la misma y por ende disponer de ella como mejor les parezca, en este caso, transferirla por medio de remesas a sus familiares.
Es curioso observar la lucidez de razonamiento político para rechazar las medidas de Trump en el tema de los impuestos y las remesas. Sin embargo, cuando se trata de nuestros países ahí justifican poner impuesto a todo y por todo. Para ellos, los políticos y los burócratas, la propuesta de un impuesto a las remesas de Trump es inmoral pero lo justifican cuando se trata de confiscar la riqueza que se crea en nuestros países, ¿es acaso, la propiedad de la riqueza una cuestión de geografía y no de principios?
Entre el muro y las remesas, hay muchas lecciones. La amenaza nacional es una excusa para echarle la culpa de todo a los migrantes y por consiguiente construir un muro que le quitará mucho dinero “de una forma u otra” a los tributarios estadounidenses. En contraparte, Trump es la excusa perfecta de nuestros gobiernos para echarle la culpa de todos los males que nos aquejan, tales como, el maltrato de nuestros paisanos sin preguntarnos antes ¿por qué se fueron?, la crisis que habrá si no hay remesas sin preguntarnos ¿por qué allá pueden generar tanto y aquí tan poco?
Entre el muro y las remesas, podemos vislumbrar la importancia del poder limitado que deben tener los políticos, de los pesos y contrapesos que debe haber en un sistema de gobierno, del fortalecimiento de la República para que en un país como EEUU, personas como Trump no tengan todo el poder al llegar a la presidencia.
Entre el muro y las remesas ¿seremos capaces de no sólo ver el muro ajeno sino también el propio que impide la creación de riqueza en nuestros países?
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