Argentina: El lado B del exitoso blanqueo plantea interrogantes
Por Alejandro A. Tagliavini
Ambito Financiero
Sorprendente lo del blanqueo; realmente, la estrategia del Gobierno de asustar a los "evasores" dio resultado, al punto que se calcula que el 25% del total de los bienes de argentinos en el exterior -estimados en u$s400.000 millones- se formalizó. Y todavía falta para el vencimiento del Régimen de Sinceramiento Fiscal, el 31 de marzo, cuando el total podría superar los u$s 120.000 millones, 20% del PBI.
Ahora, si es un triunfo para el Gobierno, hasta podría ser negativo para el país si no baja la presión fiscal total -impuestos, inflación y endeudamiento- relativa al PIB actual. Se estima que habrá al menos $5.000 millones adicionales por año que retendrá el fisco.
Una parte importante quedará afuera del país mientras el "costo argentino", liderado por la presión fiscal, no baje. Así, lo más "reactivador" de momento es la multa (hasta hoy $82.000 millones, 1% del PBI) que irá a gasto público.
El bajón mundial ha provocado que las exportaciones de América Latina en 2016 rondaran los u$s850.000 millones, 50.000 millones (6%) menos que en 2015, cuando la caída respecto del año anterior ya había sido del 15%. Principalmente debido a la baja en las exportaciones a EE.UU. (-5 %), a la propia región (-11 %), a China (-5 %), y al resto de Asia y la Unión Europea (-4 %). Esto con el blanqueo podría perjudicarse ya que al entrar dólares el peso no se depreciaría lo suficiente, perdería competitividad y alentaría, irónicamente, la fuga de capitales.
Para sumar viento en contra, la Fed subió las tasas hasta el rango de entre 0,50% y 0,75% y anticipó que en 2017 se realizarán otras tres subas. Argentina se perjudicaría por el incremento del costo de fondeo externo. Además, se producirá el efecto "flight-to-quality" ya que, siendo las tasas en EE.UU. más atractivas, los capitales fluirán desde los mercados inestables como el argentino.
Se estima que con Trump la inflación Core PCE podría superar el 2,3% empujando la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años por encima del 2,80%. En esto sí el blanqueo ayudaría al Gobierno; de hecho, el riesgo-país ya ha bajado. Pero podría tentar al Gobierno a endeudarse más. De hecho, el nuevo ministro de Finanzas prevé emitir bonos alrededor del 10 de enero por hasta u$s 10.000 millones. Es que el cronograma de pagos que tendrá que afrontar el Tesoro y las necesidades de fondos llegarían a u$s 30.000 millones en 2017.
Ahora, dice la metafísica aristotélica, que la causa eficiente o motriz es el estímulo que desencadena el proceso de desarrollo natural, al tiempo que define a la violencia como lo que fuerza el desvío de este desarrollo espontáneo, reprimiendo al estímulo eficiente. Así el Estado, cuando utiliza su monopolio de la violencia -su policía- para imponerse, provoca ineficiencia. En términos económicos, aumenta la eficiencia cuando las personas son menos reprimidas, ya que pueden maximizar sus recursos naturales, su creatividad y su potencial de trabajo.
Es importante entonces no perder el foco y advertir que, estrictamente, no es el "excesivo gasto estatal" lo que retrasa a un país, sino la represión. De modo que, si el déficit fiscal fuera financiado sin reprimir impositivamente a las personas, por ejemplo, con la venta de propiedades estatales, no habría retraso social.
La carga impositiva argentina en dólares aumentó 50% desde 2001, en tanto que el costo logístico subió 44,1% interanual en 2016. En 2015 los impuestos para las empresas llegaban al 34% del PIB, según la UIA, cuando en los países de la OCDE es del 34,4%. Me cuesta creerlo, porque la percepción a simple vista es que la carga tributaria argentina es muy superior. De hecho, 40% del precio final de los alimentos son impuestos, 50% del precio de la nafta y algo más del 54% del precio de los autos que, así, cuestan casi el doble que en EE.UU.
Pero aun suponiendo que este cálculo sea exacto, hay que sumarle la inflación que se llevará un 40% en 2016 y costos adicionales como, por ejemplo, los sueldos que hay que pagar para lidiar con la tremenda burocracia y el excesivo costo financiero a partir de las altísimas tasas del BCRA. Y aquí, y no en "la herencia", hay que buscar la caída del PIB en 2016.
Hablando de costo financiero, liberado de Prat Gay, el BCRA mantuvo la tasa de la Lebac a 35 días en 24,75% para "mantener su meta de inflación de entre 12% y 17% para 2017", y expandió la masa monetaria en más de $18.000 millones "como resultado del aumento estacional de la demanda de dinero". Con el régimen de metas de inflación que se pondrá en marcha el año nuevo, la tasa de la Lebac (que se licitarán sólo una vez por mes) a 35 días pasará a ser reemplazada por la de los pases a 7 días (en rigor, el centro del corredor entre pases activos y pasivos).
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