Venezuela: Cuidado con ilusiones y fantasias
Más allá de las algarabías, celebraciones, lamentaciones y sentimientos encontrados que al final de cualquier proceso electoral suelen producirse, más el extenso sets de análisis sobre las relaciones de causalidad-efecto que pudieron haber llevado al resultado obtenido en el proceso en cuestión, donde las opiniones suelen ser variopintas según sea la tendencia política del actor o personaje que la emita, o la seriedad del ¨analista ¨político en cuestión que trate de explicar el hecho político acontecido y sus posibles consecuencias. Y sin pretender ser la torre de marfil que mucho se ha invocado en el mundo de la ciencia política en nombre de la objetividad absoluta a la hora de hacer análisis político y económico para así determinar las causas multifactoriales y su ponderación que conllevaron a que un hecho económico y político haya acaecido. Pasaremos a analizar más que los resultados numéricos electorales de las elecciones parlamentarias en Venezuela del pasado 6D, donde la oposición venezolana obtuvo 112 escaños en la asamblea Nacional frente a los 55 del PSUV, partido de gobierno, los factores estructurales y coyunturales de fondo que determinaron los mismos y los desafíos que la oposición venezolana tendrá que hacer frente en el complejo escenario económico y políticos que Venezuela deberá vivir en los venideros años, en función de las múltiples expectativas de cambio y mejoras socioeconómicas, y de justicia, que entre otras, tienen los electores que favorecieron la amplia victoria de las fuerza opositoras en Venezuela.
La situación socioeconómica por la que atraviesa Venezuela, las causas de la misma, y la incidencia que tuvieron en los resultados de las elecciones parlamentarias del 6D, más que coyunturales debido a la caída del precio del petróleo, son estructurales, como ya muchos analista económicos y políticos tanto en Venezuela, como en el resto del mundo, habíamos venido advirtiendo insistentemente en menor o mayor grado desde hace más de una década, ya lo explicábamos en nuestro artículo titulado Elecciones en Venezuela el Personalismo Político, publicado en diario La Prensa de Panamá el 30 de marzo del 2013, donde hicimos referencia a los efectos negativos e irreversibles, que ya habían venido produciéndose en la economía venezolana, gracias a las políticas económicas incoadas por él mismo régimen chavista, en el marco de su llamado socialismo del siglo XXI, y los cuales iban a ir in crescendo a corto y mediano plazo, hasta generar inevitablemente, la caída del aparato productivo, la carencia de productos básicos, así como, las deficiencias estructurales del sector eléctrico, la inseguridad personal, y jurídica para la inversión privada, entre otras. Siendo insuperable este combo de miseria socioeconómica, de mantenerse la política económica del régimen chavista, pues la misma presenta visos de insostenibilidad e inviabilidad, a pesar de los altos ingresos petroleros de los cuales había venido disfrutando, lo que le había permitido mantener una economía improductiva, ineficiente e inequitativa a base de importaciones y dadivas sociales que nunca llegaron a resolver los problemas socioeconómicos estructurales de fondo en la economía venezolana, ni mucho menos establecer los fundamentos económicos, y jurídicos sobre los cuales erigir una economía, sustentada en el libre mercado, diversificada, productiva, eficiente, competitiva que generase altos niveles de riqueza sostenibles en el tiempo, capaz de crear una economía de clase media en Venezuela, que sacase de la miseria estructural al amplio sector de la población pobre de Venezuela y llevarlos al segmento de la clase media venezolana.
Ninguna de estas metas puede ser alcanzada sin la introducción de reformas estructurales importantes en Venezuela, algo que representa el mayor desafío para la oposición, dado el costo político y económico inicial que las misma tendrían, frente a las expectativas de cambios a corto plazo que en materia económica, muchos de los votantes tienen puesta sobre la oposición venezolana, más cuando una parte importante de ella asumen que el esquema actual debe de mantenerse sin mayores cambios, pues más que haber alcanzado una mayoría calificada en la Asamblea Nacional, logro importante e insoslayable por supuesto, el meollo de la cuestión radicará en 1° lugar, ¿ en la capacidad de la oposición de mantener su bloque unido?
En 2° lugar, lograr un consenso dentro del cual, definir los pasos a seguir, que conlleven al desmantelamiento rápido y gradual según sea el caso y la capacidad política de la misma, de todo el esquema económico actual que ha conllevado a la corrupción, inseguridad personal, al quiebre del aparato productivo, el incremento del desempleo y la pobreza, la crisis se la salud, y del sistema educativo masificado con fines de control y proselitismo político en detrimento de la calidad y verdaderas necesidades del país sobre la materia. Así como la putrefacción de todo el aparato institucional de la Republica con su incrustado crimen organizado, que requiere urgentes cambios en aras de garantizar un estado de derecho donde realmente funcionen los equilibrios de poderes, y se resguarden los más elementales valores que en materia de derechos humanos, y de la propiedad privada garantiza la misma y tan cacareada constitución de 1999, que el régimen ha utilizado incesantemente para legitimarse.
Y en 3° lugar, tal vez el mayor de los desafíos a mediano y largo plazo, que es enfrentar esa perniciosa y malvada cultura sociopolítica y económica del venezolano muy arraigada en el paternalismo estatal, en el resuelve, en el facilismo, en la cultura de la corrupción que favorece al enchufado en detrimento de los más pobres y necesitados, y en la perdida de los valores fundamentales: como la honestidad e igualdad de oportunidades ante la ley , pilares sobre los cuales se construyen las sociedades libres, más justas e igualitarias. Por algo el propio maduro en una de sus últimas intervenciones públicas horas antes de las elecciones parlamentarias y sin descontextualizar su aseveración, hizo referencia a una situación en la cual uno de sus seguidores le pedía y pedía y frente a la cual Maduro respondió que no todo es pedir y pedir, sino que había que producir palabras más o menos. Pues si es cierto que estos viejos vicios perniciosos en la cultura política y económica venezolana anteceden el actual régimen venezolano, los mismos fueron fuertemente reforzados por éste como formas de ganar y mantener adeptos a su causa.
Por eso en Venezuela no deben de acariciarse muchos sueños a corto plazo, ni a mediano plazo, sin perder las esperanzas por supuesto y la voluntad de cambio expresada, pues el camino es peligroso y lleno de trampas, desafíos y vicios culturales e históricos que demandaran un proceso de rectificación del liderazgo opositor y su disposición de llevar a cabo las reformas requeridas y mantenerlas como política de estado a largo plazo, sino se correría el riesgo de volver a relegitimar el actual régimen político venezolano.
El autor es Abogado y Politólogo.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 25 de noviembre, 2013
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