Google quiere llevar internet a Cuba pero el gobierno de Raúl Castro tiene sus dudas
Ejecutivos de Google entregaron al gobierno cubano una propuesta para llevar con rapidez la internet a los cubanos de manera masiva pero las autoridades de la isla ven con reticencia el plan, según comentaron a el Nuevo Herald varias fuentes familiarizadas con la propuesta.
Las fuentes pidieron el anonimato y rehusaron entrar en detalles aunque, de modo general, el proyecto implica ofrecer internet a los cubanos a través de conexiones inalámbricas (wifi), directamente a los teléfonos móviles, como sugirió Brett Perlmutter, ejecutivo de Google Ideas, durante un reciente viaje a La Habana.
“Cuba tiene la gran oportunidad de saltar en su infraestructura directo a móvil sin pasar por todo el camino del cableado, como están haciendo los países de África”, dijo Perlmutter a la revista digital On Cuba durante su visita a la isla.
Compañías como Google y Facebook están compitiendo por cerrar la llamada “brecha digital” en el mundo y aumentar la conectividad en los países menos desarrollados–lo que a la larga incrementaría el mercado para sus productos y aplicaciones–a través de globos y drones, dos de las iniciativas más llamativas.
Según una fuente oficial cubana, los ejecutivos de Google habrían sido recibidos por “autoridades comerciales y han estado conversando. Esto se ve como un proceso”, dijo. Otra fuente dentro de Cuba dijo que en la propuesta, Google ofrece financiar casi todo el costo de la inversión.
Un proyecto de este tipo, a gran escala, podría beneficiar significativamente a los cubanos, quienes tienen una de las tasas más bajas de acceso a internet en el planeta, con solo un 3.4 por ciento de penetración en los hogares, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Reticencias del gobierno cubano
La directora del grupo de trabajo sobre Cuba del Americas Society and Council of the Americas (AS-COA), Alana Tumino–quien encabezó la delegación con la que Perlmutter pudo viajar a La Habana–señaló que “grandes compañías están interesadas en explorar opciones y presentar propuestas de inversión en sectores como las telecomunicaciones, pero la paciencia y la construcción de la confianza son centrales”.
Tumino añadió que “todavía existe escepticismo entre los funcionarios cubanos acerca de los motivos de las compañías de Estados Unidos para entrar en su mercado. Hay una oportunidad enorme, pero va a tomar tiempo convertirla en un proyecto real en el terreno”.
Según el profesor Ted Henken, quien ha investigado sobre la internet en Cuba, “es menos probable que los servicios y conexiones web provenientes de Estados Unidos, como en el caso de Google, sean vistos como un caballo de Troya, ahora que la administración de Obama ha rechazado explícitamente el cambio de régimen y ha cambiado su política por una de acercamiento”.
Pero la fuente oficial cubana consultada mencionó que el gobierno de la isla no ve con buenos ojos la aprobación de $30 millones para la promoción de la democracia en Cuba en el proyecto de presupuesto para el Departamento de Estado que ya fue aprobado por la Cámara de Representantes aunque todavía no se ha convertido en ley.
Según varias fuentes, entre las reticencias del gobierno cubano figura también la relación de Google con la organización sin fines de lucro Raíces de Esperanza, fundada por jóvenes cubanoamericanos con el fin de empoderar a la juventud cubana en temas tecnológicos. La organización envía donativos de teléfonos celulares a Cuba y ha organizado eventos para desarrollar aplicaciones que puedan ser usadas por los cubanos. Google apoyó uno de esos eventos, un “Hackaton” celebrado en abril de este año en la sede de Facebook en California.
Raíces de Esperanza fue mencionada en un reporte de AP el año pasado sobre el llamado “Zunzuneo”, un proyecto de la USAID que generó en EEUU un debate sobre la efectividad de los programas de “cambio de régimen”. Según AP, la organización no apoyó el proyecto, aunque dos de sus miembros fungieron como consultores. Medios digitales cubanos, no obstante, multiplicaron las críticas y mencionaron, además, el apoyo de Raíces de Esperanza a la bloguera y periodista Yoani Sánchez, a quien el gobierno cubano acusa de “mercenaria pagada” por Estados Unidos.
Henken, profesor de Baruch College, consideró que el gobierno cubano debería apreciar que los miembros de esa organización “son jóvenes (no sus padres o abuelos que favorecían una agenda de derrocamiento), cubanos (no están controlados por el gobierno de EEUU) y abiertos (su website declara abiertamente su objetivo de crear puentes y empoderar a los jóvenes cubanos)”.
Según Henken, las preocupaciones del gobierno cubano reflejan más bien “una larga tradición de mentalidad de plaza sitiada y fobia a la autonomía, el deseo de controlar todas las organizaciones independientes o etiquetarlas como ‘traidoras o mercenarias’”.
El director ejecutivo de Raíces de Esperanza, Raúl Moas, dijo a el Nuevo Herald que la organización “siempre se ha dedicado a construir puentes entre Silicon Valley y La Habana… Nuestra prioridad no es política sino ayudar a mejorar la calidad de vida de los cubanos en la isla”. Moas dijo haberse reunido recientemente con el Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, José Ramón Cabañas, quien expresó “su política abierta para sentarse y conversar con la juventud cubanoamericana y cualquier otra persona que quiera ayudar a construir una Cuba mejor y más inclusiva”.
Personas involucradas en las negociaciones entre Google y La Habana confían en que el acuerdo podría llevarse a cabo, no obstante, si el gobierno cubano decide negociar directamente con la compañía estadounidense y aclaran directamente las dudas con sus ejecutivos.
Perlmutter no respondió a la petición de comentario para esta historia.
Un vocero de Google dijo a el Nuevo Herald que la compañía está “trabajando para ayudar al gobierno cubano a planear el mejoramiento del acceso a Internet, un objetivo que ha declarado públicamente. Nosotros no le hemos ofrecido a Cuba dinero para desarrollar la conectividad a Internet”. Agregó, además que “Raíces de Esperanza es una de las muchas organizaciones que se han acercado a Google sobre el tema cubano. Nosotros no tenemos una asociación ni planificamos tenerla en el futuro”.
Aumenta la impaciencia
Aún si el acuerdo con Google no cristaliza, las autoridades están enfrentando mayor presión para acelerar el ritmo de las reformas en Cuba, y la masificación de la internet.
Henken comentó que si bien el gobierno enfrenta una creciente demanda, sobre todo después del 17 de diciembre para extender la internet y bajar los precios, “siempre he sospechado que el gobierno cubano cambiará su política si puede mantener bajo control relativo el potro salvaje que es internet. Nauta [la intranet cubana] les permite hacer eso así como trabajar con Venezuela y China”.
Varios funcionarios cubanos, entre ellos el vicepresidente Miguel Díaz Canel, han insistido en que la internet beneficiaría el desarrollo del país. ETECSA, el monopolio estatal de las telecomunicaciones, rebajó los precios de navegación a la mitad, hasta 2 CUC ($2.30) la hora–todavía caros para la mayoría–y anunció la apertura de 35 puntos de conexión inalámbricos en zonas públicas de todo el país. Un pequeño avance, pero los jóvenes se muestran cada vez más impacientes.
“Creo que existe una voluntad política de generalizar el servicio de internet en Cuba. Va muy lenta, pero es algo que no pueden aguantar más”, comentó a el Nuevo Herald, Carlos Alberto Pérez, autor del blog La Chiringa de Cuba, que ha filtrado informaciones desde la isla, más recientemente sobre los planes gubernamentales respecto a la internet.
Unos días después del viaje de Perlmutter a La Habana, Pérez publicó lo que sería el “plan quinquenal” de ETECSA, para llevar la banda ancha al país. El pasado miércoles, el bloguero filtró otro documento con el plan detallado de la compañía estatal para ofrecer internet a los hogares, usando la ya superada tecnología de banda ancha de primera generación (ADSL). El servicio usaría la limitada red telefónica cubana, que llega solo a un cuarto de la población, y tendría lo que se considera ahora baja velocidad de entre 8 Mbps y 1 Mbps.
En las redes sociales cubanas, el plan fue inmediatamente criticado por los altos precios y el hecho de que el servicio solo estaría disponible para los usuarios de teléfono. Hugo Cancio, director de On Cuba y quien se reunió con Perlmutter en La Habana, comentó además que un plan de este tipo sería “costosísimo”.
ETECSA emitió un comunicado el jueves de la semana pasada en el que lamentó que “de manera inescrupulosa se manipule información interna de la empresa para desinformar a la población” y aunque no negó que el documento fuera de la compañía dijo que había sido obtenido “de una fuente no autorizada por ETECSA” y que era “un documento utilizado para impartir un curso a especialistas de la empresa… con supuestos elaborados para posibles escenarios”.
Previendo una reacción de este tipo, en un país donde la información es controlada estrictamente por el gobierno, Pérez se dirigió en su blog “a quienes sé que se molestarán mucho con este #ChiriLeak” para advertirles que “la información que me ha sido suministrada es de una fuente anónima, y que no pertenece a la red laboral donde trabajo, por tanto esta vez se pueden ahorrar el secuestro de mi computadora”.
El bloguero, que maneja las redes sociales para los llamados Joven Club de Computación cubanos, aseguró a el Nuevo Herald que “el documento es 100% legítimo, al punto que la propia nota de ETECSA lo reconoce diciendo que es un documento que utilizaron para la preparación de su personal técnico y especialistas. Se contradicen, sin embargo, cuando dicen que lamentan que ‘se manipule información interna de la empresa para desinformar a la población’. ¿Desinformar? ¿De qué manera, con el mismo documento que 4 párrafos arriba ellos asumen como legítimo? Es una locura”.
Pérez no está tan convencido de que el acuerdo con Google fructifique. El bloguero comentó que aunque el gobierno cubano debía “aliarse a alguna compañía grande y de recursos”, le daba “la impresión de que Google no va a ser, pues cada vez que los funcionarios de Google ponen un pie en la isla, a pesar de ser recibidos por las autoridades, paralelamente se levanta una campaña de desacreditación contra ellos o contra Google Ideas, y eso de casual no tiene nada”.
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