Lecciones de kínder
Ludwig von Mises dijo: “Si la experiencia histórica nos puede enseñar algo, sería que la propiedad privada está inextricablemente relacionada con la civilización”. Respetar la propiedad privada de uno es algo instintivo, lo difícil es aprender a respetar la de los demás. Considere lo que les ha pasado a los maestros afiliados al Fondo de Cesantía del Magisterio del Ecuador (FCME) con el gobierno de la “Revolución Ciudadana”.
En el liderazgo del ahora estatizado FCME se encuentran conocidos miembros de un partido y un sindicato de ideología comunista –el Movimiento Popular Democrático y la Unión Nacional de Educadores–. La ironía de lo que está pasando es que son precisamente quienes llevan décadas promoviendo ataques a la propiedad privada –núcleo de cualquier programa comunista– quienes ahora salen en medios protestando por la defensa de sus ahorros.
La violencia desplegada esta semana para tomarse los ahorros privados que estos maestros habían acumulado y gestionado desde hace más de una década ilustra con claridad ese “saqueo legal” del que nos hablaba Frédéric Bastiat. Como explica Aparicio Caicedo: “Se estatizó la gestión de cuatrocientos millones de dólares provenientes de los ahorros de miles de maestros ecuatorianos que cometieron el ‘error’ de confiar en administradores privados antes que en el sistema público… Ha sido un ‘saqueo legal’, porque la ley ‘toma partido en favor del saqueo’”.
¿Cómo pueden las mismas personas que han defendido ataques a la propiedad privada por décadas ahora defenderla? ¿Por qué importa defenderlos incluso a pesar de eso? Esto tiene una explicación: los protagonistas de este incidente no aprendieron las lecciones de kínder.
Es asombroso ver que una de las primeras cosas que un bebé llega a comprender es el concepto de la propiedad privada… suya. El celo por defender lo propio es instintivo. Hace poco una niña que está en prekínder me contó que un compañero la empujó. Le pregunté por qué creía que ese niño la había empujado y me contestó que ella había tomado su lonchera. Luego le pregunté si a ella le gustaría que alguien le quitara su lonchera, a lo que ella respondió con el ceño fruncido: “¡No! ¡Porque es mía!”. A ella le nace defender lo suyo, como a cualquiera. Lo que no surge de manera natural, y que es parte clave de la educación de cada persona, es llegar a respetar y defender la propiedad privada… de otros.
Por eso las mejores lecciones para participar del mundo civilizado nos las enseñan en kínder: (1) no pegarle a otros; (2) no tomar las cosas de otros; (3) cumplir con las promesas. Hay muchas personas que sin importar el nivel de educación formal obtenida no logran aprender estas tres lecciones. Lo que es peor, muchas de estas personas llegan a posiciones de poder. Otras, pasan décadas defendiendo ataques a la propiedad privada, para luego sufrir uno en carne propia.
Si algo debemos de aprender de la toma del FCME es que la libertad tiene que ver con el respeto a otros y a su propiedad. Es por eso que les propongo a los afiliados del FCME que ahora lideren la promoción de un sistema de pensiones que rompa el monopolio del IESS y les permita a todos los trabajadores ecuatorianos, no solo a los maestros, tener la libertad para elegir quién administra sus ahorros.
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