Venezuela hacia la importación de petróleo
No es un secreto para nadie que la gestión económica del gobierno populista de Venezuela es un desastre, pero nunca me hubiera imaginado que haya llegado al punto de obligar a Venezuela — el país con las mayores reservas petroleras del mundo— a importar petróleo.
Por extraño que parezca, el presidente Nicolás Maduro planea empezar a importar petróleo por primera vez para mezclarlo con el crudo pesado venezolano y evitar que las exportaciones petroleras del país sigan cayendo, según informó días atrás la agencia de noticias Reuters, citando un documento interno de la compañía petrolera estatal de Venezuela, PDVSA.
Resulta que la producción venezolana de crudos livianos se ha venido abajo desde que el difunto presidente Hugo Chávez asumió la presidencia en 1999, y el país necesita desesperadamente crudo liviano para mezclarlo con su petróleo extra pesado de la Faja del Orinoco, y poder exportarlo. Sin esa mezcla, el crudo extra denso de la cuenca del Orinoco es demasiado pesado para transportarlo.
El ejemplo de la industria petrolera de Venezuela, que representa un 95 por ciento de las exportaciones totales del país, debería usarse en las escuelas de todo el mundo como un caso de manual de lo que ocurre cuando un gobierno populista empieza a usar los recursos naturales del país para regalar subsidios y ganar votos, sin invertir en mantenimiento e innovación. Tal como ocurrió con la industria azucarera en Cuba, el chavismo ha destruido la gallina de los huevos de oro en Venezuela.
En 1999, cuando Chávez asumió la presidencia, PDVSA tenía 51,000 empleados y producía 63 barriles de crudo diarios por empleado. Quince años más tarde, PDVSA tenía 140,000 empleados, y producía 20 barriles de crudo diarios por empleado, según reportó el 14 de agosto la agencia de noticias France Press.
Las exportaciones netas de petróleo de Venezuela han caído desde 3.1 millones de barriles por día en 1997 a 1.7 millones de barriles diarios en el 2013, según datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.
Intrigado sobre cómo es posible que el país con las mayores reservas petroleras del mundo esté por importar petróleo, llamé a Evanán Romero, un ex viceministro de Energía y Minas de Venezuela y ex director de PDVSA.
Romero me dijo que Venezuela necesita desesperadamente acelerar sus exportaciones petroleras para conseguir ingresos, porque el gobierno está quebrado. La inflación ha superado un índice anual del 60 por ciento, y será el país latinoamericano de menor crecimiento económico este año, según el Banco Mundial.
Pero para aumentar sus exportaciones de petróleo, Venezuela necesita mezclar su crudos pesados de la cuenca del Orinoco con crudos importados más livianos, porque el país ya no produce suficiente crudos livianos. La producción de crudos livianos ha caído debido a falta de inversión, el abandono de la exploración de zonas de crudos livianos y la nacionalización de empresas que solían contribuir a la producción de crudos livianos.
Las empresas petroleras extranjeras que operan en Venezuela no han querido invertir en instalaciones para diluir y mejorar los crudos pesados y hacerlos exportables, por temor a las expropiaciones, o porque no creen que sea un buen negocio mientras el gobierno solo les permita poseer una minoría accionaria.
Entonces, aunque el gobierno ya había empezado a importar productos refinados para mezclar con sus crudos pesados, ahora se verá obligado a comprar crudos livianos a Argelia, según el documento de PDVSA citado por Reuters.
¿Por qué Maduro no puede ofrecer mejores condiciones — como por ejemplo un 50 por ciento de las acciones — a las empresas petroleras extranjeras, para alentarlas a invertir en plantas para diluir y mejorar los crudos pesados?, le pregunté a Romero.
“Porque están atrapados en su populismo y en su nacionalismo”, respondió Romero, agregando que la estatización del petróleo es el eje del credo chavista. “La ideología los mantiene atrapados”.
Mi opinión: Lo que hace que los planes venezolanos de importar crudo sean aún más asombrosos, es que PDVSA solía ser un modelo mundial de una empresa estatal bien manejada. Recuerdo que a principios de la década de los noventa, cuando gran parte de Latinoamérica tenía gobiernos pro libre mercado que querían privatizarlo todo, escribí un artículo sobre el hecho de que PDVSA era una empresa estatal exitosa que desafiaba el pensamiento privatizador del momento.
Y, lo que es tanto o más asombroso, la producción petrolera de Venezuela se ha desmoronado pese al hecho de haberse beneficiado de una subida sin precedentes en la historia reciente de los precios del petróleo, que han subido de $9 por barril a casi $100 por barril desde que Chavez llegó al poder.
Y sin embargo, Chávez y Maduro han logrado destruir la industria petrolera venezolana, y el país está por importar crudos livianos en un esfuerzo por detener la caída de sus exportaciones.
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