Argentina y el «Gran Hermano» rural: Con la vaca atada
Se crea un sistema de identificación electrónica de la totalidad del ganado en la República Argentina."
(De la resolución 3649 de la AFIP.)
El Gran Hermano ciudadano ya está. Ahora van por las vacas. ¿Acaso pensaban que iban a zafar esos cuadrúpedos vagos, oteadores impávidos del tránsito, masticadores y regurgitadores compulsivos sin más obligaciones que reproducirse y prepararse para ir al matadero, cuando no para la Rural, previo paso por la peluquería?
El Gobierno acaba de poner las cosas en su lugar. Por resolución de la AFIP, a partir de enero de 2015, cada vaquita tendrá un chip identificatorio para poder controlar todos sus movimientos. En el país serían más de 50 millones los animales que andan a la buena de Dios, evadiendo impuestos, sin que nadie registre sus nacimientos, muertes, traslados, faena, comercialización y cualquier otra actividad por la que la vaca y su familia estén en condiciones de tributar al fisco.
Nada más equitativo entonces que ponerlos en igualdad de condiciones con nosotros, mamíferos supuestamente superiores a los que, curiosamente, también a partir de 2015, nos van a identificar con un nuevo DNI -el tercero en cuatro años-, con un chip en el que figurará no sólo nuestro nombre, sino datos privadísimos de nuestra salud, de la Anses y hasta de los trayectos que hacemos en transporte público con la tarjeta SUBE.
Como siempre pasa con el campo -sector protestón si los hay- los representantes de las vacas no tardaron mucho en salir a criticar la medida de la AFIP, que más adelante se hará extensiva al resto del ganado. Dicen que el Gobierno ya cuenta con suficientes mecanismos de control. Imposible no reaccionar ante semejante tupé. Los bovinos deberían estar agradecidos de no ser humanos. A nosotros nos persiguen los recaudadores, pero también las cámaras de video de las calles, de los trabajos, de los shoppings; nos escrutan algunos espías descarriados de organismos de inteligencia y puñados de cineastas frustrados que trabajan como gendarmes; nos tienen calados los motochorros, los pungas y los escruchantes; nos atosigan los bancos, los seguros, la telefonía con sus promociones y los cementerios se pelean por nuestras exequias aun antes de morirnos; nos informatizan hasta el sueño y guay de quejarse. Mucho menos, de olvidar la contraseña.
Bien por el Gobierno. Es feo caer solo en la volteada. Además, no hay nada más progre e igualitario que la socialización del chip.
- 28 de diciembre, 2009
- 10 de abril, 2013
- 8 de junio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
Artículo de blog relacionados
Por Brian Fincheltub El Republicano Liberal Más que por sinceridad, en un acto...
4 de marzo, 2014El País, Madrid Irán y Venezuela no podrían ser países más diferentes. Piadosos...
22 de junio, 2009La Segunda Santiago.– En un primer momento, los expertos de la industria estimaron...
2 de octubre, 2009- 17 de octubre, 2008