Colombia: Los votantes exigimos, pero se nos exige más
El Colombiano, Medellín
"¿Sabéis lo que es el deber? Lo que se exige a los demás". Alejandro Dumas (Padre)
Al escribir esta columna, sin saber el resultado de las elecciones del domingo, debo suponer que los medios de comunicación estarán plagados de elucubraciones como: ¿quién ganará la segunda vuelta?¿quiénes se unirán?¿cúales semáforos cambiarán de color a la vista de todos?¿por qué tantos o tan pocos votos en tal o cual región?¿en qué sitios las Farc no dejaron votar en libertad?, o si estarán empacando maletas sus cabecillas para regresar a Venezuela, o podrán quedarse a vivir unos años más en La Habana mientras pulen el verso de cinco estrofas de la farsa patrocinada por el Gobierno con fines electorales que han denominado "conversaciones de paz".
Pero considero que también es el momento de hacer una evaluación de lo que pasó en esta etapa de la campaña y pedir que algunas cosas lamentables no vuelvan a pasar, como el comportamiento de algunos medios de comunicación, que prostituidos por el nivel de audiencia o con intereses políticos, están siendo los patrocinadores de la pendencia, del morbo natural de la ciudadanía mediocre, que ya de por sí es hemofágica y caníbal, ofreciéndole a los colombianos selectivamente escándalos, información incompleta y alterada tendenciosamente, como el video del "semanario" oficial; y peor aún, sin saber quién los autorizó para adjudicarse el papel de jueces, estableciendo culpabilidades sin que medie ningún proceso legal serio y contundente.
Con razón Juan Gossain debe estar feliz de haberse jubilado al ver que algunos medios se han convertido en antros tan vergonzosos, que los "picaderos" de Buenaventura, parecen lugares sacros.
Cómo no preocuparse cuando por la cabeza de muchos empieza a retumbar insistentemente la misma idea: "¿Cuándo se acabará por Dios esta campaña?".
Pero si a los medios les corresponde cambiar, los ciudadanos no tienen menos responsabilidades. Tal vez nunca sabremos si la mediocridad e irresponsabilidad de algunos medios de comunicación son el efecto de ciudadanos con las mismas características, o tenemos ciudadanos de esa calaña por culpa de los medios. Como la respuesta será esquiva, lo mejor es culpar y exigirles a ambos. Así como los medios deben ser responsa bles, si quieren ser considerados profesionales y dignos de respeto, los ciudadanos deberían autoexigirse aun más, desechando las informaciones escandalosas, consumiendo calidad y profundidad, y privilegiando el análisis de las ideas al monitoreo de las chivas escandalosas. Hay tres niveles en la discusión: el más alto e ideal, hablar de ideas, con menor valor, hablar de sucesos, y en el nivel más bajo y lamentable, hablar de personas.
La elección del jefe de la rama Ejecutiva es la elección del gerente del país donde vivimos hoy y será la cuna de los colombianos que están por nacer. Vivir en la inmundicia y la mediocridad, hasta es una alternativa que podemos elegir hoy para nosotros, pero dejársela como herencia inevitable a los colombianos de mañana, es una canallada. Que no sean los comunicadores y ciudadanos irresponsables, y menos la guerrilla, quien nos imponga su candidato.
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