La doble vida de la Tierra
Según la mitología germana el doppelgänger es el doble fantasmagórico de una persona o “tu otro yo”. La creencia popular es que potencialmente todos tenemos un doble que habita en un lugar del mundo y con quien podríamos tropezarnos como quien encuentra su reflejo en el espejo.
Recordemos el filme de Kiesloswki La doble vida de Verónica. En él la protagonista, una cantante que vive en Polonia, tiene una doble en Francia que, al igual que ella, ama la música y sufre la misma dolencia. A pesar de las adversidades que cada una enfrenta, no están solas porque extrañamente intuyen la presencia de la otra.
Bien, los científicos de la NASA han proporcionado alivio al sentimiento de inmensa soledad que a veces nos embarga cuando pensamos que flotamos huérfanos en la galaxia sideral. Gracias al telescopio Kepler, que se puso en funcionamiento en el 2009, los científicos han detectado un planeta rocoso con un tamaño similar al nuestro y localizado en la zona habitable de su estrella.
El doppelgänger de la Tierra ha sido bautizado con el nombre de Kepler-186f y, aunque seguramente nunca podremos visitarlo debido a que se encuentra a una distancia de 490 años luz de nosotros, hay cosas que se adivinan de nuestro doble: Kepler- 186f podría tener océanos, lagos o ríos con agua líquida. No es demasiado caliente ni tiene temperaturas gélidas, aunque se cree que es más frío y sombrío que nuestro planeta. Por sus características, los astrofísicos concluyen que pudo o podría tener algún tipo de vida.
Pero el alter ego de la Tierra tiene particularidades que lo diferencian. Por ejemplo, su año es más breve que el nuestro al durar sólo 131 días y gira alrededor de una estrella enana roja mucho más fría que nuestro resplandeciente Sol. No obstante, por ahora es el único planeta con el que podríamos hermanarnos en la dualidad de la naturaleza humana.
Hay torrentes de literatura, relatos folclóricos, pinturas y películas que imaginan una vida parecida a la nuestra en otros sistemas planetarios. Los hemos imaginado malvados y con ansias de conquistarnos. O pacíficos y extraviados en nuestro propio planeta. En ocasiones son inquietantemente semejantes a nosotros, pero la mayoría de las veces los retratamos como dobles de las criaturas alargadas y con cabezas ligeramente más grandes de las que esculpía Brancussi. Sin duda, siempre nos hemos aferrado a la idea de que no estamos solos y que en otra parte la vida discurre paralela.
Si es verdad, como acaba de anunciar la NASA, que hay un planeta casi gemelo a la Tierra, existe la posibilidad de que en Kepler-186f también nos hayan detectado y hayan hecho proyecciones sobre la fisonomía de nuestro hábitat. Habrían llegado a la conclusión de que nuestro planeta tal vez fue más frío en otros tiempos y se ha calentado global y progresivamente. Habrían adivinado nuestras cadenas de montañas, nuestros mares, la incandescencia de un sol que nos ilumina más que el suyo. Habrían concluido que en otro sistema solar hay una estrella de parecido tamaño, rocosa y con un año más largo que se prolonga 365 días. Habrán especulado, como nosotros, que tal vez haya vida pero que difícilmente podrán visitarnos en el futuro por la distancia abismal que nos separa. Estamos condenados a vislumbrarnos a golpe de telescopio.
Somos el doble de nuestro doble. Verónica en Polonia tenía a la suya en Francia y viceversa. Cuando una sentía pinchazos en su endeble corazón la otra también se encogía de dolor. Es la empatía de los Dopplegänger. Nosotros en la Tierra hemos bautizado a nuestro planeta gemelo. ¿Qué nombre nos habrán dado ellos tras descubrirnos? Por ahora sólo tenemos la certeza de que el año pasa más deprisa en Kepler-186f.
© Firmas Press
- 23 de enero, 2009
- 23 de julio, 2015
- 29 de febrero, 2016
Artículo de blog relacionados
- 3 de octubre, 2014
América Economía La penetración de internet en el Paraguay registra cifras alarmantes. Según...
7 de junio, 2008Existe Otro Camino En política parece inevitable separar el proceso electoral del efectivo...
27 de julio, 2015- 23 de agosto, 2015