Bolivia: El presidente y el escritor
El Deber, Santa Cruz
El presidente está molesto, ha atacado una, dos y tres veces. Rara vez lo hace en persona y en primer lugar. Para eso están sus inmediatos colaboradores. No pueden negar la genialidad literaria, dicen, pero les molesta sus ideas sobre democracia, libertad y desarrollo. El escritor aún no ha llegado, ni siquiera ha hablado. Sin embargo, la controversia generada por las críticas presidenciales a su visita han ocupado decenas de artículos, reportajes e incluso editoriales en Bolivia, y cientos de noticias difundidas a nivel internacional.
¿Qué ha pasado para que el aparato gubernamental y todo el poder mediático concentrado en sus manos ataque durante una semana la visita de un premio nobel de literatura, orgullo de Hispanoamérica, muy ligado a Bolivia y que en muchas ocasiones se ha definido a sí mismo como un boliviano de corazón? En mi opinión, el régimen del MAS, que, aunque llegó al poder mediante el voto, no cree en la democracia como sistema de convivencia pluralista, en la cual se toleran las diferentes formas de pensar, basa su sistema de poder en la búsqueda de la concentración total del mismo, proyecto para el cual necesita imponer en Bolivia una hegemonía ideológica y cultural en la que nadie se atreva a desafiar la verdad oficial sobre la realidad y sobre el futuro.
Es lo que se llama la ‘espiral del silencio’, aquel proceso social denunciado hace ya varias décadas, en el cual la presión del poder inhibe a los ciudadanos, por el peso del supuesto consenso social logrado por el proyecto hegemónico y excluyente en el poder, a guardar silencio, a evitar pronunciarse y debatir.
Por eso la visita del afamado escritor Mario Vargas Llosa a Bolivia ha molestado tanto al Gobierno. Porque las ideas importan, la cultura importa. Porque tiene una vida no solo de genialidad literaria, sino también de compromiso con la defensa de la libertad, la democracia y la modernidad para Latinoamérica y, desde esa posición, hace más de 50 años viene criticando toda forma de autoritarismo, sea de derecha o de izquierda. Es la coherencia y la consecuencia lo que molesta a quienes una vez en el poder olvidaron las ideas y solo tienen la permanencia en el poder como único horizonte de vida.
El autor fue presidente del Senado de Bolivia.
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