A Venezuela no le alcanza con tener mucho petróleo

La Nación

El subsuelo de Venezuela está lleno de petróleo, pero
su población carece de papel higiénico, y los sacerdotes, de vino de
misa. ¿Será cierto, como sostienen algunos, que la abundancia de
recursos naturales no es una bendición sino una maldición?

Para saber más sobre esto entrevisté al norteamericano
Alan Sussmann Manne (1925-2005), profesor en Harvard, Yale y Stanford.
Pionero en el estudio de la optimización de las operaciones de
refinación de petróleo, falleció a los 80 años, como consecuencia de las
heridas que sufrió al caerse de un caballo. "Murió haciendo lo que
amaba", afirmó su hija.

– "Maldita pampa húmeda", afirman algunos
industriales argentinos; "maldita belleza", sostienen quienes no fueron
tan agraciados por la naturaleza o la genética.

-La literatura económica habla de enfermedad holandesa
para explicar la revaluación del tipo de cambio real. Porque en Holanda,
durante la década de 1960, descubrieron gas -un producto exportable-,
lo cual les complicó la vida a los exportadores de los otros bienes y
también a los productores locales de productos importables. El término
fue acuñado por The economist y sistematizado por Warner Max Corden y
James Peter Neary. Arnold Carl Harberger suele afirmar que con Rodrigo
Gómez [al frente del Banco Central] y sin petróleo, el PBI de México
creció con estabilidad de precios; mientras que con petróleo y sin Gómez
desapareció el crecimiento y apareció la inflación.

-Pero entonces es cierto que la abundancia de recursos es una maldición.

-No tiene por qué serlo. Entendamos la naturaleza del
problema. En Chile, el aumento del precio internacional del cobre no se
vuelca por entero a la economía local, porque el Estado esteriliza parte
de la suba de los ingresos, guardándolos en una "cajita" para cuando
lleguen los años de vacas flacas. En otros países, se introducen tipos
de cambio diferenciales, para neutralizar la ventaja que existe entre
los sectores; lo cual equivale a que las clínicas dedicadas a la cirugía
estética estropeen a las personas lindas, en vez de embellecer a las
feas. Cuando nada de esto ocurre, buena parte del resto de la producción
se resiente.

-¿Será por esto que en Venezuela faltan papel higiénico y vino de misa?

-Mi explicación es general y usted me está planteando
un par de ejemplos. Esto último resulta impactante desde el punto de
vista periodístico, sobre todo en el caso del papel higiénico, porque se
presta a multitud de bromas y explicaciones risibles, pero para ver si
mi explicación se aplica, habría que averiguar si sólo faltan esos
productos, o escasean "todos".

-¿Por qué la diferencia es importante?

-Porque los faltantes específicos pueden deberse a
razones también específicas, con frecuencia circunstanciales. La escasez
de flores el Día de la Madre, como la de pescado en Semana Santa, no
deberían llevar a los gobiernos a modificar las políticas económicas.
Pero si el faltante es generalizado, sí habría que revisarla.

-¿Cómo se explicaría una faltante generalizada de productos?

-Por la existencia de precios máximos que no cubren los
costos, o por el aumento de la demanda debido a políticas monetaria y
fiscal expansivas, que no tuvo correlato desde el punto de vista de las
inversiones. Conectando, en el caso de Venezuela, la abundancia de
petróleo en su subsuelo, con la escasez de productos en sus
supermercados, si el problema es general, muestra que la transformación
de recursos no renovables en bienes a disposición de la población no es
un proceso espontáneo, sino resultado de la actividad humana. Que
depende de los incentivos si la realiza el sector privado, o de la
organización estatal si la encara el gobierno.

-¿Puede pasar en la Argentina?

-Si ustedes hacen todo lo posible para que ocurra, va a
ocurrir. En el mundo, en materia de control directo de los precios, hay
más de 40 siglos de experiencia; en la Argentina, casi un siglo. Albert
Einstein calificaba de estupidez a insistir en la misma medicina y
esperar resultados distintos. ¿Por qué esta vez va a ser diferente?

-Don Alan, muchas gracias.