Venezuela, gobernada desde una urna de cristal
Libertad Digital, Madrid
Las dudas sobre todo el proceso que siguió a la operación de Chávez el 11 de diciembre
comenzaron muy pronto, cuando todo parecía indicar que la recuperación
del presidente no era tal como señalaban los principales portavoces del
gobierno venezolano: Nicolás Maduro, vicepresidente, y Ernesto Villegas, ministro de Información.
Lo cierto es que muchos imaginaron, en especial después de la muerte
del bolivariano, todo un plan destinado a que Maduro refuerce su
presencia dentro del Ejecutivo, de ahí la declaración de Hugo Chávez antes de su viaje a Cuba, apuntando a su vicepresidente como el sucesor
del régimen chavista. Hay datos que señalan el rechazo de parte de la
familia de mantenerlo con vida, aunque como es evidente esto no ha sido
confirmado. El único que dijo algo al respecto fue el propio Villegas:
"¿Cómo nosotros vamos a prestarnos? ¿Cómo las hijas de alguien (…) se
van a prestar para las cosas espantosas que dicen en esas llamadas redes
sociales e incluso en algunos periódicos?".
¿Por qué elegir el viernes 8 de marzo para la proclamación de Maduro
como presidente? El chavismo sabía que la enorme cantidad de jefes de
estado e invitados internacionales –incluido algunos ideológicamente
opuestos como Sebastián Piñera– le daban a Maduro la legitimidad que
necesitaba para este proceso, pese a que sólo Rafael Correa pudo estar en la Asamblea Nacional. De hecho, ninguna delegación dijo algo respecto a este proceso lleno de ilegalidades.
El hecho es que ahora Maduro fue proclamado presidente "encargado" y tendrá además el encargo de representar al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en las próximas elecciones presidenciales previstas para el 14 de abril.
Esto lo ha logrado violando claramente la Constitución que el mismo
Chávez diseñó. La Carta Magna señala al líder de la Asamblea Nacional
para el cargo temporal, es decir Diosdado Cabello,
e impide a cualquiera con cargo público –como tiene ahora Maduro– ser
candidato en un proceso electoral. Las quejas y acusaciones de "fraude"
por parte del opositor Henrique Capriles
no han impedido que esto siga su curso. Era lo previsto en un régimen
como el chavista donde todos los poderes, y en este caso el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), están a merced del poder.
Chávez en una urna de cristal
No es secreto para nadie de que con Maduro, Chávez se mantendrá muy
presente en el poder. El anuncio de que estaría siete días más expuesto
en la Academia Militar –así lo dijo Maduro
el pasado jueves–, y que el cuerpo sería embalsamado, no es un detalle
ligero. Muy por el contrario, para muchos se trata de la necesidad de
que Chávez se mantenga muy cerca en el poder, en especial si Maduro sale
victorioso de la jornada electoral de abril.
Su presencia en los próximos años está asegurada y en eso están de acuerdo tanto los chavistas, como los opositores. Lo dijo Teodoro Petkoff, uno de sus principales críticos, en su columna del diario Tal Cual, que él mismo dirige: "Chávez continuará marcando la vida del país durante un trecho más".
Otros de los que creen en la omnipresencia de Chávez es el historiador mexicano Enrique Krauze. En una entrevista en el diario El Universal
de México, señala que "Chávez no quería la gloria sino la inmortalidad"
y que por eso "su santificación perdurará, pero eso no quiere decir que
no haya espacio para la vida política". Algo muy parecido a lo que pasó
con Evita Perón, un punto mencionado mucho también en
los últimos días. En cuanto a la participación de Maduro, el mexicano
cree que "nunca lo superará ni lo igualará" y que además "en un plazo
relativamente breve, sus propios seguidores le reclamarán que asuma su
responsabilidad por los problemas que se presenten" ya que "el carisma
no es transferible ni se puede heredar. Maduro no podrá convertirse en
un mito y mucho menos en una figura a la que la gente siga. Es un
sacerdote más del culto chavista".
Uno de los que más pierde con la muerte de Chávez es Cuba y según
algunos analistas, también con la designación de Maduro como cabeza del
chavismo, ya que los dictadores Fidel y Raúl Castro habrían preferido a Adán Chávez,
hermano de Hugo, actual gobernador de Barinas (estado donde nació el
bolivariano) y ex embajador de Venezuela en La Habana. Krauze cree que
"no me cabe duda de que seguirán ayudando a Cuba, pero disminuirá esa
influencia porque la extrema generosidad de Chávez será cada vez más
difícil de sostener en el futuro… La isla perdió su vínculo central
con el gobierno venezolano tras el fallecimiento de Chávez".
Es evidente entonces que Chávez seguirá formando parte importante de la
vida política venezolana pese a su muerte y oiremos innumerables veces
su nombre durante la próxima campaña electoral. Lo mencionará el
chavismo pero también Capriles. El hecho es que muy pronto tendremos a
Chávez embalsamado y el chavismo usará el lugar donde reposará como un
auténtico lugar de peregrinación. Uno de los principales visitantes será
el propio Maduro, sobre todo si se hace con la presidencia el próximo
14 de abril. De ocurrir eso, no hay duda de que Chávez seguirá
gobernando, pero ahora desde una urna de cristal.
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
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