Reforma migratoria: agricultores de EE.UU. temen éxodo de trabajadores
Red Bryan dice que, en sus 40 años como empresario agrícola en
Estados Unidos, nunca ha visto una escasez de trabajadores como la
actual.
"La mano de obra es el principal problema en la agricultura", señaló
el cultivador de California. "No son los pesticidas, ni el suministro de
agua, ni el uso de los terrenos", indicó Bryan, socio de California
Giant Berry Farms, que opera cultivos en todo el estado. Su temor es que
la cosecha no pueda seguir adelante.
La escasez de mano de obra es la razón
por la que los grupos que defienden los intereses de los agricultores
estadounidenses están presionando al Congreso para que incluya, como
parte de una reforma migratoria, disposiciones que aseguren un flujo
estable de trabajadores e impidan un éxodo del sector de personas que
logren recibir sus documentos para trabajar legalmente en el país. Una
posibilidad que se contempla es que los empleados agrícolas obtengan una
residencia permanente siempre y cuando trabajen en campos agrícolas
durante una cierta cantidad de días al año. Quienes trabajan un mayor
número de tiempo podrían acceder antes a la residencia permanente, o
green card.
"Es importante que los actuales trabajadores experimentados tengan un
incentivo para seguir en la agricultura", afirmó Craig Regelbrugge,
copresidente nacional de la Coalición Agrícola para la Reforma
Migratoria.
Los agricultores atribuyen la escasez de mano de obra a un patrullaje
más estricto de la frontera entre México y EE.UU. y a la violencia
generada por los narcotraficantes, lo que impide que los inmigrantes
entren ilegalmente a EE.UU. desde México. J. Edward Taylor, profesor de
la Universidad de California, en Davis, también alude a los cambios en
la economía mexicana, que ahora genera empleos para mano de obra poco
calificada en otros sectores, además de la agricultura.
El gobierno estadounidense estima que la mitad de los trabajadores en
las plantaciones agrícolas son inmigrantes indocumentados. Muchos
agricultores creen que ocho de cada diez trabajadores laboran sin
autorización y agregan que, a pesar de la alta tasa de desempleo en
EE.UU., los estadounidenses han mostrado poco interés por estos
trabajos, que son agotadores y temporales.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. estima que las granjas del
país contrataron a más de un millón de trabajadores el año pasado, una
cifra que se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. No
obstante, muchos agricultores dicen que han ampliado las hectáreas
plantadas.
En la primera década transcurrida después del último programa de
legalización en EE.UU., en 1986, cientos de miles de trabajadores
temporales renunciaron a sus empleos agrícolas para conseguir puestos
permanentes y mejor remunerados en otros rubros. Estos trabajadores
fueron reemplazados por una nueva ola de inmigrantes indocumentados.
Mientras tanto y de cara a la próxima cosecha, muchos agricultores
han recurrido a una visa temporal para trabajo agrícola, conocida como
H-2A, que les permite traer empleados a EE.UU. por un plazo breve.
Durante mucho tiempo, los empresarios agrícolas han eludido este
programa porque los obliga a pagar salarios más altos y ofrecer
alojamiento y otros beneficios a los trabajadores. No obstante, ante la
escasez de mano de obra "no hay margen de error", indicó Mike Carlton,
director de relaciones laborales de la Asociación de Frutas y Verduras
de Florida.
"El motor detrás de esto… (el creciente uso del programa H-2A) es el
temor de que no van a tener la fuerza laboral necesaria cuando la
necesiten", dijo Lee Wicker, subdirector de la Asociación de
Agricultores de Carolina del Norte, que administra los procesos de visas
para 750 campos agrícolas.
Los últimos datos del Departamento de Trabajo de EE.UU. mostraron que
el número de solicitudes de empleo en el programa de visas creció 8% en
los tres primeros trimestres fiscales de 2012, frente a igual lapso del
año previo, para ascender a 74.889.
Algunos expertos, sin embargo, sostienen que hay una amplia mano de obra para satisfacer la demanda.
Philip Martin, profesor de la Universidad de California,
en Davis, indicó que las prácticas de los agricultores pueden crear
escasez y excesos focalizados de mano de obra al mismo tiempo. Los
agricultores tienen un incentivo para pedir el máximo número posible de
empleados antes de lo necesario para determinar sus necesidades. El
resultado puede ser una falta de eficiencia en el sistema, puesto que
los empleados esperan, sin ser remunerados, hasta que haya trabajo
suficiente.
Según los datos del Departamento de Agricultura de EE.UU., los
empleados agrícolas ganaron un salario promedio de US$10,76 la hora en
2012, comparado con US$10,33 la hora el año anterior. "No observamos una
drástica alza en los salarios, de modo que eso le quita fuerza a la
teoría de escasez de mano de obra", manifestó Rob Williams, director del
Florida Migrant Farmworker Justice Project, un centro de defensa de los
trabajadores agrícolas.
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