El nuevo electorado salvadoreño

Después de los fracasos paralelos sufridos por ARENA y el FMLN en
las administraciones Saca y Funes, los dos partidos están ahora tratando
de regresar a sus orígenes con campañas que son ecos de las que los
caracterizaron en los años de la guerra y en los años que la siguieron.
No es de extrañarse porque el liderato de ambos partidos formó sus ideas
y prejuicios en esos años. Pero es un error muy grave porque el país y
el electorado ya no son los mismos que eran en esas décadas ya lejanas.
Esto puede verse en muchas dimensiones, de las cuales mencionaré sólo
dos.

Primero, el cambio demográfico. Para el 2014, los que
tenían 14 años o menos cuando terminó la guerra representarán el 50 por
ciento del electorado, los que tenían nueve años o menos el 40 por
ciento, los que tenían 4 años o menos serán el 29 por ciento, y el 16
por ciento menos de un año o no habían nacido. Es decir, al menos un 29
por ciento de los electores no tendrán recuerdos directos de la guerra y
hasta un 40 ó 50 por ciento no recordarán los factores ideológicos que
llevaron a ella.

La población también es más sofisticada ahora.
Cuando la guerra comenzó en 1980, sólo el 44 por ciento de la población
era urbana y sólo el 44 por ciento de los jóvenes en edad de escuela
primaria egresaban de ésta. Ahora la población urbana es el 66 por
ciento y el 96 por ciento de los niños terminan la escuela primaria.

El
segundo factor es el nacimiento de la clase media. Al menos un 40 por
ciento de la población se desplazó hacia arriba en su ingreso de tal
forma que para 2009 tenían un ingreso por cabeza más alto que el que
tenía la clase inmediatamente superior en 1989. Así, definiendo cada
clase como una quinta parte de la población, el ingreso por cabeza del
tercer grupo más rico de la población en 2009 era de 4,061 dólares, que
es casi igual al que tenían el segundo grupo más rico en 1989, 4,014
dólares (las comparaciones son en dólares de 2005 con paridad de poder
de compra).

Igualmente, el cuarto grupo más rico tenía un ingreso
de 2,617 dólares en 2009, que es mayor que el ingreso que el tercer
grupo más rico tenía en 1989. Es decir, la gente que ahora pertenece al
cuarto grupo más rico del país (de cinco) habrían sido parte del
tercer grupo más rico en 1989, y los miembros actuales del tercer grupo
más rico hubieran sido parte del segundo grupo más rico en 1989. A esto
hay que añadir que el ingreso del quinto grupo más rico (que es el más
pobre) se multiplicó por 2.5.

Este movimiento hacia arriba del
40 por ciento de la población creó una nueva clase media, más
sofisticada, más pragmática y más urbana, en el país. Esta clase media,
como los jóvenes, no es sensible a la retórica ideológica de la guerra.
El comunismo para ellos es una idea arcaica, pasada de moda. Los que
apoyan al FMLN ahora no representan más del 20 por ciento del
electorado, y la mayor parte de ellos no son ya comunistas. Pero también
es obsoleta la retórica que aglutinó la gran coalición que evitó que El
Salvador cayera en el comunismo y sirvió de fundamento para cuatro
victorias seguidas de ARENA en elecciones presidenciales.

Lo que
quieren los nuevos electores es efectividad en la solución de los
problemas más serios que los afectan: la violencia, la falta de empleo
por falta de inversión, la baja calidad de los servicios públicos de
salud y educación que pagarlos privadamente a pesar de pagar los
públicos con sus impuestos, y el desastre del transporte público. El
partido que entienda esto llevará una ventaja en las elecciones de 2014.
El que no, hablará en el vacío.

El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.