Friedman en el Siglo XXI
Al cumplirse el 100 aniversario del nacimiento de Milton Friedman, creo que es realmente ilustrativo recordar su pensamiento, que contribuye decididamente a comprender la situación que vive el mundo en la actualidad. El primer paso en este análisis no puede menos que dirigirse a su clara concepción respecto a los principios que crearon la nación que decididamente cambió la historia del mundo. En este aspecto Friedman se refiere claramente al pensamiento de Thomas Jefferson, que inspirado por Locke lo expresara en la Declaración de Independencia de Estados Unidos que dice: “Nosotros tomamos estas verdades como evidentes, que todos los hombres han sido creados iguales, que están dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables; entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
Estos principios fueron recogidos por la Constitución de 1787, donde se incluyó expresamente el derecho a la propiedad, y se reconocen como los derechos individuales. Al respecto vale destacar que los mismos se diferencian de los derechos humanos en conceptos fundamentales. No obstante el propio Friedman reconoce que su desconocimiento en Estados Unidos, aun por el mismo Jefferson por mantenerse la esclavitud tuvo un costo mayor por la Guerra de Secesión, no hay dudas que en los mismos se funda la naturaleza ética, política y jurídica de la libertad.
Comencemos en primer lugar por el derecho a la búsqueda de la propia felicidad que implica el reconocimiento de la responsabilidad individual, y a su vez el reconocimiento jurídico de la eticidad de los intereses privados. Ya deberíamos saber que cuando los intereses privados se consideran contrarios al interés general, tenemos la justificación ética del poder absoluto, y su consecuencia el interés privado de los gobernantes que forman el Gobierno.
Diría pues que esa concepción ética se corresponde con el pensamiento trascendente de Adam Smith al respecto de la mano invisible. Es decir la idea que el individuo persiguiendo su propio interés promueve más efectivamente el de la sociedad, que aquellos que pretenden actuar por el bien público. Es en ese sentido que Friedman reconoce el pensamiento de Adam Smith respecto a la función del gobierno de proteger al individuo y establecer la justicia. Concepto que Smith heredara de David Hume diferencia sustancialmente la justicia como consecuencia de un aprendizaje de la historia y la moral como un sentimiento natural.
En ese sentido es realmente valioso el pensamiento de Friedman que considera que la aristocracia y el socialismo solamente se diferencian en quien manda. Como un primer ejemplo del caso recuerda a Bismark, quien proviniendo de la aristocracia estableció un sistema de seguridad social. Entonces Friedman sostiene y explica las razones del fracaso del sistema Welfare (Bienestar) que se manifiesta hoy claramente en la crisis de la Unión Europea. Por tanto concluye que tanto el socialismo como la aristocracia una vez que obtienen el poder promueven el interés de su propia clase en nombre del bienestar general.
A partir de ese criterio se ocupa del concepto de social que a su juicio implica la sustitución del principio de la igualdad frente a la ley y de igualdad de oportunidades, por el de igualdad de resultados. En ese proyecto se produce como consecuencia la caída de la tasa de crecimiento económico.
Ese aserto está más que comprobado por la evolución de la economía de la Unión Europea. En la medida que se aumentó el gasto público que ronda el 50% del PBI (Francia el 56% del PBI) se redujo la tasa de crecimiento a menos del 1% durante la década del 2000 y se produjo la crisis que hoy no saben como salir de ella. Respecto a esa realidad llega a la siguiente conclusión: “Cuanto más pequeña es la unidad del gobierno, menos posible es que sus acciones reflejen intereses especiales, en lugar del interés general. Es decir se refiere a la naturaleza de la corrupción, y a los hechos me remito.
Es interesante a su vez destacar el pensamiento de Friedman respecto a la inflación y su posición respecto a la crisis del 29. Con respecto a la inflación considera que la misma constituye una violación de la Enmienda V de la Constitución americana que establece: “La propiedad privada no puede tomarse para el uso público sin una compensación justa”. O sea no solo la analiza desde un punto de vista meramente económico, sino que la considera una violación del derecho de propiedad privada. En ese sentido sostiene que el valor de la moneda constituye un derecho de propiedad en términos de su poder adquisitivo. Por tanto la reducción del mismo constituye una violación de ese derecho. Al respecto debemos tener en cuenta que igualmente constituye una violación del artículo 17 de la Constitución Nacional.
Asimismo es ilustrativo conocer el análisis de Friedman respecto a la naturaleza de la depresión de la década del treinta a los efectos de mejor comprender la crisis actual. Al respecto Friedman considera que la culpa de la depresión la tuvo el Federal Reserve de Washington por negarse a actuar como prestamista de última instancia. Al mismo tiempo toma conciencia de que en aquella época el gasto público no superaba el 12% del PBI en Estados Unidos. Es decir que Friedman estaría de acuerdo con la política de Bernanke y del BCE de salvar al sistema bancario. En esa posición me atrevo a sostener que estaría contradiciendo la doctrina monetarista de Chicago.
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