Elecciones en El Salvador: El destape

El Diario de Hoy

Hasta hace poco GANA pescaba en aguas de la derecha, afirmando que su ideología era de ese signo y proponiendo liderar una unión de "toda la derecha", incluyéndose ellos mismos dentro de ella, para derrotar a la izquierda en las próximas elecciones presidenciales. Mucha gente crédula ha repetido esta propuesta sin reparar que GANA (junto con el CN y el PES) ha apoyado incondicionalmente al FMLN, usando votos de ciudadanos del centro y la derecha para apoyar el radicalismo del FMLN en la Asamblea.

Este trasiego de votos de la derecha y el centro para la izquierda radical que realizan GANA, el CN y el PES, es un elemento esencial para la subversión de la democracia que está intentando la cúpula del FMLN. Es el único medio que dicha cúpula puede usar para asaltar el poder en una sociedad que es fundamentalmente moderada y opuesta a los regímenes de izquierda radical. Los que quieren establecer regímenes como el venezolano o el cubano no son más de un 30 por ciento de los votantes –el voto duro del FMLN– y muy probablemente son mucho menos que esta cifra porque hay muchos del FMLN que no quieren una tiranía. Ha sido el apoyo de estos partidos lo que ha convertido a la cúpula del FMLN de un grupo con una minoría de votos en la Asamblea en uno con una mayoría que está amenazando seriamente la democracia del país.

GANA y los otros dos partidos han podido hacer esto porque la mayor parte de la gente no sigue de cerca la política, y mucho menos los eventos de la Asamblea. No se dan cuenta de que sus votos son usados para subvertir la democracia que ellos quisieran apoyar. Pero la crisis del desacato a la Sala de lo Constitucional ha sido demasiado brutal y demasiado descarada para esconderla. Los tres partidos incondicionales han quedado en evidencia. Se destaparon.

Este destape ya no tiene regreso. Es como si usted le da la llave de su casa a un amigo que la usa para abrirle la puerta a una turba que quiere quemarla y esclavizarlo a usted y a su familia. El verlo que ha abierto la puerta, que ha llamado a la turba, que se ha abrazado con ella cuando le estaban pegando fuego a la casa es algo que no se puede olvidar.

Cada vez hay menos duda de que no lograrán pegarle fuego a la casa. Cada vez es más claro que la turba y los abrepuertas van a tener que regresar a sus esquinas, derrotados aunque digan que no lo están. Y no hay duda de que GANA, el CN y el PES volverán a decir, cuando se acerquen las elecciones, que "toda la derecha" debe ir junta para enfrentar al FMLN, esperando que la gente otra vez les confíe las llaves de la casa para volver a negociarlas con la turba. Pero gracias a todo el color que se han dado en el ataque contra la libertad y la Constitución y a favor de la tiranía de extrema izquierda, ya nadie en su sano juicio les creerá. Esa es una ganancia de la crisis.

Esto no significa que no deba haber una alianza en el país para derrotar a los que quieren destruir la democracia, desde la izquierda y desde la derecha. Debe haberla. Pero con distintos aliados y adversarios.

El centro democrático –de izquierda y de derecha– debe de aliarse contra las turbas y los abrepuertas, que además de abrir puertas son bien caros en otras maneras para el país. Esta alianza sería imparable y permitiría al país debatir racionalmente, dentro de un ambiente democrático y de respeto a los derechos ciudadanos, políticas de Estado y estrategias de desarrollo.

La mezcla de derecha y de izquierda daría al país el equilibrio ideológico y la estabilidad política, que tanto necesitamos para al fin comenzar a desarrollarnos en paz.

El autor es Máster en Economía. Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.