La tortura en Cuba
La situación de los derechos humanos en Cuba es tan crítica que el Comité de Naciones Unidas contra la Tortura expresó preocupación por el aumento de las detenciones arbitrarias y otros actos de hostigamiento contra opositores políticos, defensores de los derechos humanos y periodistas independientes y es que la tortura es mucho más que el abuso físico a una persona.
La entidad manifestó preocupación por el uso discrecional de figuras penales como la “peligrosidad” para justificar restricciones a la libertad de movimiento, la vigilancia invasiva, y actos de repudio para intimidar y acosar.
La dictadura ha practicado de manera sistemática y permanente variadas formas de tortura contra los prisioneros políticos, y también contra un amplio sector de la ciudadanía, como deja apreciar el informe, durante estas cinco largas décadas de totalitarismo.
En el caso de los presos, donde permanentemente se viola la dignidad humana, estos abusos han ido desde el aislamiento indefinido, golpizas severas, aplicación de electrochoques, cambios drásticos de temperatura en las celdas de reclusión, inmersión del detenido en un estanque de agua, fusilamientos simulados junto a personas ejecutadas, trabajo forzado en condiciones inhumanas y la aplicación de pentotal sódico.
El gobierno niega esas violaciones a la dignidad humana, pero hay numerosos testimonios de hombres y mujeres que han padecido la crueldad extrema de la que son capaces de recurrir los sicarios del castrismo.
Hace varios años el realizador cubano Luis Guardia dirigió un documental, del que fui productor, en el que se hacía referencia a la variedad de métodos a los cuales recurre la dictadura para destruir la dignidad de los detenidos.
Por ejemplo, Orestes Pérez, 28 años en prisión, campesino del Escambray, sufrió el submarino. Preso en Topes de Collantes le ataban a una soga con una piedra, lo lanzaban a una laguna cercana y cuando se estaba asfixiando lo sacaban del agua. Esa operación la realizaron varias veces. Annete Escandón cuenta los numerosos electroshocks a que fue sometida y como al igual que ella, lo sufrieron otros prisioneros políticos que no padecían trastornos mentales.
Aurelio Hernández describe cómo le aplicaron pentotal sódico para que confesara. Nelly Rojas cuenta sus más de sesenta días de aislamiento. Abel Nieve recuerda cómo fue sepultado en una gaveta de cemento en el Castillo de Atarés por siete días, cuando solo tenía dieciséis años de edad.
El documental, que contó con la coordinación general de Francisco Lorenzo, recoge muchos testimonios. Evelio Ancheta evoca las crueles “Cabañitas” o Punto X donde al aislamiento se sumaban distintos tipos de torturas, incluida temperatura de congelación, o la “Piscina” a la que los prisioneros políticos eran lanzados en una bolsa de lona hasta llevarlos al borde de la asfixia.
Gloria Argudín tenía menos de 20 años cuando partió para el Escambray para unirse a las guerrillas. Apresada, fue maltratada físicamente, colgada al vacío del último piso del antiguo hospital de Topes de Collantes, la pararon frente a una fosa, designaron un pelotón de fusilamiento y le dispararon balas de salva. Otros tuvieron menos suerte y sus compañeros fueron ejecutados junto a ellos.
El testimonio de Oscar Elías Biscet en una entrevista confirma que la situación no ha cambiado: “Una de las torturas usadas en las cárceles cubanas son los solitarios en unos calabozos minúsculos, totalmente aislados y oscuros. Ahí me tuvieron una vez durante cinco meses ininterrumpidos, sin salir ni un segundo”.
A Yurinaris Hurtado la obligaron a desvestirse por completo en la Quinta Unidad de la Policía de Santa Clara en un área conocida como el “Soleador”, un lugar sin techo y rodeado de oficinas donde solo trabajan hombres. Hurtado Pérez afirma que todas las Damas de Blanco en la ciudad han padecido esa vejación.
Algunos de los métodos descritos han sido superados por la creciente habilidad de los torturadores y la malicia del sistema, pero el resultado es que la manipulación, intimidación y represión constante y sistemática es una forma muy sutil de tortura que supera los abusos físicos y mentales más extremos, porque impide a muchas personas acceder al uso pleno de su soberanía individual.
Fernando Mariño, miembro del Comité de Naciones Unidas contra la Tortura, dijo que el incremento de las detenciones por 24 a 48 horas sin control judicial, ni siquiera por parte de la fiscalía, es acoso, y otro de los miembros dijo considerar “que el gobierno de Cuba no distingue los crímenes de los que no lo son, sino que se enfoca en distinguir el campo amigo del enemigo, es una distinción que no se puede aplicar al tema de la tortura”, afirmación que da margen para concluir que el castrismo considera que todo el que haga oposición puede ser objeto del trato que considere necesario por tal de conservar el poder.
El autor es periodista de Radio Martí.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 14 de noviembre, 2014
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
- 1 de junio, 2020
Antes que nada e independientemente del contenido que Galeano estampa en su prosa,...
30 de diciembre, 2014Clarín La pelea del Gobierno con el Banco Central le borró la sonrisa...
15 de enero, 2010- 15 de enero, 2009