El sueño de Mark y del mundo

ABC Digital

Las grandes revoluciones se siguen gestando en el mundo, pero los campos y herramientas de acción van cambiando. El éxito de la red social Facebook es una muestra de ello. El viernes comenzó a operar en la bolsa y su ingreso encendió la expectativa durante varios meses, tanto entre compradores, como vendedores y aficionados a la tecnología.

¿Puede algo intangible valer mucho más que la General Motors o la empresa AT&T? ¿Puede un invento del 2004 tener la segunda mejor introducción en la historia de la Bolsa de Nueva York? ¿Es una muestra más de que la economía del conocimiento y la información ganan terreno? ¿Los nerds comienzan a gobernar el mundo?

La entrada de Facebook a la Bolsa el último viernes permite a los tenedores de acciones embolsarse cerca de 16.000 millones de dólares, lo que hace de esta operación la segunda más grande de su tipo en la historia del mercado bursátil estadounidense. Es verdad también que si Facebook se convirtiera en un país sería el tercero en población, por detrás de China y la India, ya que según el último recuento tiene al menos 900 millones de usuarios en casi todos los países del globo; además de albergar a “la nación” más rica lingüísticamente hablando, puesto que hay versiones en más de 70 idiomas de diversos regiones.

Esta red social tiene un valor de 104.000 millones de dólares, y vale más que otras empresas multinacionales o que operan en Internet, como Amazon (con un valor de US$ 98.000 millones) o Cisco (US$ 89.000 millones). El invento de Mark Zuckerberg, antiguo estudiante de la Universidad de Harvard, vale el doble que Ford Motor Company, ya que el valor de esta asciende a unos 38.000 millones de dólares. Aunque, obviamente también es más chico que las poderosas empresas tecnológicas Google y Apple.

Más allá de todos los éxitos económicos, detrás de Facebook se encuentra una originalidad y gran creatividad para el desarrollo comunicacional de nuestra era. Detrás de esta poderosa empresa hay una visión que trasciende fronteras, ideologías, religión, sexo e idiomas. Facebook nació para cambiar drásticamente el modo de relacionamiento humano. Hoy en día, esa web puede romper amistades, relaciones de pareja, y hasta puede ayudar a tumbar gobiernos. La Primavera Árabe es un ejemplo de lo último, especialmente tuvo mucho protagonismo en Egipto, que ahora elegirá al primer Presidente democrático de la historia.

Y eso se lo debemos a aquellos que supieron entender el contexto de la contemporaneidad y reinterpretar el valor de la comunicación entre los humanos. Zuckerberg, a pesar de su corta edad y de no haber terminado la universidad, es hoy una figura clave de liderazgo mundial. Representa, ya no el “sueño americano”, sino el “sueño global” de miles de jóvenes alrededor del planeta, que también tienen ideas interesantes e innovadoras en cualquier rama del conocimiento. Las oportunidades se fueron abriendo a medida que la empresa innovaba e investigaba. Y hoy es un gran pilar dentro de la industria de la tecnología de la información. Gracias a una visión basada en interconexión y libre expresión, Facebook concretó la idea de sociedad global e interconectada. Quizá sea una red social más entre las decenas que se crearon y siguen creando en distintas partes del mundo, pero a diferencia de las otras, esta tiene casi mil millones de usuarios y ya opera completamente en el mercado bursátil más competitivo. Pero no podemos limitarnos a evaluar a Facebook simplemente por los logros económicos; de hecho, ya está sufriendo pérdidas en la Bolsa en los primeros días. La trascendencia radica en el legado de poder compartir ideas y sentimientos con una comunidad cada vez mayor.

Si las predicciones de fracaso en la Bolsa se mantienen, como auguran algunos economistas, aún así el éxito de Facebook continuará presente, ya que seguirá uniendo a millones con ganas de interactuar de manera virtual. El sueño de Zuckerberg es el sueño de entendimiento humano.