El Salvador: Se equivocaron de pastilla
Sabemos, desde aquella memorable aclaración del presidente de la Asamblea, que ciertos diputados no consumen alcohol, sino medicamentos. La explicación, entonces, para este nuevo desatino (y van…) es clara: se equivocaron de pastilla.
Tomaron, con un entusiasmo que preocupa, la pastilla del populismo. Alentados por la víspera de las elecciones, vaciaron el frasco. Y sucumbieron de todos los colores. De ciertas cosas no se vuelve.
Comencemos por los hechos: el (supuesto) mercado de medicinas funciona mal en El Salvador. Desde hace demasiado tiempo. ¿La prueba? Los precios son vergonzosamente altos.
¿Por qué funciona mal? Porque existe, en realidad, una parodia de mercado: el Consejo Superior de Salud Pública (CSSP) se encargó de impedir su funcionamiento a través de un corporativismo proteccionista digno de mejor causa. Disfrazado de participativo y democrático.
En efecto, el CSSP es un organismo de 23 miembros, 21 de los cuales pertenecen a siete Juntas de Vigilancia: médica, veterinaria, odontológica, laboratorio clínico, psicología, enfermería y química/farmacia.
Suponer que un esquema de semejante naturaleza no abriría las puertas al tráfico de influencias por parte de los laboratorios e importadores (existentes…), bloqueando la competencia de otros participantes (nuevos…), sería torpe ingenuidad.
Casi tanto como creer que una ley podrá evitar que droguerías, farmacéuticas y farmacias se abstengan de incentivar, con premios, la venta de determinado producto. Como pretende la nueva Ley de Medicamentos.
La forma de minimizar los incentivos es: 1) que los médicos indiquen la denominación genérica de su receta (quizás lo único rescatable de la ley), y 2) facilitar, en serio, la entrada de nueva competencia. Así se reducirá el espacio para tanto incentivo.
Porque para bajar precios, que de eso se trata…, no es cuestión de prohibir incentivos sino de incrementar transparencia y competencia. Así funcionamos los humanos, al menos en este planeta.
Los legisladores que dicen ser de derecha nunca vieron, ni quisieron ver…, que era precisamente en el CSSP donde radicaba el problema. Receta infalible para los privilegios.
Y los legisladores que dicen ser de izquierda nunca vieron, ni quisieron ver…, que los controles de precios son la receta infalible para el desabastecimiento y el mercado negro. Claro que no estuvieron solos: 80 votos lo atestiguan.
Dado que habrá controles, es entonces interesante analizar los parámetros que la nueva ley ha tomado para ponerles techo a los precios. Ocurre que ni siquiera son buenos para hacer legislaciones malas.
La nueva ley indica que el precio máximo de los fármacos se determinará con base al "Precio Internacional de Referencia" (PIR) de la región centroamericana y Panamá, no pudiendo superar el precio local el techo "de 3 a 5 veces" dicho PIR.
Surgen al menos dos objeciones: la primera es esa extraña costumbre de tomar a Centro América como referencia de "lo internacional"…, como si hubiera garantía de que los mercados vecinos, pequeños y fácilmente manipulables, no tienen (ni tendrán…) distorsiones a la salvadoreña. Hipótesis ingenua.
La segunda objeción es: ¿de dónde sale el factor "de 3 a 5 veces"? Es una contradicción que una ley para limitar precios (suponiendo que tal cosa existiese…), acepte alegremente que en El Salvador se pague tanto más que en países vecinos. Factor insólito.
Cabe aclarar que un PIR compara los "precios finales" para una medicina determinada en diferentes países, y que su valor surge de un cálculo estadístico definido (promedio de todos los valores, promedio de los tres más bajos, etc.).
Es útil tomar referencias internacionales para verificar cómo funciona un mercado. Pero deben ser internacionales en serio…, y sin factores del tipo "de 3 a 5 veces", que aparentan querer cuidarle el negocio a alguien.
Finalmente, ¿qué hacer con quienes no pueden pagar las medicinas? Subsidiarles la demanda de manera focalizada, con medicinas en los hospitales. Y dejar de subsidiar la oferta, vía trabas a la competencia, de laboratorios y droguerías existentes.
Será con (verdadera) competencia, y no con controles, como se bajarán los precios.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 25 de noviembre, 2013
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
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