El impacto de Ron Paul

Entre los ataques de los precandidatos Republicanos y los logros del Gobernador Mitt Romney fácilmente se escapan de vista los éxitos del congresista libertario de Texas, Ron Paul, quien no sólo se ha mantenido en segundo lugar en Iowa y New Hampshire, sino que ha comenzado un movimiento que no se puede ignorar.

Como Romney, Ron Paul capta los votos de los conservadores, incluyendo algunos evangélicos, y de los moderados; lo hizo en Iowa y en New Hampshire. Pero a diferencia de Romney tiene un contingente de seguidores que están locamente apasionados por él y dispuestos a seguirlo hasta la convención de Tampa aunque no tenga la mínima oportunidad de llegar a la Casa Blanca. Lo hacen porque reconocen que han formado un movimiento que llaman un movimiento de la libertad que los independiza de las reglas de un gigantesco gobierno federal que para ellos restringe y oprime a los ciudadanos. Paul les ha declarado la guerra a lo que considera una imperiosa Reserva Federal, a los altos impuestos que él estima hacen más para financiar guerras y pueblos en el extranjero a costa de las necesidades nacionales, mientras que la deuda nacional, actualmente en $15 millones de millones (trillones en inglés), quiebra al país.

Después de treinta años en el Congreso, para bien o para mal, Ron Paul ha logrado colar al movimiento libertario dentro del partido Republicano y lo ha hecho con el apoyo significativo de votantes y voluntarios jóvenes que se han dedicado a trabajar las campañas de puerta a puerta.

A pesar de ser el candidato más viejo de la contienda, Paul cuenta con 76 años, su mensaje de menos gobierno y más libertad individual atrae a la juventud. El “Patriot Act” es intruso y el gobierno quiere controlar el Internet, les advierte Paul. A diferencia de los jóvenes de la década de los sesenta que querían que el gobierno federal se hiciera más responsable por el éxito y la felicidad de los ciudadanos, los “Paulistas” creen que cada uno es dueño de su destino y responsable de sus acciones. Si uno no quiere comprar o pagar por un seguro médico, allá él. Si quieren beber alcohol todo el día o fumar marihuana, algo que Paul quiere legalizar, está bien pero no esperen la beneficencia del gobierno si les va mal, para eso tienen a sus familias. Pero ser antiguerra y a favor de la liberalización de las drogas es sólo parte de la historia.

Según las encuestas nacionales e informaciones en los distintos medios, los jóvenes, al igual que el resto del país, están preocupados por el pobre estado de la economía, no sólo en este momento, sino que mirando hacia el futuro no ven la luz al final del túnel. Saben que viven en el Siglo XXI en donde una buena educación no es un lujo sino que es indispensable a pesar de su alto costo. Pero al graduarse de la universidad no consiguen los empleos prometidos, mucho menos posibilidades de pagar sus deudas estudiantiles. Paul exige la estricta interpretación de la Constitución y un regreso a unas reglas del juego más sencillas; no más leyes de 2000 páginas.

Ese mundo sencillo atrae a estos jóvenes que son más independientes, se sienten aislados e ignorados por ambos partidos y ciertamente por Washington, algo que comparten con el “Tea Party” y los Desocupados. Quieren y van a influir en el debate Republicano y los Demócratas no lo pueden ignorar. Según las encuestas de Fox News, Paul captó el voto de 46% de los jóvenes de treinta años o menos en New Hampshire y en Iowa el 48%. Son cifras significativas.

A pesar de que Paul sabe que no puede llegar a la Casa Blanca, sabe que en sí ya ganó. Su “movimiento” libertario va a influir la plataforma Republicana.

En el 2008, el Presidente Obama ganó el 66% del voto joven y estos, como muchos, están desencantados del Presidente. Es imposible saber si estos jóvenes respaldarían al candidato Republicano, pero sí es evidente que tienen voz y tienen voto.