Otro «No, No, No» desde Inglaterra
El Colombiano, Medellín
"El presidente de la Comisión, M. Delors, dijo el otro día en una conferencia de prensa que quería que el Parlamento Europeo fuera el cuerpo democrático de la Comunidad, que la Comisión fuera el Ejecutivo y que el Consejo de Ministros fuera el Senado. No. No. No". Palabras de Margaret Thatcher en octubre 30 de 1990.
Balas de tinta entre Francia e Inglaterra han zumbado estos días como si estuvieran en medio de la Guerra de los Cien Años, por la decisión del Ministro Cameron de solicitar, lo que de antemano sabía que no le iban a dar, como requisito para apoyar los esfuerzos del salvamento del euro que no termine complicando la salud definitiva de la Unión Europea.
Condenar a Cameron por esta determinación, tildarlo de traidor y de "estar equivocado", como dijo un colega columnista de este periódico, es una reacción entendible y hasta predecible de los euroidealistas, que tal vez agradecen en silencio la situación, pues encontraron a quien echarle la culpa de un potencial fracaso del proyecto europeo.
No se trata de defender o condenar la postura inglesa de desleal y egoísta, pero la crisis del Euro y del futuro del proyecto europeo es simplemente el síntoma, por fin evidente a todos, de los errores que tenía incubado desde el principio la idea de la Unión Europea. Satanizar a Cameron, con razón o sin ella, no va a resolver el problema fundamental del proyecto europeísta, que pensó que, después de millones de muertos, finalmente había encontrado la fórmula de poder burlar o desaparecer mágicamente los intereses nacionales de los distintos Estados europeos y, que la Unión Europea sería la versión "culta" de los Estados Unidos de Europa. Pensar con el deseo tiene efectos poderosos en el ámbito motivacional, que bien manejados pueden construir realidades parciales que tal vez desde el pesimismo se considerarían como imposibles de alcanzar, pero negar la realidad es tan peligroso como negar la existencia del sol porque uno tiene los ojos cerrados.
La postura de Inglaterra no tiene por qué sorprender a nadie, pues Inglaterra siempre ha sido, es y será una isla, europea, pero isla. Lo que Cameron dijo no es tan distinto a lo que la Ministra Margaret Thatcher dijo en un importante discurso en Bélgica en 1988: "Europa es más fuerte cuando nosotros lo somos, ya sea en el comercio, la defensa, o en nuestras relaciones con el resto del mundo. Pero trabajar más estrechamente no requiere un mayor poder centralizado en Bruselas o que las decisiones sean tomadas por una burocracia que ha sido nombrada"?."No hemos hecho retroceder las fronteras del Estado en Gran Bretaña sólo para ver cómo se vuelven a imponer a escala europea, con un superestado ejerciendo un nuevo dominio desde Bruselas".
La Unión Europea no va a desaparecer por la necesidad francesa de no quedar subordinada nuevamente a los alemanes, al menos en lo político, porque en lo económico ya saben quién manda, y el euro tal vez sobreviva por la necesidad alemana de su existencia para garantizar sus exportaciones, pero posiblemente van a tener que reconocer en éste y en otros temas, que Europa no es ni podrá ser lo que pensaba que era y podía ser. Va a ser difícil, veremos muchas marchas y protestas los próximos años, recortes, incluso retiros de algunos países, pero al final saldrán adelante porque ese continente ha salido de cosas peores, aunque el ego deberá sangrar un poco más.
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