«Ya se hizo una amnistía en 1977 con los terroristas. Muchos volvieron a matar. No se pueden hacer más pruebas»
Entrevista a Ignacio Gordillo autor de "Memorias de un fiscal"
El 12 de septiembre de 1989 regresaba de sus vacaciones de verano para reincorporarse a su puesto como fiscal de la Audiencia Nacional, destino al que llegó una década antes. En el taxi que lo llevaba hacia su domicilio escucha la noticia de un nuevo atentado de ETA, esta vez contra el Poder Judicial. Al llegar a casa escuchó en el contestador la voz de su compañera Carmen Tagle que bromeaba porque ahora era ella quien se iba de vacaciones. Pero tras el pitido, otra voz pronunció una frase terrible: "Estos cabrones han matado a Carmen".
El asesinato de su compañera en la Audiencia Nacional puso en alerta a las Fuerzas y Seguridad del Estado porque los jueces y fiscales eran objetivo de los terroristas e, Ignacio Gordillo, el objetivo número uno. A pesar de todo ello, este fiscal que ha juzgado decenas de casos de terrorismo en su 30 años en la Audiencia, cuanta en esta entrevista en Periodista Digital que la aplicación de la ley debe de quedar por encima de sentimientos encontrados tras el asesinato de un compañero.
Lo que cambia para siempre el modo de vivir, reconoce Ignacio Gordillo, es estar bajo el yugo del punto de mira de los terroristas. Desde ese momento, los escoltas, los cambios de itinerario, ocultar los número de teléfono y la dirección de tu casa…
"Para mis vecinos, para los que siempre había sido profesor universitario, les planteaba también un problema y una molestia cuando se tenían que identificar para acceder a sus domicilios".
En Memorias de un fiscal (Esfera de los libros), escrito con Irene Villa, Ignacio Gordillo repasa, entre otros asuntos, algunos de los procesos penales contra miembros de los grupos terroristas más destacados de las últimas décadas. En su dilatada experiencia confiesa que nunca se pudo explicar el por qué de los atentados.
"Esa niña asesinada, esos hijos de guardias civiles… ETA era una máquina de matar ni buscaba la independencia ni la autodeterminación. Buscaban hacer el mayor daño posible".
Por su trabajo eran de los primeros en llegar a la escena del crimen y para eso, confiesa, nunca te preparas psicológicamente.
"Cuando acudimos al lugar del atentado en que resultaron gravemente heridas Irene Villa y su madre, el médico decía que se preocuparan por la madre que por la niña no había nada que hacer. (…) Tampoco nadie te prepara para el 11-M en Atocha. Esas cosas marcan para toda la vida".
Ignacio Gordillo se mantuvo siempre al margen de las diferentes asociaciones profesionales que, de alguna manera, sitúan ideológicamente. Cuenta en el libro que no tuvo posibilidad de ascender dentro de la Audiencia Nacional porque nadie podía asegurar "este es de los nuestros". De hecho, confiesa que le parece un insulto cuando a un juez o magistrado se le puede calificar por conservador o progresista.
Esta independencia le ha granjeado algunos problemas. Sobre todo cuando el Gobierno que estuviese en ese momento fuera parte en alguna investigación.
"Durante los GAL, Javier Moscoso (fiscal general entonces) me pedía la libertad para Amedo y Domínguez cuando estaban procesados por graves delitos por los que terminarían condenados."
"Me apartaron tres veces de este caso. La segunda cuando intervine en el descubrimiento de los restos Lasa y Zabala."
Ignacio Gordillo es de los que piensan, a diferencia de insignes políticos, que Montesquieu no ha muerto. Pero para mantenerlo con vida cree necesarias una serie de reformar en la Justicia que deberá abordar el nuevo Gobierno como por ejemplo el sistema de designación del fiscal general del Estado y de los miembros del Constitucional.
APLICAR LA LEY
"Me encanta ver desencajadas las caras de los familiares en los funerales." Esta frase, recogida en Memorias de un fiscal, fue pronunciada por De Juana Chaos que tras cometer 25 asesinatos, años después, puso en jaque a un Gobierno al declararse en huelga de hambre. Ese momentos muchos le hubieran dejado morir y muchos otros criticaron al presidente de aquel Gobierno por mantenerle con vida. Para Ignacio Gordillo no hay duda en este asunto.
"Siempre hemos sido partidarios de que se aplique la ley. Con la Constitución de 1978 queda abolida la pena de muerte. Ya no existe el ojo por ojo, existe la aplicación de la ley."
"En todos los casos de huelga de hambre la Audiencia Nacional siempre hizo un esfuerzo enorme para oponerse a esas personas que querían la muerte de los presos. Se luchó por la vida de De Juana Chaos. Hay quien no lo entenderá pero nosotros tenemos que defender la vida de, incluso, los terroristas más violentos."
"Dimos un ejemplo extraordinario. Como cuando en su día nos enfrentamos a los miembros de los GAL. Demostramos que contra el terrorista sólo cabe la aplicación de la Ley y no hacerlo con los mismos medios que los terroristas".
NEGOCAICIONES Y AMNISTÍAS
En su libro recopilan los comunicados de ETA que en las últimas décadas han engañado, en la mayoría de las ocasiones, a la sociedad española. Del último recibido, Ignacio Gordillo cuenta que
"Fue una enorme satisfacción. Se ha podido votar sin la amenaza terrorista. Pero también hay que ser realista y el comunicado coincide en muchas de sus expresiones clásicas como confrontación, lucha armada…"
"Ahora es importante saber que Bildu está en las instituciones y habrá que vigilar para expulsarlos a la mínima. Por otro lado, creo que son los primeros en no querer tener la mínima relación con las actividades terroristas".
CUMPLIMIENTOS DE LAS PENAS
Muchos creen que los delitos más graves, especialmente los terroristas, a pesar de condenas de cientos de años no cumplen más de 15 años. En la entrevista en Periosita Digital, Ignacio Gordillo explica como esta situación ya ha cambiado en delitos posteriores a 1985 cuando se reformó una norma que databa de 1937.
"Hoy no cabe más que el cumplimiento íntegro de las penas, siendo la máxima de 40 años."
Esta afirmación está sustentada en que ya no existen los generosos permisos penitenciarios de antaño cuando, por ejemplo, por trabajos realizados en prisión se podía reducir de 30 a 15 años la condena como ocurrió con De Juana Chaos.
Ahora bien, el que fuera fiscal de la Audiencia Nacional durante tres décadas señala que el problema principal que tenemos ahora con el sistema penitenciario es la falta de medios. Faltan cárceles, subraya, para que se puedan hacer cumplir las condenas íntegras impuestas por la ley.
"La Ley Penitenciaria dice que cada interno tiene derecho a una celda y la media de internos por celda está en torno a diez. Y si el fin de la pena es la reinserción social no es posible en estas condiciones."
"La culpa no es del Estado ni, mucho del Gobierno. Nadie quiere que se gaste el dinero en cárceles. Todos queremos un AVE, autovías… Incluso si hubiera un centro penitenciario cerca del domicilio, todo el pueblo se opondría."
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