Brasil y México paran el proyecto de Chávez de convertir la CELAC en una OEA sin EE.UU.
Santiago de Chile. – Brasil y los países moderados de la región lograron que no prosperara el proyecto de Hugo Chávez y sus aliados del socialismo del siglo XXI de convertir la CELAC en una OEA sin Estados Unidos. El dirigente venezolano no consiguió dotar a este nuevo organismo de un sólido entramado institucional.
El chavismo, que contaría con el apoyo de la mayoría de estados que conforman la CELAC (en torno a 18 de 33) tuvo que renunciar a su deseo de que las decisiones se tomen por mayoría pues Brasil y México optaron por que sea por consenso.
Prueba de los pocos objetivos prácticos alcanzados en la cumbre de Caracas fue el llamamiento final de Hugo Chávez al resto de presidentes para que el proyecto no quede congelado: “que una vez aprobado el primer Plan de Acción de Caracas, el primer plan de la Celac (…) pase a formar parte de nuestros planes de trabajo diario y no lo dejemos por allá archivado en una computadora, en una gaveta, como si nada hubiera ocurrido”.
Los pilares del proyecto chavista
Dos eran los objetivos que perseguía el chavismo en esta cumbre.
El objetivo máximo de Hugo Chávez y los países aliados en torno al ALBA era hacer de la CELAC una organización que pudiera sustituir a la OEA. Para Chávez, “la OEA es lo viejo, un espacio que fue manipulado, dominado por Estados Unidos”, mientras que la Celac “nace con un espíritu nuevo, como un arma de integración política, económica y social”.
Para eso debía contar con una estructura permanente y unos organismos e instituciones algo que finalmente no tendrá. “Hay que darle una estructura (…). A pesar de que algunos no lo consideren muy importante, es necesario si no queremos que esto muera al nacer”, dijo Chávez el viernes en la sesión inaugural.
Así pues, el resultado final fue muy diferente a lo soñado por el chavismo, como explicó la canciller colombiana María Ángela Holguín: (la OEA tiene) una secretaría general muy fuerte, con una cantidad de personal dedicado a temas específicos. La Celac es más un foro, no va a tener secretaría ni una estructura como tal porque es un foro de concertación y diálogo”.
El canciller chileno Alfredo Moreno comentó a Andrés Oppenheimmer que la CELAC será “solamente un foro, no una organización…ni siquiera una secretaría general, como UNASUR, ni nada de eso”.
Además, el otro gran objetivo, de Chávez era conseguir que las decisiones se tomaran por mayoría y no por consenso. El venezolano era consciente de que el apoyo que tiene entre los pequeños países del Caribe (14), unido a sus tradicionales aliados (Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia) le podrían haber dado la mayoría en la CELAC, compuesta por 33 estados.
Chávez confirmó que “el tema pasa para seguirlo evaluando para los próximos eventos y que mientras tanto la Celac seguirá tomando sus decisiones como hasta ahora, es decir, por consenso”.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, fue el más fuerte apoyo de Chávez y encabezó los mayores ataques a la OEA, en especial porque el diario El Universo ha llevado a este organismo su problemas con Correa: ”necesitamos un nuevo sistema interamericano y aquí la Celac puede jugar un papel histórico y particularmente con un nuevo sistema de derechos humanos sin el sesgo norteamericano…A mí como latinoamericano me rebela que los problemas latinoamericanos se vayan a discutir a Washington”.
Esta línea antiimperialista fue seguida asimismo por las otras dos figuras del “socialismo del siglo XXI” en la región. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, para quien ”los imperios que tiranizan el planeta (…) se lanzaron contra el norte de África, contra Libia, con toda su fuerza, simplemente intentando destruir un proyecto de unidad africana” .
Y el presidente boliviano Evo Morales también opinó que la nueva CELAC representa “el mejor momento para terminar con ciertas imposiciones que venían de arriba respecto a las Fuerzas Armadas, no podemos permitir más bases americanas en nuestros territorios”.
Además, añadió “en los últimos años hemos visto que las bases en vez de defender la democracia, nos someten…Después de más de 500 años de resistencia contra las colonias y después de 200 años de la independencia, los países divididos por las potencias, saqueados por las trasnacionales, nos reunimos para poder buscar la interacción para la liberación de nuestros pueblos”.
El triunfo de Brasil y México
Pero no han sido estas posturas las que finalmente se han impuesto en la cumbre. Brasil y México han logrado aguar las posturas más contrarias a Estados Unidos.
Dilma Rousseff mantuvo un perfil muy bajo e incluso no asistió a la clausura del sábado. Antonio José Simoes, subsecretario de Brasil para Asuntos de América del Sur y el Caribe, fue más claro cuando aseguró que “la Celac no juega en contra de la OEA, nuestra preocupación es trabajar por la región”.
Brasil se situó en contra de dotar al organismo de un entramado burocrático e institucional y el propio Simoes se mostró partidario de “dejar primero funcionar el organismo por algún tiempo” antes de dotarlo de una estructura.
Esa fue la misma postura sostenida por México, a través de su canciller, Patricia Espinoza: “no veo que nadie esté pensando en que se puede eliminar la OEA, ni creo que pueda ser algo que estuviera en el interés de los países de la región”.
La postura de los dos gigantes regionales ha contado con el apoyo de la mayoría, entre otros el presidente colombiano, Juan Manuel Santos: “esta integración no puede ser contra nadie, esta integración es una integración a favor nuestro. Esta integración no es contra la OEA o contra la cumbre Iberoamericana, es a favor de América Latina y el Caribe”.
Incluso, Cristina Kirchner que tras años de tensiones ha iniciado un acercamiento a Estados Unidos se reafirmó en que la integración no debe ser “contra nadie” sino “a favor de nosotros mismos”. Según dijo, “tenemos una oportunidad única, tenemos que crear mecanismos que potencien esto, cumbres que no sean solamente hacer catarsis y luego no encuentren solución a los problemas”.
“Se impuso el criterio mayoritario de los mandatarios más democráticos de la región, con Chile y Brasil a la cabeza”, comentó María Teresa Romero al Nuevo Herald, de la Universidad Central de Venezuela. “La Celac tendrá una estructura laxa, será de concertación política, como fue concebida en el 2010, para refundar y ampliar el Grupo de Río y no como un bloque rígido con institucionalidad, no como un organismo de integración alternativa ni contra Estados Unidos ni Canadá”.
Ahora, el Presidente de Chile, Sebastián Piñera asume como primer mandatario pro-tempore de la CELAC.Piñera pidió a la “troika” compuesta por los presidentes de Venezuela y Cuba Hugo Chávez y Raúl Castro, que aspira a que “a lo largo de estos meses en que trabajaremos juntos, guiados por los principios de la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos, la justicia y, por sobre todo, nuestro profundo amor por nuestros pueblos, logremos tener un trabajo fecundo”.
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