Rajoy e Iberoamérica
La Prensa Gráfica, El Salvador
El cambio drástico decidido por el electorado español es difícil que se refleje, tan así y en todos sus extremos, en el relacionamiento entre España e Iberoamérica. Lo que se tiene respecto al punto es lo que dijo Mariano Rajoy como candidato del PP, de que habrá de darle “una gran prioridad a Iberoamérica” y que tratará de mejorar las relaciones existentes y de incrementar las exportaciones españolas hacia la región. Eso, diríamos, en lo que hace al tema comercial en el que priva el “pragmatismo” con el que, muchas veces, se trata de justificar cosas que desde el punto de los principios democráticos son injustificables.
Rajoy fue más claro respecto a Cuba al señalar que en la isla “quiere” democracia, libertad y derechos y humanos, que es lo que quiere todo el mundo.
Dijo además que espera que los que mandan en Cuba, desde tiempo inmemorial, propicien un cambio de verdad, porque así no se puede continuar mucho tiempo. No opinó ni ha opinado, en cambio, sobre los regímenes de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua a los que el gobierno socialista ha festejado bastante, y a los que, en particular los dos primeros, el propio Estado español, con los reyes a la cabeza, ha dado un gran respaldo.
Hay todavía muchas incógnitas por despejar y los pocos mensajes conocidos tras la elección no ayudan mucho. Expertos en asuntos latinoamericanos del PP ya hablan de que en Cuba se está operando una apertura por lo que no habría que cambiar mucho de política. Se menciona la necesidad de revitalizar las “cumbres iberoamericanas”, una fórmula en franco deterioro, que de muy poco ha servido a no ser para temas comerciales que han interesado a España, para incentivar el sentimiento anti EUA existente en la región, apoyar a Cuba, condenar el “embargo” –al que llaman “bloqueo”–, emitir desequilibradas declaraciones sobre terrorismo y otras decididamente hipócritas sobre democracia acomodadas a sus miembros, entre los que están los Castros y Chávez. Hay un hecho innegable y notorio: desde hace un tiempo en el mundo la política exterior es manejada directamente por los jefes de Estado y más por los responsables de las economías de los países que por sus cancilleres. Y ni que hablar en estos momentos.
Eso no es diferente para las relaciones entre España e Iberoamérica, con el añadido de que en la política española es muy fuerte y casi decisiva la influencia de las grandes empresas que tienen inversiones y negocios en el continente americano. Sobre ese eje giró la política exterior de Rodríguez Zapatero. Hay hechos muy llamativos, como el del memorable “por qué no te callas” del rey a Chávez, del cual tiempo después tuvo que desdecirse. Para ello recibió al comandante venezolano en Palacio, hecho que ocurrió, dicho sea al paso, unos días antes de que Chávez resolviera nacionalizar, a buen precio, la sucursal venezolana del Banco de Santander, la que estaba a la venta, sin éxito, desde hacía tiempo.
Fue uno de los raros casos en que una “nacionalización” fue festejada, con champaña, por todas la partes. En las actuales circunstancias y en función de los problemas de todo tipo que tiene España y de lo que representa Iberoamérica para muchas de sus grandes empresas, no cabe esperar cambios muy drásticos en la política del nuevo gobierno respecto a Iberoamérica. Rajoy no cometerá torpezas con las inconsistencias de su arrogante antecesor.
- 28 de diciembre, 2009
- 8 de junio, 2012
- 21 de noviembre, 2024
- 21 de noviembre, 2024
Artículo de blog relacionados
La Tercera Las elecciones de hoy en Chile suscitan en la región latinoamericana...
18 de diciembre, 2017Por Elides J Rojas L El Universal Micomandantepresidente ha dicho en varias oportunidades...
11 de enero, 2012BBC Mundo WASHINGTON, DC.- Se espera que el aumento de los precios del...
29 de mayo, 2011La Nación CARACAS. – El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, anunció ayer la...
22 de septiembre, 2013