Los indignados y la musa
Zona Franca – El Mundo.es
Ha transcurrido casi medio año y las manifestaciones estudiantiles en Chile no amainan. Mientras que en el resto de Latinoamérica el movimiento de 'Los Indignados' no acaba de prender, en el país sudamericano los estudiantes han tomado las calles hasta hacer tambalear al gobierno conservador de Sebastián Piñera.
La gran paradoja es que el descontento popular no ha estallado en otras partes de la región, donde las desigualdades sociales son patentes. Las marchas multitudinarias se suceden en la próspera Santiago de Chile, símbolo de la bonanza económica de una nación que, desde el retorno a la democracia en 1990, es un ejemplo de cómo se puede formar parte del primer mundo.
Chile goza de la mayor renta per cápita en Latinoamérica y en materia educativa los datos son satisfactorios: de acuerdo con las cifras de la prueba internacional PISA para estudiantes de 15 años, ocupa el primer puesto en el continente en ciencia, matemáticas y comprensión de texto. Además, el 70% de los estudiantes representa la primera generación universitaria de sus familias. Entonces, ¿por qué el gobierno no puede contener el motín callejero?
Varios factores han incidido en el auge de estos Indignados. La dictadura pinochetista dejó como herencia una reforma que impulsó la financiación privada de la educación. Actualmente el 25% del sistema educativo recae en el Estado y el 75% depende del aporte del alumno, que puede recurrir a préstamos estudiantiles. La educación totalmente gratuita sólo se ofrece en la enseñanza primaria.
Conviene recordar que las protestas que hoy desafían a Piñera no son nuevas. En 2006 la socialdemócrata Michelle Bachelet se enfrentó a ellas. Uno de los argumentos de los estudiantes es que las deudas contraídas al concluir la universidad representan una carga demasiado onerosa. Pero las revueltas han incrementado frente a unas políticas liberales que defienden la responsabilidad individual, porque no hay presupuesto que pueda sostener un modelo de Estado de Bienestar condenado a la quiebra.
Debilitado por los continuos enfrentamientos, el gobierno de Piñera ha tendido puentes, sin embargo, sus adversarios reivindican una educación exclusivamente gratuita. Y es en este punto donde es inevitable mencionar a la líder estudiantil Camila Vallejo, cuya belleza y capacidad dialéctica resultan hipnóticas para muchos. Militante del Partido Comunista, esta joven graduada de Geografía domina el lenguaje enredado del movimiento del Mayo del 68 francés, pero su imagen es bastante más fotogénica que la del mítico Daniel Cohn-Bendit en la Primavera de París.
La dirigente de la Confederación de Estudiantes de la Universidad de Chile (CONFECH) apoya los actos violentos, como la reciente irrupción en un pleno del Senado donde se discutían los presupuestos de la educación superior. A fin de cuentas, Vallejo admira nada menos que a Evo Morales, quien no duda en cargar contra su gente si la "revolución" así lo exige.
Sebastián Piñera tendrá que encontrar una vía de diálogo que lleve a buen fin un año escolar en el que apenas se han impartido clases. Entretanto, ya se han convocado más protestas. Con su habitual lucidez, el escritor chileno Jorge Edwards ha afirmado, "el estado no lo puede financiar todo". Pero reconoce el irresistible encanto de las trincheras: "Cuando yo fui joven era muy aficionado a manifestarme cada vez que podía". Sobre todo si la musa de los Indignados es Camila Vallejo y no Dani el Rojo.
- 23 de julio, 2015
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