Argentina: Domingo, festejos; lunes, la economía
Los resultados de esta elección para el oficialismo son para festejar. Un triunfo en el que se obtienen más del 50% de los votos no es nada común y sobre todo después de dos períodos de estar en el poder, tiempo que siempre desgasta a la administración que lo ejerce. Este domingo hay, pues, fiesta oficial.
Pero el lunes hay que volver a enfrentarse con los problemas económicos cuya solución se ha postergado por ocho años con objeto de mantener una alta popularidad política, aunque eso no haya sido lo más adecuado desde el punto de vista del largo plazo, pero dio el resultado de corto plazo deseado. Algunos temas son más acuciantes que otros.
Como ejemplo señalamos que en los últimos dos meses se ha producido una importante dolarización de las carteras como protección frente a posibles medidas que los agentes económicos imaginan para el corto plazo. Es que el tipo de cambio se ha utilizado en los últimos tres años como una palanca antiinflacionaria, corrigiéndolo en menor medida que el incremento de los costos internos. Esto aumentó el costo en dólares de nuestros productos industriales y frente a la reciente corrección cambiaria de Brasil, del euro y de otras monedas a cuyos países exportamos, hemos quedado fuera de mercado en varios productos, como vinos, frutas y autos.
Directivos de entidades empresarias han sugerido como solución, especialmente después de la devaluación de 18 % de Brasil, que deberíamos desdoblar el mercado de cambios: un tipo de cambio para la exportación tradicional y otro bastante más alto para operaciones financieras y de importación. Los productos industriales se exportarían con un mix entre esos mercados. Oficialmente no se negó esta versión en forma clara.
En estos últimos dos meses la compra de divisas sin especificar (conocida como salida de capitales) fue de u$s 3.700 millones por mes. De seguir este ritmo, en 10 meses nos quedaríamos sin reservas. El aumento de la tasa de interés Badlar, que se duplicó en los últimos 30 días, no ha detenido el proceso hasta ahora. Tampoco lo calmaría el resultado de las elecciones, pues estas ya se descontaban desde las primarias del 14 de agosto y este proceso de compra de divisas se inicio después.
Por lo tanto mañana, o algunos días después, vamos a tener que volver a pensar los temas económicos y dejaremos un poco al margen los temas políticos dado que ya no habrá elecciones a la vista. No obstante, vamos a pasar al olvido a algunos perdedores de esta elección que no podrán sobrevivir a tamaña derrota. Es bueno para que puedan surgir líderes nuevos, con democracia interna dentro de cada partido. Como se demostró en estas internas abiertas, no hubo democracia interna, es decir, en casi todos los partidos hubo un solo candidato pues el dominio de las estructuras partidarias es de unos pocos encaramados, que se creen los dueños del partido y que no dejan surgir a nadie con ideas nuevas.
¿Cuáles son los temas económicos que vamos a tener que tratar de resolver a partir de mañana? 1) Qué hacer con el tipo de cambio que se está volviendo no competitivo y ya no es alto en términos reales, concepto que era un pilar del modelo.2) Qué hacer con el gasto público consolidado que llega a más de u$s 200.000 millones este año, cuando en 2003 estaba en u$s 28.000 millones. Este nivel es difícil de sustentar, más todavía con la eventual menor recaudación que implica la caída del precio de la soja en casi 100 u$s/ton. 3) Cómo enfocar el problema de la inflación y su registro adecuado. Más de 3-4 % de inflación anual es considerado peligroso. 4) Los subsidios han crecido vertiginosamente y deben moderarse lo cual no es nada fácil de hacer ya que resulta impopular aumentar las tarifas significativamente.5) Habrá que seguir muy atentamente la economía de Brasil que se está estancando y no nos comprará tanto como este año (que ya fue poco). Una desaceleración o estancamiento de la actividad brasileña nos podría hacer caer la producción local y aumentar el desempleo. 6) Además hay que monitorear muy de cerca la crisis internacional que, de perdurar, podría generar una menor demanda mundial de diversos productos, entre ellos los de algunos que exportamos nosotros, como las commodities.
Esta vez es diferente. El 65 % del mundo está estancado o desacelerándose. Va a ser difícil seguir posponiendo las soluciones, para no pagar los costos políticos que generarían. Serán decisiones duras en las que no podemos cometer errores ni en las medidas ni en el tamaño de las medidas, pues tenemos una economía muy exigida, con un consumo público y privado muy incentivado, pero con exportaciones que van disminuyendo, con una cuenta corriente del balance de pagos que tiende a ser cero o deficitaria, con cuentas fiscales que van a necesitar un financiamiento por unos u$s 10.000 millones de algún lado en 2012, unido a la ya mencionada dolarización de las carteras.
Tenemos bastantes reservas como para aguantar, pero estos problemas no dejan de ser preocupaciones para el lunes o los días siguientes. Con cuatro años por delante sin mayores problemas políticos es el momento para ordenar los desvíos naturales de ocho años de gobierno..
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