Pagándoles a los muertos
Ya yo no me asombro de nada sobre un gobierno disfuncional, pero esto que aquí comento sí me ha escandalizado.
De acuerdo con un informe de la Oficina de Administración de Personal y reportado en la columna “The Federal Eye” de Ed O’Keefe en el diario Washington Post, nuestro gobierno ha estado enviando cheques a individuos fallecidos. “En los últimos cinco años”, escribe O’Keefe, “la Oficina de Administración de Personal (OPM) ha hecho más de $601 millones en pagos a jubilados del gobierno federal fallecidos, según el inspector general de la agencia. El total de los pagos anuales van de $100 a $150 millones. Esto no es algo nuevo. El Inspector General Patrick McFarland había urgido a la Oficina de Administración de Personal en el 2005 y de nuevo en el 2008 que se supervisaran esos pagos con más cuidado. Aparentemente sus observaciones no fueron escuchadas.
“Pagos indebidos a jubilados muertos han aumentado en un 70 por ciento en los últimos cinco años”, dice el informe del OPM. En un irritante caso, el hijo de un jubilado muerto siguió recibiendo los beneficios federales durante 37 años después de la muerte de su padre. OPM no se enteró de que había estado haciendo pagos indebidos hasta que se murió el hijo. Claro está, la agencia nunca recuperó el dinero. ¿Será por esto que el gobierno no tiene escrúpulos en gastar el dinero de otros?
El Senador Tom Coburn, Republicano de Oklahoma, llevó a cabo una investigación e informó el pasado mes de octubre sobre sus resultados. Coburn descubrió que “desde el año 2000 el gobierno federal había pagado casi $1 mil millones por lo menos a 250,000 personas fallecidas. Ese mismo mes, un informante reportó que el programa de estímulo económico de la Administración Obama había hecho 89,000 pagos de $250 cada uno a personas muertas o encarceladas”, escribió O’Keefe.
Yo me pregunto ¿cuántos de los muertos y presos llegaron a votar y por quién?
Ahora cuando los Demócratas y Republicanos del congreso se enfrascan en otra rueda de discusiones sobre qué, si algo, puede recortarse del inflado presupuesto y montan un “teatro” sobre otro posible cierre del gobierno, aquellos miembros que quieren ser más responsables con el dinero ajeno deberían de hacer el tema del despilfarro el eje de la próxima campaña electoral.
Después de quitar a los muertos y presos de la nómina federal, pueden ocuparse de otra agencia que afecta a todos los estadounidenses: El Servicio Postal de los EE.UU. (USPS). Según la organización Ciudadanos Contra Desperdicio del Gobierno (www.eagw.org), “El USPS tiene seiscientos mil empleados y es el segundo más grande empleador de los EE.UU. después de Wal-Mart. El Inspector General del USPS reportó que se le pagaron a los empleados $21.9 millones por 875,540 horas de tiempo en ‘stand by’ (en espera) en el año fiscal 2010, y $4.3 millones por 170,666 horas en la primera mitad del año fiscal 2011. El USPS también tiene una tasa de 24 por ciento de área vacía en su espacio interior de oficina de 281 millones de pies cuadrados”.
El problema es que cuando se empieza un programa o una agencia federal, es más fácil encontrar un político honesto que recortar algo del presupuesto. Ronald Reagan señaló que la única prueba de vida eterna en la Tierra es un programa del gobierno. Estar muerto no lo quita a uno de la mentalidad de “distribuir la riqueza” de la actual administración, o de cualquier administración. El despilfarro claramente es bipartidista.
Y luego tenemos a Solyndra, la empresa de paneles solares de California que recibió $535 millones en préstamos garantizados y luego se declaró en bancarrota. Los funcionarios de Solyndra invocaron la protección de la Quinta Enmienda contra su auto incriminación la semana pasada ante un comité del Congreso.
También la semana pasada, los Demócratas del Senado rechazaron una resolución de continuación de gastos aprobada por la Cámara porque, entre otras cosas, contiene cortes en el mismo programa de energía solar que dio los fondos a Solyndra. Así que sólo porque una compañía o una persona desaparezca esto no necesariamente los descalifica para recibir más fondos de los contribuyentes (tomados a préstamo de los chinos, claro está). Es la vida eterna.
Es más que vergonzoso que tantos funcionarios electos y tantos burócratas no electos continúen despilfarrando nuestro dinero, mientras que demandan que paguemos más impuestos porque ellos no pueden “darse el lujo” de recortar un centavo y porque algunos de nosotros supuestamente no estamos contribuyendo nuestra “justa parte”.
Ya hace mucho tiempo que nosotros no podemos darnos el lujo de nuestro gobierno y ya es hora de que empecemos a limitarlo, tal como un padre pudiera dejar de mandarle dinero a un hijo que está en la universidad y que lo gasta en fiestas y gastos innecesarios.
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