Chavismo: Antes era socialismo caviar, ¿ahora socialismo caribeño?
El Che decía que el socialismo económico sin la moral comunista no le interesaba, que su lucha era contra la miseria pero que al mismo tiempo también luchaba contra la alienación. Ante tan claro mensaje, ¿podemos decir que en la actualidad eso se cumple en nuestro país?, ¿quienes nos venden las bondades del socialismo siguen esa filosofía, o simplemente es la que se le debe inculcar a un pueblo clientelar mientras las clases dirigentes se hacen millonarias?, ¿son realmente esos portavoces gubernamentales un ejemplo de eso que nos venden y han llamado "hombre nuevo"?
En el mundo la expresión "izquierda caviar" es utilizada para referirse a aquellos personajes supuestamente de pensamiento socialista que mantienen una vida al mejor estilo capitalista, llena de lujos y por lo tanto bastante alejada de lo que se supone pregonan los ideales de la izquierda. En Chile se les llama "red set", en Francia "gauche caviar" o "gauche champagne" (muy famosos en los años 80 cuando gobernaba Mitterrand), pero independientemente del sitio en el planeta, pareciera haber cierto consenso en el sentido que el socialismo como ideología de vida permanece en la psiquis de un socialista hasta el instante que prueba "las mieles y por lo tanto las comodidades" de la vida capitalista. Esto (y lo podemos palpar en nuestro país) no significa que ese individuo deje de llamarse socialista ni deje de hacerle propaganda para engañar a mentes frágiles, pero sin duda su estilo de vida no se corresponderá (más nunca) con lo que predica. ¿Acaso la viajadera al Imperio, a comprar en los famosos malls de Florida, a jugar en Las Vegas o ver a Madonna en New York son cónsonas con eso del hombre nuevo?
Pero no solamente tenemos esas "minúsculas fallas" en el modelo actual que nos tratan de imponer en el país y de exportar. Veamos este ejemplo: ¿Qué vende nuestro país? Dependemos de la venta de una materia prima que actualmente su precio está cercano a los $96, cuando su costo de producción ronda los $15 (más de 6 veces su costo, el ¡paraíso capitalista!), y para remate defendemos ante el mundo que "el precio justo" debería ser $100. ¿Justo para quién, para los africanos, para los centroamericanos, para los asiáticos?, ¿para cuántos pobres en el mundo es justo cuando les llega la factura de la calefacción o se enteran del incremento en la inflación de su país por el elevado costo del combustible? Enfrentemos la realidad: dependemos del capitalismo, solo en él podemos vender nuestro único producto que nos da importancia en la geopolítica mundial, y solo en él alcanzaríamos algo tan odiado por la izquierda, pero tan necesario en el mundo real como un MARGEN DE GANANCIA (y en nuestro caso bastante elevado), el cual por cierto es quien nos permite la factibilidad del país que tenemos.
Sin duda alguna, como venezolanos no nos podemos quejar, este tipo de socialismo que ostentamos con "mucho orgullo", aunque basado en prácticas ya conocidas por la historia y al cual le podríamos poner el nombre de socialismo caribeño, pareciera ser lo único medianamente novedoso que le dejará la actual revolución a Venezuela y al mundo.
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