Periodismo del siglo XXI: regreso al siglo XIX
Mi premisa es sencilla: en muchos aspectos, el periodismo digital (o periodismo del siglo XXI), es en realidad un regreso a prácticas del siglo XIX.
En los últimos años he observado un regreso a los titulares largos, a la pirámide invertida, a la proliferación y desaparición constante de medios de comunicación y a una atenuación -y en algunos casos casi desaparición- de la frontera entre opinión e información.
Todos estos son fenómenos que se vieron en el periodismo anglosajón del siglo XIX y más específicamente, de la Revolución Industrial.
Titulares largos
Algunos habrán notado que en los sitios de noticias de internet los titulares son cada vez más extensos y explícitos. Periodísticamente, esto es un regreso en el tiempo, pues la tendencia era a títulos cortos.
La razón es muy sencilla: como el 65% de los internautas utiliza Google, entre otras cosas para buscar información, un titular debe tener todas las palabras claves para que pueda ser fácilmente ubicable por el mega-buscador.
Lo mismo ocurre con el regreso a la llamada pirámide invertida, que, como saben, es incluir en los primeros párrafos la respuesta al qué, quién, cuándo, cómo, dónde y por qué de un acontecimiento noticioso.
La pirámide invertida surgió como respuesta al invento del telégrafo en 1840. Como era tan costoso y escaso, los periodistas empezaron a escribir lo esencial de una noticia al comienzo de la nota. Luego agregaban detalles.
Esto empezó a usarse de manera intensa durante la guerra civil estadounidense, cuando había pocos telégrafos para demasiados periodistas, entonces cada uno podía enviar una línea por turno, hasta completar el artículo. Lo esencial iba al comienzo.
Luego se consolidó con las agencias de noticias que escribían de esa manera -la mayoría todavía lo hacen- para que los editores cortaran desde abajo y de acuerdo con el espacio del que dispusieran.
Sin ataduras
En busca de un periodismo menos aburrido, predecible y constreñido, los medios escritos se fueron alejando de este corsé tan estrecho, sin dejar de lado el rigor periodístico.
Pues bien, la vieja pirámide invertida está de regreso: los medios de internet están de nuevo poniendo todos los datos esenciales de una noticia en el primer párrafo.
Como en el caso del telégrafo, esto también se debe a un adelanto tecnológico: cada vez más personas ingresan en las páginas de noticias de internet a través de sus teléfonos celulares, sus Blackberrys, sus iPads, etcétera.
Y -tanto por el tiempo de que disponen para leer como por el formato de estos artilugios- sólo ojean los primeros párrafos, donde, por lo tanto, debe concentrarse toda la información esencial.
Estos dos son aspectos de forma. Otros cambios que he observado son más de fondo.
Uno de ellos es la aparición y desaparición constante de medios de comunicación en internet. Este era un fenómeno típico del siglo XIX, cuando se fundaban decenas y decenas de periódicos, revistas y panfletos que muchas veces -y con suerte- sólo alcanzaban un par de números.
Es algo que también está ocurriendo ahora: no sólo proliferan y mueren empresas en internet, o son devoradas por otras más grandes, sino que se calcula que cada día se abren centenares de blogs nuevos (son unas 900 mil entradas nuevas cada día) que, si lo pensamos bien, son muy parecidos a los llamados "pasquines" o gacetas que abundaron en el siglo XIX y que servían para exponer puntos de vista personales, por lo general de tipo político o religioso.
Revolución de la tecnología
Aquí creo que llegamos al meollo del asunto, porque, a mi modo de ver, lo que une estos dos fenómenos es un cambio profundo de tipo tecnológico. La Revolución Industrial en el Siglo XIX y la Digital en el nuestro.
En el siglo XIX, los avances en la técnica de la imprenta, gracias a la máquina de vapor, abarataron muchísimo los costos y esto permitió que los periódicos pudieran circular más ampliamente. Luego vino, hacia 1880, la invención del linotipo, lo que hizo aún más fácil la impresión.
Ahora, en el siglo XXI, está ocurriendo lo mismo: gracias a internet, los costos para crear un medio de comunicación se han reducido de manera fabulosa. De hecho, mientras investigaba este tema, descubrí que algunos historiadores británicos y franceses denominan a lo que está ocurriendo en esta época como una "Segunda Revolución Industrial".
Como la primera, esta "Segunda Revolución Industrial" genera efectos profundos en la sociedad, más allá de lo simplemente técnico, para influir en la manera como nos relacionamos, trabajamos o nos comunicamos.
Y cómo opinamos. Los que estudiamos periodismo y comunicación recordamos cuando nos decían que uno de los grandes logros del periodismo moderno fue la separación entre información y opinión.
A mi modo de ver, en el siglo XX los medios que más se destacaron y más influencia tuvieron fueron los que hicieron de la imparcialidad y la independencia sus banderas, como el New York Times, la BBC o el New Yorker.
De hecho, la imparcialidad, el reflejar todos los puntos de vista de un hecho, se ha vuelto una especie de ideal periodístico.
Lo que he observado en los últimos años es un regreso a los medios que toman partido y a desdibujar la frontera entre información y opinión.
En ese fenómeno quizás el caso más destacado sea el de la cadena estadounidense Fox que se ha convertido en un feroz medio de oposición al gobierno de Barack Obama, donde unos de sus comentaristas ha calificado al presidente de Estados Unidos desde nazi hasta comunista y ha incluso convocado a marchas políticas contra el primer mandatario.
A mí me parece evidente que esta clara inclinación influye no sólo en los espacios de opinión, sino en los informativos.
Y lo más preocupante -a mi modo de ver- no es que la cadena de Rupert Murdoch tenga una clara tendencia política, sino que esta postura ha encontrado gran eco entre la población: Fox ha sido la cadena de televisión por cable de más crecimiento en los últimos años en Estados Unidos.
Y según encuestas, Fox tiene la misma credibilidad que CNN, una cadena que todavía se preocupa por tratar de presentar una información equilibrada.
Hay otros ejemplos y no solo de derecha. Muchos de los portales de información más exitosos en Estados Unidos tienen una clara tendencia política.
Aquí, el ejemplo más claro es el Huffington Post, que empezó como un blog político en 2005, que marcó una tendencia en cómo podía informarse en Internet y que ahora tiene unos 25 millones de usuarios.
Su fundadora, Arianne Huffington, escribió hace poco en un artículo titulado "If I Ruled the World" (si yo gobernara el mundo) que la objetividad estaba "overrated" -sobrevalorada- y que los medios de comunicación debían tomar partido. Los que han leído el Huffington Post saben que es de centro-izquierda y pro-Demócrata.
Yo creo que, al menos por el momento, esto marca una tendencia y que cada vez más se verá a medios de comunicación tomando partido de una manera abierta y dejando de lado la pretensión de que son imparciales.
Entonces, ¿qué puede a pasar?
Para mí es evidente que todo lo que está ocurriendo se debe a que estamos en un momento de crisis, de transición.
Lo que he mencionado sobre los titulares, sobre la pirámide invertida, creo que se debe a que internet todavía está buscando su lenguaje.
Muchos periódicos y revistas están descubriendo a un enorme costo que no se trataba simplemente de trasladar el producto impreso a internet, sino que había que adaptarlo a un lenguaje nuevo.
Ahora, como toda etapa de crisis, creo que va a ser muy fértil para algunos, terrible para otros, pero que también va a tener un fin.
¿Qué puede ocurrir? Creo que ya lo vimos con lo que pasó con la prensa y en general con los medios de comunicación en el siglo XX: algunos se mantuvieron, otros desaparecieron, pero llegó un período de consolidación y de aparición de los grandes monopolios, que entraron a dominar el mercado.
A nivel periodístico, mi apuesta es que, en el futuro, por toda esta proliferación de medios, de puntos de vista individuales, de chismes, de manipulación, va a llegar un momento de saturación, en el que los cibernautas van a remitirse a los medios con recorrido y prestigio -como la BBC, el New York Times, etcétera- en los que haya editores y periodistas con experiencia y formación que les digan: esto es lo que vale la pena leer.
¿Usted qué piensa?
Este texto es una versión reducida de una conferencia dictada en Colombia en febrero de este año. Si quiere ver la conferencia completa haga clic acá.
El autor es editor de noticias de BBC Mundo.
- 23 de julio, 2015
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