El discurso del presidente
En su discurso sobre el Estado de la Unión, el Presidente Obama a veces sonaba como si fuese Ronald Reagan el que hablaba: recortar el déficit, alentar la empresa privada y la iniciativa individual, hablando sobre el futuro. Pero, a pesar de toda su elocuencia, el presidente cubrió su ideología liberal con un disfraz de oveja conservadora. En la superficie, el presidente dijo muchas cosas con las cuales los conservadores pueden estar de acuerdo, pero las palabras pueden significar algo o pueden disfrazar las verdaderas intenciones.
Dejando a un lado la glamorosa retórica, examinemos los puntos principales que tocó el presidente.
EDUCACIÓN: Cualquiera que haya visto la película “Waiting for Superman” (Esperando por Superman) sabe que el sistema de educación pública en este país es un desastre y que si todo el dinero que se está gastando ahora en educación no está mejorando el producto, especialmente para los pobres a los que se supone los Demócratas defienden, más dinero no resolverá nada. La competencia de poder escoger escuelas mejoraría la educación. El discurso fue otro regalo para los sindicatos de maestros que se preocupan más por sus miembros que por el futuro de los estudiantes.
INNOVACIÓN: El gobierno no innova. El gobierno regula. El gobierno cobra impuestos. Según el Instituto Cato (www.cato.org) la tasa combinada de impuestos federales y estatales a las corporaciones en los EE.UU. es 40 por ciento, la más alta de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OECD). Japón está en segundo lugar con una tasa combinada de 35.7 por ciento. En su discurso, el presidente dijo que él apoya reducir la tasa del impuesto corporativo por primera vez en 25 años, pero entonces vino la advertencia de “sin aumentar nuestro déficit”. Rebajar los impuestos sin rebajar los gastos aumentará el déficit así que el presidente puede evadir la responsabilidad cuando los Demócratas se nieguen a votar para reducir los impuestos a los negocios.
REDUCCIÓN DEL DÉFICIT: ¿Dónde empezar? Un presidente Demócrata y hasta recientemente un Congreso todo Demócrata han puesto nuestra situación financiera en peligro al adquirir una deuda de $14 millones de millones ($14 trillones). En marzo del 2006, cuando era senador, Obama dijo que el límite de $8.27 millones de millones para la deuda era “una señal de fallo de liderazgo”. Si el límite de la deuda durante la presidencia de George W. Bush era una señal de fallo de liderazgo, ¿quién está fallando ahora bajo su liderazgo cuando la deuda ha llegado a $14 millones de millones? La reducción del déficit vendrá cuando el gobierno recorte los gastos (no cuando les ponga una cifra límite).
REFORMAR EL GOBIERNO: La mejor forma de “reformar” el gobierno es reducir programas y agencias innecesarios. El Congreso debe establecer una comisión similar a la exitosa Base Realignment and Closing Commission (BRAC) (Comisión para realineamiento y cierre de bases), que cerró las bases militares obsoletas. Se le debe exigir a cada agencia y programa del gobierno que justifique su existencia considerando su costo y el beneficio para el mayor número de estadounidenses. Si no pueden, deben ser eliminados.
INFRAESTRUCTURA: Desde mejores carreteras hasta trenes de alta velocidad entre y dentro de las ciudades, los EE.UU. van detrás de muchos países de Europa y Asia en ofrecer transporte eficiente, rápido y a bajo costo a sus ciudadanos. Esta es una de las pocas áreas en las que los estadounidenses estarían dispuestos a pagar más por pasajes o hasta impuestos para mejorar la forma en que nos movemos.
Incluido en la infraestructura debería estar el explotar los considerables depósitos de gas natural que hay en los EE.UU. y un énfasis “hasta la luna” en la energía nuclear y más perforaciones de petróleo en los EE.UU. para aliviar nuestra dependencia del petróleo extranjero. Tomará años poner fin a nuestra adicción al petróleo extranjero así que hay que explorar nuevas fuentes de petróleo en territorio estadounidense, algo que este presidente no hará.
Curiosamente, Obama invocó una analogía espacial, mencionando el satélite ruso “Sputnik” disparado en 1957 y el programa Apollo de los EE.UU. que envió astronautas a la luna en 1969. Y, sin embargo, este presidente ha paralizado nuestro programa espacial en los momentos en que China está rápidamente adelantando el suyo.
El discurso del presidente fue todo sobre nuevos gastos (“inversiones” fue la palabra que él usó), no importa lo que haya dicho sobre reducir el déficit. Gastar en un gobierno grande es lo que hacen los liberales. Nadie debe dejarse engañar por la retórica, ni por el paripé de Republicanos y Demócratas sentados juntos en el Congreso. El reto para los Republicanos es parar la agenda liberal del presidente y presentar ellos una mejor.
No hubo indicios de que el presidente piense retroceder en su agenda de extrema izquierda de los últimos dos años. ¿Por qué habría de hacerlo? Eso requeriría negar quién es.
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