La escasez de efectivo amarga el inicio del año en Argentina

La escasez de efectivo ha paralizado a quienes querían tomar vacaciones, obligado a los clientes de por lo menos un banco a hacer cola durante toda la noche para obtener dinero y llevado a algunas instituciones financieras a fijar límites a los retiros.

Pero la presidenta del Banco Central de la República Argentina, Mercedes Marcó del Pont, está siendo criticada a nivel político por no estar preparada para una predeciblemente alta demanda estacional de efectivo, debido a los aguinaldos de Navidad y los pagos de pensiones.

Un problema más fundamental, acusan los críticos, es la ansiedad de la presidenta Kirchner por barrer debajo de la alfombra el problema de la inflación al negarse a imprimir billetes con denominaciones superiores a los 100 pesos (US$25). Economistas privados dicen que la inflación bordea el 25% anual, una de las tasas más altas del mundo y más del doble de la desacreditada tasa oficial. Mientras tanto, el peso argentino se ha depreciado a alrededor de cuatro pesos por dólar desde la paridad por la cual un peso equivalía a un dólar que tenía en 2001. El banco central, no obstante, ha mantenido durante todo ese período el billete de 100 pesos como el de máximo valor. El resultado es que se necesitan cada vez más billetes para comprar la misma cantidad de bienes.

La escasez de efectivo emergió durante los últimos días de diciembre y empeoró durante el Año Nuevo. "Ni siquiera sé cómo voy a pagar mi taxi", se quejó la oficinista Natalia Arias, cuando encontró el viernes un cartel que decía que no había efectivo disponible en un cajero automático de Citibank en el centro de Buenos Aires.

Los trabajadores públicos en algunas localidades no han podido acceder a sus salarios que habían sido depositados en bancos controlados por el gobierno. Durante el fin de semana, en balnearios de moda como Mar del Plata y Pinamar, las colas frente a los cajeros automáticos que tenían dinero a menudo eran más largas que las para ingresar a algunos restaurantes y clubes nocturnos populares.

La actual escasez de efectivo se produce en un momento en el que el panorama económico se ve bastante bien, al menos para los estándares del país. Se espera que la economía crezca más de 5% en 2011 y el banco central tiene amplias reservas de US$52.000 millones.

El gran problema es la inflación y la falta de voluntad del gobierno de reconocerla, dicen los analistas. La falta de efectivo es el resultado del "efecto corrosivo de la inflación" y "la mentira de un gobierno que toma por imbéciles a la gente", dijo Alfonso Prat-Gay, un ex presidente del banco central y actual congresista de la opositora Coalición Cívica. En una entrevista con Radio El Mundo, Prat-Gay dijo que durante su período al frente del Banco Central, entre 2002 y 2004, hubo planes para imprimir billetes de 200 y 500 esos, pero que nunca fueron aprobados.

Algunos legisladores están pidiendo la renuncia de Marcó del Pont, la presidenta del banco central. Pero el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, salió en su defensa, diciendo que "el Banco Central tomó todas las medidas que correspondían y ya se está abasteciendo a todos los lugares".

Los argentinos esperan, sin embargo, que la situación se normalice. También se ha agravado la escasez de monedas, un problema de larga data en Argentina. Era tan dificíl conseguir cambio la semana pasada que algunos conductores en las líneas de tren de Buenos Aires permitieron a los pasajeros no pagar su viaje.