Evista por un segundo

Antes de empezar, les confieso que solo me duró un segundo. Fue el segundo exacto al verle la cara de tristeza a mi hija de 6 años, con ojos húmedos, cuando le dije que su regalo de navidad, que era viajar a Disneyworld, en Orlando, este próximo enero, no sería posible porque le negaron la visa a USA.

Lo increíble es que me queda claro que cada país tiene el total derecho de aceptar o no una de estas solicitudes, pero aún no entiendo el motivo por la negativa, ya que, según los parámetros estándares de aceptación, yo cumplía con los requisitos requeridos. Es más,  habiendo tenido visa desde mis 18 años, no veía el motivo por la negativa.

Tener todos los documentos en regla, hacer un viaje en avión de 1000 kilómetros , solicitar la presencia de ambos padres, ir un día antes y alojarse en un hotel para ir a las 7 de la mañana del día de la cita, en La Paz, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, a hacer cola de parado en la calle, pedir permiso en ambos trabajos, gastar 1000 $us en todo el proceso, para que una agente de migración, con los peores modales que me ha tocado lidiar en este tipo de gestiones, rechace nuestra solicitud.

De nada sirvieron las visas anteriores, la verificación de tantos viajes  a tantos países en los últimos 3 años, mi cargo de gerente general de una empresa representante de una  multinacional suiza, y todo lo mostrado.

Por un segundo, entendí la repulsión que genera la actitud de quien se cree poderoso y se refleja en el trato a las personas. Aclaro, no es en si el rechazo que, reitero, es un derecho que tiene la delegación americana, sino la forma de hacerlo conocer. Con total desprecio y petulancia, sin maneras, sin educación diplomática. Pensar que estudian diplomacia para estar ahí!!

Después de esta experiencia, pensare dos veces antes de considerar que mis hijos viajen a Estados Unidos.   Después de todo, de los 510.101.000 km²  que tiene la Tierra, EEUU solo  tiene 9.836.933 km², lo que representa apenas el 1.88% del planeta. Estoy seguro que en el 98.22% restante encontraré lugares, países y regiones a los que les interese que turistas que desean conocer sus costumbres y sus atracciones turísticas, además de generar ingresos, viajen y muevan sus industrias sin chimenea.

A la unpolite oficial de migración que me (des)atendió, le dejo una frase de un tal Thomas Jefferson, quizás no haya oído hablar de él.

“Nunca he podido concebir cómo un ser racional podría perseguir la felicidad ejerciendo el poder sobre otros”. Thomas Jefferson (1743-1826) Tercer presidente de USA. Founding Father.

De lo que estoy seguro, es que ese segundo, que para mí fue una eternidad, quedará grabado en mi memoria por siempre. Me hice evista por un segundo. Un eterno segundo.

El autor es docente universitario.