Argentina: Los vientos de la nueva época comenzaron ya a soplar
La batalla por el Presupuesto ha sido la primera gran confrontación en el Congreso desde la muerte de Néstor Kirchner. El resultado ha sido desfavorable para el Gobierno por varios motivos, aunque la oposición se haya exhibido irresoluta, por momentos, y desperdigada, por otros. La principal conclusión fue que se intentó aplicar el mismo método, refinado o brutal, pero no se consiguió el mismo objetivo que se lograba antes . Fue notoria la ausencia del ejecutante, que inspiraba respeto o despertaba temor cierto por la represalia que su propia acción provocaba entre sus fieles o sus adversarios. Sus reemplazantes actuales se empeñaron en imaginar todo lo que Kirchner hubiera hecho en una situación similar , pero no pudieron o no se atrevieron a encontrar otro camino que fuera la imposición por cualquier vía, incluida la presión o el ofrecimiento de dádivas. A pesar de todo eso, la derrota llegó en la madrugada.
El oficialismo, rápidamente, se lanzó a la segunda fase: la victimización . La denuncia de que Cristina Kirchner se quedaba sin Presupuesto intenta cambiar el eje de la cuestión y ocultar, por ejemplo, que el oficialismo podrá seguir disponiendo a su arbitrio de miles de millones de pesos. En un período electoral, esa disponibilidad es otra de las grandes ventajas de la que dispondrá la administración.
Aún cuando el radicalismo se mostró abierto a negociar, el kirchnerismo prefirió blindar su proyecto, confiando en que la “persuasión” , como en otras oportunidades, les daría la victoria. No sólo eso: en el Senado tampoco dieron número para tratar un proyecto opositor que terminaba con los superpoderes. Los opositores en la Cámara alta sabían que, si había sesión, su iniciativa no alcanzaría los votos para ganar pero confiaban, entonces, que el oficialismo votaría su propio proyecto de autolimitarse en la ejecución arbitraria del Presupuesto.
Otra ingenuidad .Así, quedó claro que el kirchnerismo a lo que aspira es a disponer de los fondos sin sujeción alguna .
Esa meta encontró, primero, a Lilita Carrió marcando la cancha. La denuncia previa sobre la posible compra de votos que hizo la diputada de la Coalición Cívica trazó un límite nítido que, aunque algunos se animaron a cruzar, quedó destellando como una fuerte luz de alarma en el recinto de la Cámara.
La oposición tampoco salió indemne de semejante parto. Se mostró fragmentada, con diputados que tenían más la atención en la tortuosa interna que acababan de atravesar, como el radical, y otros que no pudieron entonces –ni tampoco pueden ahora– explicar las razones de groseras ausencias en las filas del macrismo, la UCR o del peronismo disidente, o lo que va quedando de él.
La prueba de que la autoridad no se transmite ha sido la enseñanza de esa escandalosa sesión.
El autor es Editor General de Clarín.
- 28 de diciembre, 2009
- 23 de julio, 2015
- 16 de junio, 2012
- 25 de noviembre, 2013
Artículo de blog relacionados
Clarín La batalla por el Presupuesto ha sido la primera gran confrontación en...
14 de noviembre, 2010Prensa Libre Aumentar el salario mínimo en una época tan económicamente difícil no...
30 de diciembre, 2008Perspectivas Políticas Desde hace más de doce años, quienes se han ocupado de...
24 de junio, 2015- 18 de agosto, 2020