EE.UU.: Después de la caída
El cínico que hay en mí dice que los Demócratas no aprenderán nada de la elección de medio período. No sólo los apabullaron, sino que los votantes casi acaban con ellos.
Los Demócratas perdieron la Cámara de Representante por un margen que no se veía desde 1948. Perdieron 10 gobernadores aunque retuvieron dos – New York y California. Ambos estados son insolventes y puede esperarse que pidan ayuda al gobierno federal, algo que la Cámara republicana posiblemente no conceda. Los republicanos redefinirán los distritos en la mayoría de los estados en forma favorable a ellos por lo menos en la próxima década. Nancy Pelosi dejará de ser la Presidenta de la Cámara, aunque el Líder de la Mayoría en el Senado, Harry Reid se las arregló para sobrevivir en una reñidísima elección en Nevada.
Aunque los Demócratas se han quejado de la falta de cooperación de los Republicanos para poner en vigor la agenda del Presidente Obama, ellos posiblemente no cooperarán con los Republicanos. El Partido Republicano ha barrido en la Cámara sobre una ola de irritación de los votantes contra el elitismo y la falsa condescendencia demostrada por tantos Demócratas y sus aliados en los grandes medios de información que piensan que el público es estúpido porque una mayoría no está de acuerdo con la noción del gobierno como salvador. Los Demócratas no están en estado de ánimo de cooperar, lo que usualmente sucede cuando pierden. Y no nos equivoquemos, han perdido en grande. No importa cómo se mida –gobernadores, cámaras legislativas, independientes, mujeres– los Demócratas han perdido. Los Republicanos serían locos de desperdiciar lo que claramente es un mandato para parar la agenda liberal de Obama-Reid-Pelosi.
Yo espero que los Demócratas del Congreso, en combinación con la Casa Blanca, traten de maniobrar para llevar a los Republicanos a otro cierre del gobierno. Esto funcionó anteriormente y desde entonces los demócratas no han tenido una nueva idea en años –o ni siquiera una buena, vieja idea– todo lo que saben es lucha de clases, “entitlement” (concesión de beneficios) y quejas.
En su conferencia de prensa después de las elecciones el miércoles, el Presidente Obama dijo muchas de las cosas que él creyó la gente quería oír –terreno común, consenso, trabajar unidos– pero firmemente y quizás puede comprenderse, él no cedió terreno en cuanto a las políticas centrales de su administración, especialmente el seguro de salud nacional. Los recién energizados Republicanos posiblemente no quieran compromisos, ya que esto usualmente significa que ellos son los únicos que hacen el compromiso, lo que en el pasado ha llevado a disgustar a los votantes Republicanos que no quieren un conservadurismo aguado, sino reducciones de gastos y un gobierno más pequeño.
No esperamos que el Presidente Obama o los Demócratas que sobrevivieron la carnicería admitan que sus políticas estaban equivocadas o que se equivocaron juzgando al público. Después que tantos líderes denigraron a los votantes por ser poco entusiastas sobre todo lo que el gobierno estaba tratando de hacer por ellos y poniendo en duda la inteligencia y salud mental de esos ingratos que no están de acuerdo con sus políticas, yo no esperaría que esta gente cambie de idea. Esto es especialmente así ya que puede esperarse que los principales medios informativos cuestionen todos los esfuerzos republicanos por revertir las políticas e iniciativas de gastos de los últimos dos años.
Para los Republicanos el reto es mantener su “pureza” en un ambiente que es el equivalente político de un burdel. Los Senadores electos Rand Paul, Republicano de Kentucky y Joe Manchin, Demócrata de West Virginia, dijeron en sus discursos de victoria que Washington está roto y que van a arreglarlo. Esto me recuerda una vieja canción que decía: “Me parece que he oído esta canción antes. Tiene una melodía familiar. Yo conozco bien esa melodía”. Hace poco más de dos años, la saliente (gracias a Dios) Presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, prometió “secar el pantano” que es Washington. En vez de eso, construyó un “hot tub” (bañera de agua caliente). Es difícil cambiar a Washington. Lo que sucede más a menudo es que Washington transforma a los reformadores. Es el equivalente político de la era de la Prohibición (de bebidas alcohólicas). Quizás este grupo evitará el “speakeasy” (venta clandestina de bebidas). Quizás. ©2010 Tribune Media Services.
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