La ola antiinmigrante
Si el Partido Republicano consigue un triunfo aplastante en las elecciones legislativas del 2 de noviembre, es posible que veamos un Congreso mucho más favorable a leyes contra la inmigración como la de Arizona, que según muchos latinos aumentan la discriminación contra todos los inmigrantes.
Según los defensores de los derechos de los inmigrantes, las cosas se pondrán feas tanto para los residentes legales como para los ilegales. Muchos de los candidatos republicanos que se están postulando para el Congreso son ultraconservadores que quieren aprobar leyes que exijan a las fuerzas policiales locales detener a sospechosos de estar ilegalmente en el país para pedirles sus documentos inmigratorios, afirman.
Eso sería una licencia para detener a cualquier persona de apariencia hispana, incluso a los ciudadanos, señalan.
Casi todas las encuestas pronostican que el Partido Republicano volverá a ganar control de la Camara de Representantes y –si le va extremadamente bien– incluso puede llegar a controlar el Senado.
Si los republicanos recuperan la Cámara de Representantes, el representante Lamar Smith (republicano por Texas) se convertiría en presidente del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara, que supervisa todos los temas de inmigración. Se trata de un legislador que quiere negar el derecho constitucional de ciudadanía por nacimiento a los hijos de trabajadores indocumentados, aunque eso requiera cambiar la Constitución.
Eso sería un disparate absoluto. A menos que uno esté de acuerdo con hacer redadas para arrestar y deportar a todos los bebés con cara de extranjeros, lo que haríamos sería crear una subclase de millones de jóvenes indocumentados, privados de educación y de servicios de salud. Los carteles del delito organizado estarían encantados: tendrían un ejército de jóvenes marginales, frustrados, a los que podrían reclutar por varias generaciones.
Otro entusiasta defensor de las leyes antiinmigración, el representante Steve King, republicano de Iowa, se convertiría en presidente del subcomité de inmigración del Comité Judicial de la Cámara. Se trata de un legislador al que la Liga Anti Difamación, un grupo defensor de los derechos civiles, describió como alguien que "ha caracterizado a los inmigrantes -legales e indocumentados- como criminales y portadores de enfermedades''.
Si los republicanos pasan a controlar el Senado, el senador Jeff Sessions, republicano por Alabama, otro partidario de medidas draconianas contra los indocumentados, se convertiría en el presidente del Comité de Asuntos Judiciales del Senado.
Y se integrarían al Senado varios nuevos legisladores de la extrema derecha de su partido que apoyan la ley de Arizona, como los candidatos republicanos Marco Rubio de Florida, Rand Paul de Kentucky, Pat Toomey de Pennsylvania, Ken Buck de Colorado, y Sharron Angle de Nevada.
"Si los republicanos retoman la Cámara de Representantes y el Senado, tendremos algunas de las leyes antiinmigratorias más duras de la historia de Estados Unidos'', dice Frank Sharry, presidente de America's Voice, un grupo de Washington D.C. que apoya una reforma migratoria integral que incluya la legalización de indocumentados. "Será más frecuente que los latinos sean detenidos por las policías locales para exigirles sus papeles de inmigración''.
Las encuestas revelan que está creciendo la ansiedad entre los hispanos. Una nueva encuesta realizada por el Pew Hispanic Center revela que un 61 por ciento de los hispanos siente que ha aumentado la discriminación, mientras que en 2007 solo un 54 por ciento afirmaba lo mismo. Casi el 80 por ciento de los hispanos estadounidenses se oponen a la ley de Arizona.
Los republicanos dicen que el Partido Demócrata está tratando de sembrar el miedo entre los hispanos, porque temen que muchos hispanos -que votan masivamente por el Partido Demócrata- no salgan a votar porque están frustrados por la crisis económica y porque la administración Obama no ha cumplido con su promesa de aprobar una reforma inmigratoria.
Según los republicanos, son los propios demócratas los que han sido un obs-táculo para arreglar el problema inmigratorio, porque han estado proponiendo proyectos de ley poco realistas. Las propuestas legislativas inmigratorias demócratas han sido "una táctica politica'' destinada a dejar mal parados a los republicanos, y poder culparlos de la falta de progreso en el tema migratorio, me dijo esta semana el ex secretario de Comercio de Estados Unidos Carlos Gutiérrez.
Mi opinión: Si los republicanos ganan la Cámara de Representantes, pero no el Senado, habrá un sistema de equilibrios que impedirá que las leyes antiinmigratorias más extremas sean aprobadas por el Senado. Incluso, podríamos ver un nuevo esfuerzo de ambas cámaras por aprobar una reforma migratoria integral, que simultáneamente aumente los controles migratorios y permita una vía para la legalización de los indocumentados.
Pero si los republicanos ganan ambas Cámaras, podríamos ver una retórica más extrema –y medidas antiinmigratorias aun más severas– saliendo del nuevo Congreso. Los defensores de leyes como la de Arizona tendrían más aliados que nunca en ambas cámaras.
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