EE.UU.: ¿Dónde recortar gastos?
En los últimos dos años, los gastos aprobados por el Congreso han aumentado en un 21.4 por ciento, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office).
La pregunta que se les lanza a los activistas del “tea party” y otros republicanos conservadores cuando hablan de recortar gastos es “¿Dónde recortaría Ud.?”
Es una pregunta difícil, claro está, y los que la hacen continúan con afirmaciones vitriólicas de que cualquier recorte hará que los niños pasen hambre, que los ancianos sean echados de los hogares para ancianos (nursing homes) y que el gobierno federal se verá obligado a cerrar, lo que significa no más cheques de Social Security. Este es precisamente el enfoque tomado en 1995 cuando la Administración Clinton le puso una trampa a la nueva mayoría republicana en el Congreso y cerró el gobierno, llevando a los republicanos a una retirada acelerada, de la cual ellos y sus propuestos recortes de gastos nunca se han recuperado plenamente.
Todo el mundo sabe que los programas de Social Security, Medicare y Medicaid tienen que ser reformados, pero los demócratas quieren mantener su control, por lo que ellos no harán lo que es necesario para arreglar estos masivos programas de derechos (entitlements). Así que ¿de dónde cortar?
La supuesta nueva mayoría republicana puede empezar por recortar gastos no controversiales que el público entienda y luego, después de probar que los programas no son necesarios o que funcionarían mejor siendo administrados por el sector privado, pasar a programas más caros.
El Representante John Mica (Republicano de la Florida), miembro del Comité sobre Transporte e Infraestructura, ha comenzado con algo. En una carta que me dirigió, el Representante Mica adjunta un informe preparado por el personal minoritario de su comité con el inteligente título de, “Sitting on Our Assets: The Federal Government’s Misuse of Taxpayer-Owned Assets”(Sentados sobre Nuestros Activos: El Mal uso del Gobierno Federal de los Activos Propiedad de los Contribuyentes).
Mal uso es un concepto que la mayoría de los estadounidenses no entienden y no les gusta.
El informe identifica “cientos de miles de millones en dólares de posibles ahorros” mediante “mejor administración” de lo que el gobierno federal posee. “Si se implementara”, dice el Representante Mica, “las oportunidades… tienen el potencial de ahorrar hasta aproximadamente $250 mil millones”.
Aceptemos que esto no es mucho cuando la última proyección del déficit es de $1.294 millones de millones (trillón), pero tenemos que comenzar por algo.
El problema es, y siempre lo ha sido, que una vez que se crean programas y agencias del gobierno, rápidamente se convierten en sacrosantos y son virtualmente imposibles de destruir. Como dijera Ronald Reagan, “Los programas del gobierno, una vez que empiezan, nunca desaparecen… una oficina del gobierno es lo más parecido a la vida eterna que hemos visto en esta tierra!”. Así que no importa que el Departamento de Educación no eduque, o que el Departamento de Energía no produzca energía. Es el gobierno y, por lo tanto, por definición algo bueno en la mente del “establishment” en Washington.
Hay numerosas propuestas sólidas para recortes de gastos y eficiencias en ese informe del personal de la minoría. Estos incluyen “”El derroche por parte de Amtrak del posible desarrollo del ferrocarril de alta velocidad en el Corredor Noreste; la administración de las instalaciones de control de tráfico aéreo por parte de la Administración Federal de Aviación; utilización de alternativas innovadoras para financiamiento, incluyendo la participación bien definida del sector privado, para proyectos de infraestructura”. (¿Por qué ha de venir el dinero sólo del gobierno?) Hay mucho más. El informe completo puede leerse en https://republicans.transportation.house.gov
Además, una nueva mayoría en la Cámara de Representantes (y posiblemente en el Senado) debería de avergonzar a los demócratas exponiendo la cantidad de programas del gobierno que ya no funcionan (o que nunca lograron sus objetivos) y luego pedir un referéndum del público sobre si quieren que el dinero que ellos ganan continúe gastándose en esas cosas. Los republicanos también pudieran pedirle al sector privado que presente propuestas para proyectos que ellos pudieran hacer con menos gastos y mayor eficiencia que el gobierno.
La gente que elija no participar en programas del gobierno pudiera recibir una rebaja en sus impuestos. Un nuevo énfasis en una vida sana (gracias, Michell Obama, por enfatizar cuan pasados de peso estamos) reduciría los costos de cuidado de salud y posiblemente bajaría el costo de los seguros de salud así como reduciría la cantidad de ingresos en los hospitales.
El público posiblemente acepte éstas y otras reducciones de costos si pueden ver resultados y si los republicanos pueden persuadirlos de que los recortes que están haciendo son a favor del público y no a favor del Partido Republicano. Ese es el reto. El informe de la minoría del Representante Mica ofrece una respuesta a la pregunta ¿Dónde recortaría usted gastos?” Si esto se hace bien, habrá muchas otras oportunidades.
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