Termómetros electorales
En las legislativas venezolanas más que la composición del cuerpo —el número de diputados que obtendrá el oficialismo chavista y la oposición— lo que importa será el respaldo popular que recibirán las fuerzas en pugna; esto es Hugo Chávez, por un lado, y los candidatos de los partidos opositores, por el otro.
Hay cosas que se pueden prever de antemano. La oposición va a ganar escaños. No los tenía. No había presentado candidatos en la elección anterior, pero la oposición difícilmente puede lograr una mayoría, aunque la consiga en la votación popular.
Eso es casi imposible porque Chávez hizo trampa de antemano: aprobó una ley electoral que elimina la representación proporcional de la minorías y reformó el 33 por ciento de los circuitos electorales reduciendo el número de representantes en lugares donde, casualmente, la oposición siempre ha tenido más votos. Con estos “toquecitos”, el chavismo con menos votos puede obtener más diputados.
Lo que importa es el voto total, y Chávez, consciente de eso, se lanza con todo. Él es el candidato único. Ha suspendido su programa de Aló Presidente, de cuatro horas diarias, pero ahora aparece por más tiempo en la televisión. Concede becas a estudiantes, da empleos, distribuye lápices, cuadernos, notebooks y aire acondicionado; vende “bueno, bonito y barato” cocinas a gas, neveras, lavadoras, Blackberrys, y desde la red social da instrucciones y dirige a sus militantes, y organiza la campaña electoral. La del domingo y su campaña presidencial del 2012.
Los venezolanos no saben quiénes son los candidatos chavistas. La jugada , la estrategia de Chávez es esa.
Usa y abusa del poder; utiliza los bienes y dineros públicos para la compra de votos y, con total impunidad, ataca a la oposición: “Les vamos a dar una paliza a estos escuálidos, vendepatrias, corruptos, sinvergüenzas, subordinados al imperio yanqui”. Y cuando “estos” se defienden y le responden, manda a su jueces y fiscales para que les inventen procesos y juicios para meterlos en la cárcel.
Hay analistas que dicen que Chávez es bueno ganando elecciones. Es cierto, pero así cualquiera lo hace.
Habrá que ver cuál es la temperatura de estos días, que no necesariamente va a ser la del 2012. Por ahora lo único seguro es que el clima cambia continuamente y cada vez es más difícil hacer pronósticos. Incluso para Chávez. En 1998 decía: “Declaro ante Venezuela que no tengo enemigos políticos, tengo adversarios políticos, necesito una oposición, pido la crítica a tiempo(…)”. Y fíjense lo que dice ahora.
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