Ecuador: El déficit y el dinero de otros

El Universo

Cuando uno gasta más de lo que tiene y constantemente tiene que renegociar deudas o pedir nuevos préstamos, su problema no son las deudas sino su gasto. Usted gasta más de lo que tiene y las deudas sin fin o los crecientes pagos de intereses son el precio de haberlo hecho. Imagínese lo que sucede cuando a unas personas se les da rienda suelta para que gasten más de lo que tienen… con el dinero de otros.

Para 2010 el Gobierno proyectó un déficit de 4.100 millones de dólares y un presupuesto de 16.857 millones de dólares. Para que tenga una idea de cómo ha crecido el gasto del Gobierno central, solo el déficit del año 2009 (2.635 millones de dólares) constituye 80% de todo lo que gastó en 2000. Además, hace apenas 5 años el gasto del Gobierno ascendió a 6.232 millones de dólares. No obstante, los representantes del Gobierno se han pasado diciendo que les falta plata.

A principios de los 2000 el país se recuperaba de la crisis económica más severa de su historia, la cual tuvo un impacto mucho más duro en nuestra economía que la crisis mundial de 2008-2009. El gasto público se redujo inmediatamente después de la crisis de 1999 en términos relativos: pasó del 25% del PIB en 1999 a 23% en 2001 y se mantuvo entre un 23% y 25% del PIB hasta 2006. La economía experimentó un crecimiento saludable: La tasa de crecimiento promedio entre 2001-2003 fue de 3,8% y entre 2004 y 2006 fue de 6,4%.

En cambio, durante este Gobierno se incrementó el gasto público de 24% del PIB en 2006 a 40% en 2009. Aun así, el crecimiento promedio entre 2007-2009 ha sido de un inferior 3,2%.

Gastando por encima de sus ingresos, el Gobierno llegó a tener un déficit. Por eso presionó a la Comisión Técnica del IESS para que esta invierta en bonos del Estado y “tape el hueco” fiscal. A principios de agosto, 3.568,2 millones de dólares del IESS habían sido invertidos en bonos del Estado.

Los préstamos de organismos multilaterales y del IESS no alcanzaron para cubrir el déficit, entonces el Gobierno le pidió al Gobierno chino un préstamo de 1.000 millones de dólares. Y vaya que lo quería: aceptó un préstamo a cuatro años plazo con una tasa de 6,5% anual y el compromiso de venta de 36.000 barriles de petróleo diarios durante el mismo periodo. Considere que hoy el FMI está realizando préstamos al 1,1% y hasta 12 años plazo y con condiciones mucho más relajadas que antes.

El Premio Nobel de Economía Milton Friedman decía que la verdadera carga del Estado sobre la economía no es lo que recauda en impuestos sino “lo que el Gobierno gasta u obliga a otros a gastar a través de mandatos”. La verdadera cuestión no es cómo el Gobierno financia hoy el déficit, sino por qué llegó a tenerlo y cómo podríamos reducir el gasto para que las próximas generaciones no tengan que pagar –ya sea vía impuestos más altos, un crecimiento reducido o una mezcla de ambas cosas– por las decisiones de aquellos que administraron irresponsablemente el dinero de otros.