¿Cuándo prenderá el fútbol en Estados Unidos?
Buenas noticias para quienes amamos el fútbol y deseamos que ese deporte siga creciendo: los ratings televisivos de la Copa Mundial en Estados Unidos han sido muy buenos hasta ahora, y muchos analistas deportivos predicen que este país se convertirá muy pronto en una potencia futbolística.
Ya se lo que estarán pensando: eso lo venimos escuchando desde hace décadas.
Desde que el Mundial se jugó en Estados Unidos en 1994, hemos estado leyendo artículos que afirman que los estadounidenses ya no consideran el fútbol como un deporte amateur para mujeres y niños –hay más de 3 millones de escolares registrados en la Asociación de Futbol Juvenil de Estados Unidos– sino que se están convirtiendo en fanáticos del fútbol profesional masculino.
Y sin embargo, nunca parece llegar el día en que los estadounidenses adopten masivamente el deporte más global de todos.
Pero hay indicios de que, finalmente, el fútbol se está arraigando en Estados Unidos. Poco antes de la Copa Mundial, la cadena Fox hizo historia al postergar por tres horas la trasmisión de un partido de la Liga Mayor de béisbol para difundir en vivo la final de la copa Champions de Europa entre el Bayern Munich y el Inter Milán.
Simultáneamente, el número de mayo de la revista Vanity Fair exhibía en la tapa a la estrella de la selección portuguesa Cristiano Ronaldo y a Didier Drogba, de Costa de Marfil, en ropa interior, y poco después la portada de Sports Illustrated estuvo dedicada a la Copa del Mundo, bajo el título "El bello deporte''.
Tras iniciarse la Copa Mundial en Sudáfrica, el 11 de junio, la FIFA dijo que 130,000 estadounidenses habían volado a Johannesburgo para ver los partidos, una mayor cantidad de espectadores que la de cualquier otro país.
ABC, ESPN y Univision han gastado en total $425 millones para pagar por los derechos de emisión en Estados Unidos, más de diez veces lo que las cadenas estadounidenses pagaron por trasmitir la última Copa del Mundo en el 2002, y más de lo que pagaron las emisoras de cualquier otro país.
Stephen Master, vicepresidente de deportes de Nielsen, la empresa de ratings, me dijo en una entrevista telefónica que el partido del 12 de junio entre Inglaterra y Estados Unidos tuvo una audiencia de 14.5 millones de espectadores en ABC y Univision, un récord para un partido de la primera ronda de un Mundial en este país.
"El público estadounidense se está volcando al fútbol como nunca antes: las cifras son increíbles'', me dijo Master. "Tiene mucho que ver con el entusiasmo generado por las aplicaciones móviles y las redes sociales antes de que empezara el Mundial''.
Antes de que se iniciara el Mundial, Nike subió a YouTube un video promocional de tres minutos que atrajo 15 millones de visitas, señaló.
"Tenemos una herramienta que se llama Buzzmetrics, que revisa decenas de millones de blogs y sitios web, y que mide de qué están hablando los estadounidenses en el ciberespacio, y descubrimos más comentarios sobre el Mundial que sobre cualquier otro deporte'', concluyó Masters.
Muchos de mis amigos del mundo diplomático ya especulan que cuanto mayor sea el número de estadounidenses aficionados al fútbol, tanto mejor será la selección nacional de Estados Unidos, y tanto mayores serán las oportunidades de los presidentes estadounidenses de recurrir a "la diplomacia del fútbol''.
Así como Brasil usa a su selección nacional para jugar partidos amistosos que ayuden a reducir tensiones nacionales o internacionales –el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva ofreció recientemente que la selección brasilera jugara contra un equipo combinado palestino-israeli–, el presidente Obama podría usar un buen equipo de fútbol estadounidense para ayudar a disminuir las tensiones con países hostiles, afirman.
Otros son menos optimistas. Señalan que aunque los ratings del partido Inglaterra-Estados Unidos fueron buenos, resultaron inferiores a los de los partidos Estados Unidos-Rumania, Estados Unidos-Brasil y Brasil-Italia de la Copa del Mundo de 1994 realizada en Estados Unidos, y también a la final Italia-Francia en el Mundial del 2006.
Los escépticos señalan que para que el fútbol realmente se arraigue en Estados Unidos, la FIFA tendrá que cambiar algunas reglas para que pueda haber más goles, porque hay demasiados estadounidenses que se impacientan con los partidos de bajo marcador.
Mi opinión: El fútbol seguirá creciendo en Estados Unidos, especialmente si la selección nacional tiene un buen desempeño en este Mundial, y si –tal como parece probable– gana la candidatura de Estados Unidos para ser sede del Mundial del 2018 o el 2022, una alternativa que se decidirá en diciembre.
Eso sería excelente, no sólo porque conectaría a más estadounidenses con el resto del mundo, sino porque también ayudaría a crecer aún más al deporte que la mayoría de nosotros ya consideramos el más apasionante del mundo.
- 28 de diciembre, 2009
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