Diarios oficialistas en Sudamérica
A una semana del nacimiento de Tiempo Argentino –que presenta una línea editorial cercana al Gobierno–, y mientras peligra Crítica de la Argentina –que cuestionó las políticas del oficialismo–, el debate propiciado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que promueve un 33% de medios públicos en la Argentina, se proyecta en la región. En América del Sur el mapa de diarios públicos y estatales se extiende por Ecuador, Chile, Venezuela y Bolivia.
El enfrentamiento entre presidentes latinoamericanos con elevados índices de popularidad y los medios masivos de comunicación reemplazó la lógica división entre oficialismo y oposición y precipitó una polarización ideológica, en la cual los medios tomaron posiciones críticas o, por el contrario, afines a los Ejecutivos, redefiniendo el debate acerca de cómo informar a la sociedad.
“La credibilidad del gobierno está por encima de la de los medios de comunicación”, disparó el presidente ecuatoriano Rafael Correa en 2009, cuando defendía su propio proyecto de Ley de Comunicación que se debatía en la Asamblea Nacional de su país, señalando quiénes serían sus rivales durante su segundo mandato.
“Por más que el Estado es el empleador y les paga el sueldo a los periodistas, el pluralismo está vigente en este diario. Hay editorialistas que tienen una posición contraria al gobierno y se les permite críticas a determinadas políticas”, afirmó desde Guayaquil a PERFIL Máximo García, director de El Telégrafo, un diario que fue incautado por el Estado y hace dos años es público. García asumió hace dos meses, tras un conflicto en el que 24 periodistas renunciaron denunciando censura y repudiando el despido de su anterior responsable editorial, Rubén Montoya.
El enfrentamiento entre Correa y los medios privados alcanzó su máxima tensión cuando las autoridades ecuatorianas decidieron multar y suspender por tres días al canal Teleamazonas, crítico con la gestión del primer mandatario.
En Bolivia también funciona un diario público. “Decían que Cambio era el diario de Evo”, respondió a este diario Delfín Arias Vargas, responsable del primer medio gráfico público en Bolivia. Creado en enero de 2009, durante la última reforma de la constitución, Cambio expresa en su línea editorial la posición del Palacio del Quemado.
Un proceso similar se vive en Venezuela. “Apoyamos abiertamente las políticas revolucionarias de Hugo Chávez. En Venezuela hay cuatro diarios nacionales, tres de ellos responden a los intereses de la oligarquía. Nosotros no”, explicó desde Caracas Guillermo García Ponce, el propietario de Vea, un diario fundado en 2003 por el ex diputado del chavismo. Además de ese medio bolivariano, el presidente reeditó el año pasado El Correo del Orinoco, fundado en 1818 por Simón Bolívar, que actualmente es estatal y afín al gobierno. “Está llamado a ocupar el sitial de los disparos gruesos y de ablandamiento del terreno enemigo, caracterizado por el terrorismo mediático”, destacó Chávez cuando lanzó el emprendimiento. “Lo que publica el Correo es cierto y debe serlo siempre. No vamos a hacer el periodismo de mentira o de negación”, prometió el presidente.
En Chile, el diario público La Nación se encuentra en el ojo de la tormenta porque el presidente Sebastián Piñera estudia privatizarlo o, directamente, cerrarlo. “Gran parte de los conflictos son entre los dueños de los medios y los que ocupan, momentáneamente, el Poder Ejecutivo. Nuestra labor como periodistas es con frecuencia manipulada por los dueños de las empresas o por los gobiernos y tenemos que ser cuidadosos con eso”, respondió a PERFIL Alvaro Medina, director de La Nación.
El diario chileno nació en 1917, pierde 6 millones de dólares al año y fue calificado por Piñera como una “fábrica de propaganda política” por, según el presidente, estar al servicio de la Concertación y no del Estado. Desde La Nación, cuya composición accionaria está 69% en manos del Estado y el resto controlada por privados, aseguran que todavía no está claro cuál será la decisión del nuevo gobierno.
La British Broadcasting Corporation (BBC), liberada de presiones comerciales y políticas, se transformó en el ejemplo a nivel mundial de un medio público independiente y ecuánime. Sobre ese debate, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) aseguró que los medios públicos tienen que reflejar el pluralismo y la diversidad de voces existentes en la sociedad.
“Deberían contar con una normativa específica que apunte a transformarlos en medios públicos y no gubernamentales, regidos por los mismos parámetros de calidad profesional y estándares éticos que los privados”, opinó Andrés D’Alessandro, director ejecutivo de Fopea. “Esta obligación es mayor en los medios estatales, por manejar recursos de todos los ciudadanos”, completó D’Alessandro. El debate sobre el rol de los medios públicos al servicio de los presidentes llegó para quedarse y levantará más polémica.
- 23 de julio, 2015
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