Con viento de frente el populismo K es infinanciable
(Puede verse también El Gobierno exprime las reservas y ahora pone la mira en otras cajas)
El matrimonio Kirchner desperdició una oportunidad histórica: se apropiaron de la renta extraordinaria para financiar el gasto público sin establecer un modelo sustentable en el largo plazo.
Todavía está por verse si las políticas de expansión monetaria, de endeudamiento generalizado y estímulos al gasto que aplicaron los países desarrollados para enfrentar la crisis del 2009 no están mostrando su corto alcance, porque si un país que no tiene tanta envergadura como Grecia produce el descalabro que está produciendo en Europa y en EE.UU. quiere decir que, tal vez, esté pasando el efecto de la droga intervencionista del 2009.
Lo cierto es que en sus tres o cuatro discursos semanales, Cristina Fernández sostiene que basta con mirar al mundo para advertir que las recetas de ajuste no sirven y que el modelo diferente que se implementó en Argentina a partir del 2003 muestra que el camino a seguir es el que desarrolló el matrimonio. Algo así como que inventaron la pólvora en materia de política económica.
Al poner el 2003 como el inicio de una nueva era de política económica, el matrimonio no le reconoce a Duhalde el tan mentado tipo de cambio competitivo, porque a decir verdad, el que hizo el trabajo sucio de devaluar fue Duhalde dejándole un dólar caro a Néstor. Y el matrimonio, en todos estos años, lo que hizo fue comerse el tipo de cambio real que les dejó el hombre de Lomas de Zamora.
Pero no solo los ayudó Duhalde con el tema cambiario, sino que el mundo les jugó fuertemente a favor. En primer lugar, el PIB mundial creció, entre 2003 y 2008 a tasas de entre el 4 y el 5 por ciento anual, bastante por encima de la década anterior. Basta con ver el gráfico que acompaña esta nota para advertir que el matrimonio se encontró con tasas de crecimiento mundial que, incluso, llegaron a duplicar las tasas de crecimiento mundial de principios de los 90. Y ese crecimiento no fue fruto de las políticas del matrimonio. El matrimonio fue un free rider de los beneficios del crecimiento mundial.
(Clickear en la imagen para agrandar el gráfico)
El otro dato externo que no es menor es la suba del euro y del real. Recordemos que el 28% de las exportaciones argentinas tienen como destino el MERCOSUR, siendo Brasil el mayor importador de la zona. En mayo del 2003 el dólar cotizaba a 2,96 reales por dólar. El dólar fue bajando en Brasil perforando primero el piso de los 2 reales por dólar, llegando a un piso de aproximadamente 1,50 reales por dólar y ahora está subiendo. Al tener que entregar cada vez menos reales por cada dólar, los brasileros pudieron importar más bienes y eso ayudó a las exportaciones argentinas.
El mismo esquema ocurrió con Europa. El 16% de las exportaciones argentinas tienen como destino la UE. Con los europeos teniendo que entregar cada vez menos euros por cada dólar, el comercio exterior argentino se benefició de la fortaleza del euro que en mayo del 2003 estaba en 1,16 dólares por euro y llegó a un máximo de 1,58. Es fácil advertir que en materia cambiaria los Kirchner se beneficiaron con la devaluación del peso de Duhalde y luego con la fortaleza del real y del euro. Es decir, el mundo les jugó a favor en materia cambiaria, incrementando las exportaciones.
Si a estos datos le agregamos que el índice de precios de exportación de los productos primarios estaba en 101 en 2003 y llegó a 187,6 en 2008, más el aumento de los precios de exportación de las manufacturas de origen agropecuario que pasaron de 89,6 en 2003 a 169,2 en 2008, tenemos que en los dos rubros el matrimonio se benefició con la suba de los principales productos de exportación en un 86% en el primer caso y en un 88% en el segundo. Es decir, sin hacer nada, tuvieron 4 ventajas: a) Duhalde devaluó el peso por ellos, b) el mundo entró en una período de fuerte crecimiento, c) Brasil y Europa, los principales destinos de nuestras exportaciones, revaluaron sus monedas y c) los precios de exportación subieron fenomenalmente.
Con tanto handicap a favor, lo que hicieron fue apropiarse de buena parte de esa renta y disparar el gasto público. Lo grave es que teniendo tanto a favor no consiguieron establecer un modelo sustentable. Desaprovecharon una oportunidad histórica. Podríamos decir que fueron hijos de un padre acaudalado y disfrutaron de un buen nivel de vida mientras duró el trabajo que hacía el otro.
El gran problema se presenta ahora en que el euro flaquea frente al dólar, el tipo de cambio “competitivo” que les dejó Duhalde lo licuaron y el mundo ya no crece al ritmo de venía creciendo entre 2003 y 2008.
Habrá que ver qué pasa con el tan mentado modelo diferente que habla Cristina Fernández si el euro sigue cayendo, la UE importa menos bienes desde Argentina y el mundo entra en una meseta de crecimiento. Y ni que hablar si Brasil llega a devaluar el real que ya está llegando a los 1,83 por dólar.
Puesto en otros términos, el matrimonio aprovechó el viento de cola que le dio el mundo para hacer populismo. Ese mundo que los ayudó, ahora está en crisis y la verdad es que este nuevo paradigma de modelo económico, como algunos lo llamaban en el momento de esplendor de Néstor y Cristina, es infinanciable sin el viento de cola. Ya a fines del 2007 Néstor le dejó a Cristina un aumento de las retenciones a los granos para que ella no tuviera que subirlas y, aún así no les alcanzó y fueron por la 125. Ese fue el primer indicio de que, aún con el mundo todavía creciendo, el populismo de los Kirchner ya no era financiable. Tanto fue así que tuvieron que expropiar los ahorros que la gente tenía en las AFJP y ahora fueron por las reservas.
El horizonte económico para el matrimonio es complicado. Por un lado dispararon la inflación y, por otro lado, llevaron el gasto público hasta niveles récord. Si el mundo ya no los ayuda con el viento de cola sino que empieza a enviarles vientos de frente, van a estar en un serio problema. Con la inflación en niveles del 30% anual y el mundo más amarrete, habrá que ver qué puede inventar Néstor para financiar su política populista.
Como nunca consiguieron la simpatía de la gente, sino que su construcción de poder se basó en los billetazos, sin plata y sin simpatía de la población, más los escándalos de corrupción, podemos decir que están en un problema. No vaya a ser cosa que, finalmente, Cristina tenga que engullir sus discursos mostrando lo mal que se maneja el mundo con el ajuste en Grecia, y lo geniales que son ellos dos disparando la inflación y negándose a tener disciplina monetaria y fiscal.
Ella dice que no va a ajustar, cuando en realidad ajusta vía inflación. Pero no vaya a ser cosa que el mundo tenga otra recaída y octubre del 2011 les resulte un horizonte muy lejano. Tan lejano que, con el viento de frente, no sepan de qué disfrazarse hasta octubre del 2011.
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