¿Qué sabe Chávez de marxismo?
Se ha confirmado plenamente que el presidente bolivariano poco o nada sabe de marxismo porque jamás ha leído “El Capital” que se erige como la Biblia de la doctrina del materialismo histórico, lo que conlleva un profundo misterio encerrado en un enorme signo de interrogación en materia ideológica Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que el comandante no es adicto a Owen, Saint Simon, Proudhon o Fourier de la corriente del socialismo utópico que vendría a ser, en la jerga de hoy, el socialismo vegetariano en contraposición al socialismo carnívoro.
Tampoco se sabe muy bien si Hugo Chávez niega la existencia del alma y del espíritu porque de tanto en tanto, en sus múltiples apariciones mediáticas, aparece con la imagen de Cristo crucificado al cual fija la mirada aparentando ser poseído por un estado extático y beatífico que más se parece al nirvana de los budistas que a la presencia del Espíritu santo de Pentecostés. En efecto, lo cierto es que Chávez dice tener admiración por el “Sermón de la montaña” y por las enseñanzas del “primer socialista de la historia”, aunque poco después vuelve a poner el cable a tierra, cuando afirma contundentemente que no cree en la vida más allá de esta vida, ni en la glorificación del cielo y menos aún en la resurrección de la carne en los días postreros de la que nos habla el Evangelio. Cristo sin la resurrección sería un verdadero fraude y los cristianos que así creen serían, como decía San Pablo, los más desdichados del mundo.
Estas incoherencias del prócer bolivariano trascienden en mucho la esfera metafísica y se proyectan a todos los renglones de la vida. Así lo ha puesto de manifiesto el ideólogo de la Revolución Bolivariana Heinz Dietrich, que comparó el régimen de Chávez con un “Titanic” que se dirige inexorablemente hacia un enorme iceberg, representado por la inquietud generalizada por diversos motivos y por el bloque electoral opositor que sigue creciendo ante las evidentes defecciones de los chavistas de la primera hora, a lo que se debe sumar una crisis estructural muy grave que podría provocar una profunda ingobernabilidad, con manifestaciones callejeras multitudinarias acompañadas de malestar en las fuerzas armadas.
Muller Rojas, otro de los disidentes que se han pasado a las filas de la oposición, coincide con Dietrich al decir que el proceso revolucionario bolivariano se encuentra en un momento pésimo porque se ha cambiado la visión internacionalista por una concepción nacionalista pequeño burguesa que para su criterio no representa en ningún sentido el ideario socialista elaborado en los primeros tramos del proceso. En palabras simples, el régimen bolivariano según sus mentores se ha convertido en un vulgar, silvestre y folclórico fascismo, con un culto idolátrico a la personalidad del pintoresco comandante como en los tiempos de Hitler y de Mussolini, adobados con una densa y pesada burocracia estatal como la que denunciaba en su momento el escritor y político disidente yugoeslavo Djilas que había plasmado sus ideas y sus reclamos en el famoso libro “La nueva clase” referida a la nomenclatura moscovita.
Pero Chávez no es un hereje irredento y completo en todos los campos, pues ha seguido al pie de la letra los dictados y las dogmáticas lecciones de su tutor geopolítico de los primeros tiempos, el ultranacionalista, antijudío y fascista argentino Norberto Ceresole –admirador de Karl Ernst Haushofer, vidente y profeta del régimen nazi–, quien le recomendaba al comandante caribeño la instauración de una esfera de influencia ideológica que abarcase desde el golfo de Maracaibo hasta Tierra del Fuego, pasando por el Amazonas sin quedar atrapado en los cepos y los garfios de la geopolítica brasileña diseñada por el Barón de Río Branco en el siglo XIX y, mucho más tarde, por Couto e Silva. En este sentido el verborrágico coronel fue un discípulo obediente aunque existen suficientes dudas plenamente justificadas de que el proyecto expansionista pueda ser implementado fielmente en los hechos concretos.
Al respecto, ya había expresado oportunamente el ex vicepresidente y ministro de Defensa Ramón Carrizalez que la Revolución dejó de ser original y auténtica por la injerencia permanente de Cuba en la política venezolana.
- 23 de julio, 2015
- 25 de noviembre, 2013
- 7 de marzo, 2025
Artículo de blog relacionados
El Instituto Independiente Lima—La transición política española no se completó hasta que los...
24 de diciembre, 2009Diario de América PRAGA – Mucho antes de que el régimen comunista de...
22 de diciembre, 2011Por Enrique Santos Calderón El Tiempo, Bogotá "El juramento que acabo de prestar...
26 de abril, 2009Por Alberto Benegas Lynch (h) Diario de América En el clima intervencionista que...
24 de junio, 2010