Las seis guerras de México
El reciente viaje de la secretaria de Estado Hillary Clinton a México concitó una gran atención de los medios sobre la guerra de ese país contra los carteles del narcotráfico. Pero México está enfrentando otras cinco guerras que nadie menciona, y que podrían plantear amenazas tan grandes o mayores que la de los narcotraficantes.
No estoy minimizando la lucha contra los carteles, que ha dejado casi 19,000 muertos en los últimos años. Pero no me sorprendería que nuevas estrategias de seguridad conjuntas de México y Estados Unidos —-que probablemente serán anunciadas en detalle durante la visita del presidente mexicano Felipe Calderón a la Casa Blanca el 19 de mayo– terminen obligando a los carteles a replegarse, o a mudarse a otro país. Así ocurrió en Colombia, y no sería raro que ocurra en México.
En cambio, un trabajo escrito por el ex jefe de la oficina para Latinoamérica del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Roger Pardo Maurer, cuya primera versión fue publicada por la revista Small Wars Journal, me lleva a reflexionar sobre los otros cinco desafíos críticos que está enfrentando México, y que están pasando prácticamente desapercibidos.
• El primero: ¿Qué hará México cuando se le termine el petróleo? Los ingresos petroleros representan hasta un 40 por ciento del presupuesto federal mexicano, pero el petróleo del país se está agotando. La Administración de Información Energética de Estados Unidos calcula que México se verá obligado a importar petróleo en el 2017.
• El segundo: ¿Qué hara México cuando se le termine el agua? La Ciudad de México ya tiene serios problemas de agua, y la escasez ya causa tensión en los estados vecinos. Y es probable que el cambio climático global convierta a México en un país aún más árido que hoy.
• El tercero: ¿Qué hara México para poder competir con China, India y otras potencias emergentes con mejores sistemas educativos? Un estudio del Foro Económico Mundial dedicado a la competitividad de México, y conducido por economistas de la Universidad de Harvard, concluyó que el principal problema del país para competir en la economía mundial es su pobre sistema educativo.
• El cuarto: ¿Qué hará México con su nueva generación de gente joven desempleada cuando no pueda exportar a esas personas a Estados Unidos con la misma facilidad que antes, por crecientes controles en la frontera o el desempleo en Estados Unidos? Se estima que alrededor de 1 millón de jóvenes mexicanos entran al mercado laboral cada año, y México necesita crecer alrededor de un 5 por ciento anual –mucho más de lo que ha crecido recientemente– para absorberlos.
• El quinto: ¿Qué hará México para integrar a su población indígena a la economía moderna? Aunque los gobiernos recientes han proporcionado miles de millones de dólares a los estados sureños desde la rebelión de Chiapas, en 1994, el sur de México no se está beneficiando tanto como los estados del norte de la inserción mexicana en la economía mundial.
Intrigado, llamé a Pardo Maurer y le pregunté si teme, como algunos de sus colegas más alarmistas, que México se convierta en un pais ingobernable, o en un Estado fallido.
Es muy improbable que México se convierta en un Estado fallido a causa de los narcotraficantes, me dijo. Sería mucho más probable que se convierta en un Estado fracasado por estos otros problemas, y me alarma que no se les prestara suficiente atención si nuestra agenda para México se reduce exclusivamente al narcotráfico.
Mi opinión: a juzgar por lo que ocurrió en Colombia, no sería raro que –con una mayor ayuda de Estados Unidos– el gobierno mexicano tarde o temprano termine aplastando militarmente a los carteles de narcotráfico, o expulsándolos a otros países.
O sea, la estrategia militar puede hacer que México gane la guerra contra la narcoviolencia, aunque probablemente no haga mucho para ganar la guerra contra el narcotráfico –que permanecerá igual mientras no caiga drásticamente el consumo de drogas en Estados Unidos– y tampoco hará gran cosa para ganar las otras cinco guerras.
En la historia reciente, EEUU ha sido afortunado de tener vecinos tan pacíficos como Canadá y México. Rusia, China, entre otros, hubieran adorado tener la misma suerte.
Si el presidente Obama quiere que Estados Unidos siga teniendo vecinos pacíficos, debería lanzar la Comunidad de las Américas que prometió durante la campaña, y proponer una alianza de comercio, energía, seguridad, infraestructura y educación que permitiría a todos los países de la región, incluyendo a Estados Unidos, competir más eficazmente en la economía global. Y el lugar por donde empezar deberia ser México.
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